ENTREVISTA ÍNTIMA

La ex Chiquititas Georgina Mollo recordó a Romina Yan: "Fuimos muy amigas y la sueño seguido con su sonrisa enorme y blanca"

Se hizo conocida por Chiquititas y luego brilló en Rebelde Way y Rincón de Luz. Se alejó del medio y hoy actúa en una obra de teatro off: Un balcón con vistas. En charla con Pronto, recordó con emoción a la hija de Cris Morena y Guustavo Yankelevich.

Por
Escrito en ESPECTÁCULOS el

Georgina Mollo (38) se hizo conocida cuando tenía 10 años gracias a boom de Chiquititas y luego se lució en programas como Trillizos, Rebelde Way y Rincón de Luz. Pero un día dijo basta y se alejó de la tele: se puso a estudiar Diseño de Indumentaria en la UBA, creó su marca de ropa y desapareció de la pantalla chica. Hoy, después de 16 años aceptó volver a hacer teatro y está feliz con la obra Un balcón con vistas, una comedia reflexiva que se presenta los domingos a las 20.30 en el espacio Multiescena, ubicado en Corrientes y Callao.

Pasó su niñez en los pasillos de Telefe, hoy es flamante mamá de tres hijos que se llaman Felipe (9), Juana (7) y Eva (2) y siempre mantiene vivo el recuerdo de Romina Yan, de quien fue íntima amiga. 

¿Cómo vivió su regreso a la actuación? Georgina lo relató así: "Ay, ¡de una emoción enorme! Tenía ganas de volver a actuar pero lo tenía bastante negado. No quería forzarme a nada y decía: ´Ya está, tengo otra vida y estoy bien así, lejos de la tele y con mi familia, con todo muy prolijito´. Era una especie de temor de no poder combinar las dos cosas y no quería frustrarme tampoco porque hice tele en los 90, que era otro mundo y no tengo ni idea cómo es ahora. Siempre que me ofrecían algo, lo negaba y me daba miedo porque pensaba que no tenía las herramientas para volver a pararme en un escenario".

"Me convocó mi amiga Solange Verina, con quien seguimos relacionadas en el tiempo cuando terminó Chiquititas y Sol me habló y me contó con tanto entusiasmo cómo era la comedia, que me terminó contagiando y convenciendo. Así me sumé. Estoy re contenta porque la obra tiene un mensaje muy profundo pero contado con humor y de una manera graciosa", se sinceró la actriz.

-Con Romina Yan tenías un vínculo especial, ¿no?

-Sí, éramos muy amigas. Teníamos diferencia de edad pero Romi era infantil también y hablábamos de todo. Tengo el recuerdo de haberme enamorado y de contarle todo a ella antes que a nadie. Cuando le conté que estaba enamorada de Nico Vázquez, con quien estuve de novia un año, yo estaba trabajando en Trillizos y pedí un permiso especial para ir a la grabación de Chiquititas y contarle a Romi que me había enamorado. Necesitaba que ella se enterara por mí y no por otra persona. Parecíamos dos quinceañeras cuchicheando y ella me contaba todo también.

-¿Compartías con Romina momentos más allá del trabajo?

-Sí, re. Los fines de semana íbamos con Romi a verlo a Darío (Giordano, su ex marido) jugar hockey sobre patines y luego salíamos a tomar algo. Ella era muy tímida, tenía un grupito selecto de amigos y siempre estaba con su gente. Cuando me fui de Chiquititas, Darío trabajaba como jefe técnico en Trillizos y todos los viernes nos mandábamos cartitas por medio de él: Romi me contaba todo lo que había pasado en Chiquititas durante la semana y yo le contaba mis cosas.

-¿Dónde estabas cuando te enteraste que había fallecido?

-Ese día había ido a Once a buscar unas estampas al taller, dejé el auto y cuando volví llovía y la grúa se había llevado mi auto. Me enojé, fui a las puteadas a buscar mi auto por la 9 de Julio y cuando volví a casa, puse de fondo la tele. En Infama, Santiago Del Moro dijo: “Nos llegó una noticia tremenda, que estamos chequeando para ver si es verdad”. No le di importancia porque no estaba prestando atención y cuando dijo: “Es con respecto a Romina Yan”, me puse a googlear y ahí vi muchos tuits que aseguraban que había muerto. No lo podía creer, pensé que era una broma de mal gusto y solo esperaba que lo desmintieran.

-¿Fuiste a su despedida?

-Sí, fui al entierro y a pesar de que había estado ahí, pasaban los días y seguía sin caer. No podía creer que fuera verdad y mucha gente me decía: “Cuando supe lo de Romina, pensé directo en vos”. Nos relacionaban mucho porque quienes nos conocían, sabían de nuestra relación. Estuve muchos meses en shock, creyendo que era una pesadilla.

-¿La soñás?

-Sí, mucho. Cuando estaba embarazada de mi primer hijo, soñé que ella venía y me acariciaba la panza. Romina estaba vestida de blanco y me desperté con la sensación vívida de que Romi me había acariciado la panza. Quería mirarla a la cara pero no la veía nítida aunque sí le veía las zapatillas Converse, que eran las que siempre usaba. Siempre que la sueño, está vestida de blanco, luminosa, con una sonrisa enorme y con los dientes bien blancos.

-¿Cuándo apareció por última vez en tus sueños?

-Hace poco. Ella me decía: “Tenés que venir a conocer mi casa”. Porque la última vez que la vi en persona, Romi me invitó a conocer su casa, a la que se había mudado hacía poco y por una cosa u otra, no llegué a ir a visitarla. En el sueño, me insistía con que fuera a conocer su casa y yo le respondía: “No, ahora voy a ser mamá y no puedo ir”. Entendí que ella me invitaba a su lugar pero yo le respondía que no, que todavía no era mi momento de partir. “Ya voy a ir, pero no por ahora”, era mi respuesta.

-¿Te hace bien soñarla?

-Siempre es lindo que aparezca pero me resulta muy raro porque siempre que la sueño, quedo todo el día medio rara, como con la cabeza anestesiada. Una vez que la soñé, me levanté, fui al baño, me miré al espejo y me vi parecida a Romi. Fue extraño: tenía el pelo como se peinaba ella y hasta me veía parecida.

La entrevista completa con Georgina Mollo está en la edición digital de Pronto de febrero y se puede descargar y leer de manera gratuita haciendo click en este link