Se sabe: Carlos Rottemberg tiene una amistad de muchos años con Mirtha Legrand y toda su familia. Pero lo que pocos conocen es que, en realidad, el vínculo con la Chiqui vino prioritariamente a través de quien fuera su marido, el cineasta Daniel Tinaye.
En diálogo con Pronto, el exitoso productor teatral habló largo y tendido sobre su relación con Tinayre y Legrand, tema que se desprendió de la pregunta: "¿La televisión cuando se cruzó en tu vida?". Rottemberg respondió: "En la última obra que hizo Mirtha Legrand, que fue Potiche y produje yo en el verano de 1990 en el Teatro Atlas de Mar del Plata, cenando con Mirtha después del teatro todas las noches vi que ella hacía el programa en la vida real. Hacía diez años que no estaba en el aire, le pregunté por qué y me dijo que era porque nadie quería los almuerzos. ´Yo los tomo, yo te produzco´, le respondí. Y ahí empezó esa historia que duró 21 años".
-Y una amistad por siempre con Mirtha, ¿no?
-Sí, de por vida. Profesionalmente dejé el programa el día que terminó la temporada de Mar del Plata el 11 de febrero de 2011. Ese día, hace 11 años, dejé de hacer televisión. ¿Si extraño? No, al contrario, fue una convicción. Sabía que tenía que dejar y seguir exclusivamente con lo mío que era el teatro. Con Mirtha el vínculo siguió siempre por fuera de la tele.
-¿Y con su marido, Daniel Tinayre?
-En realidad, mi amistad venía con Daniel del año 80. Había hecho teatro con Daniel en 1980, los dos como productores y éramos muy amigos. En ese momento, era más amigo de Daniel que de Mirtha. Compartíamos momentos fuera del trabajo y con Daniel tengo 20 anécdotas, una mejor que la otra. Te voy a dar un ejemplo chiquito: todas las noches antes de irnos a dormir nos llamábamos por teléfono para no decirnos nada.
-¿Nada?
-Nada. Solo nos decíamos hasta mañana y una noche le comenté que me dolía mucho la espalda y que estaba molesto porque quizás era por la posición en la que leía. Al día siguiente, paró en la puerta del edificio en el que yo vivía un taxi flet con Daniel Tinayre y de ahí bajó un sillón de lectura. Un sillón importante, especial, de esos que se reclinan. Me lo trajo de regalo solo porque la noche anterior le había dicho que me dolía la columna. Me dejó sorprendido verlo porque no solamente compró el sillón sino que él mismo lo trajo en un taxi flet. Tuvimos una gran amistad.
-¿Lo extrañás?
-Siempre. No sé si la palabra es extrañar. Sé que esto de la mediación con Mirtha que hice para que volviera a la televisión fue simplemente para responderle a Tinayre lo que dijo en la terapia intensiva del Instituto del Diagnóstico la noche anterior a morir. Alguna vez la conté a esta historia. El murió el domingo 23 de octubre de 1994 y cuando llegamos con Mirtha la noche anterior desde su casa, porque yo estaba con ellos y salimos Daniel en ambulancia y yo con Mirtha en mi auto, fuimos a la terapia intensiva y Daniel me miró y me dijo algo que me quedó para siempre. Mirtha estaba a su izquierda y le dijo: “Chiquita, el lunes hace el programa”. Y luego giró la cabeza a la derecha, donde estaba yo, y me dijo: “Cuidala”. Por eso, cuando se armó esto a fines de junio que se había caído el contrato entre Mirtha y Eltrece, intervine por Daniel.
-¿Lo sentiste así?
-Sí. La llamé a Mirtha para preguntarle si quería que hiciera la mediación y le comenté a ella lo que me había dicho su marido cuando me pidió que la cuidara. Por eso lo hice. Tengo una historia que me atraviesa con ellos.