Son días de mucho movimiento y de tristeza infinita para quienes rodeaban a Gustavo Martínez, el ex tutor legal de Marta y Felipe Fort y uno de los hombres de mayor confianza de Ricardo Fort. El entrenador físico murió el pasado miércoles 16 de febrero al caer del piso 21 de la torre en la que vivía junto a los herederos de Ricky Fort, en la calle Sucre 1949, y desde entonces todo ha sido una vorágine mediática con mucho dolor y acusaciones cruzadas.
Apenas unas horas después de que se difundiera la noticia de la muerte de Martínez, Felipe Fort sorprendió al disparar con mensajes muy duros en sus historias de Instagram contra quien fuera su tutor. Y eso provocó el enojo y la ira de Nicolás Pottery, uno de los sobrinos directos de Gustavo. "Son unos ingratos", respondió el sobrino.
El pasado sábado 19 fue la despedida final de los restos del preparador físico. El día anterior, de 18 a 22.30 se hizo una despedida íntima a la que concurrieron los familiares directos del difunto, además de un puñado de amigos íntimos en la casa velatoria Zuccotti, ubicada en Avenida Córdoba 5080.
Y el sábado tras una breve ceremonia en la casa velatoria, fueron trasladados los restos al cementerio de la Chacarita. La familia Martínez contrató a Federico Perotti de seguridad y fue el custodio quien se sorprendió cuando vio llegar al cementerio a Felipe y Marta Fort, acompañados por el abogado César Carozza y su niñera, Marisa López.
El jefe de seguridad avisó a la familia Martínez que habían llegado los hijos de Ricardo Fort y se los autorizó a ingresar. Apenas unos minutos después llegó su tío, Eduardo Fort. Charly Ronco, relacionista público y pareja de Nicolás, fue a recibirlos y los hizo ingresar a la capilla, donde se ofició una misa de despedida.
Felipe, Marta y los Fort se ubicaron del lado izquierdo del cajón mientras que la familia Martínez se puso del lado derecho. Nicolás estaba junto con sus hermanos Ezequiel y Pablo y con su mamá, María Rosa. ¿Si hubo un saludo cordial con Martita y Felipe? Ese momento fue tenso. Ezequiel y María Rosa saludaron a los adolescentes mientras que Nicolás y Pablo no lo hicieron.
Pronto se comunicó con Nicolás, el sobrino directo de Gustavo Martínez puesto que es hijo de Carlos, uno de sus hermanos -también fallecido-. Entre triste, abatido e indignado, el joven expresó: "Tengo mucha tristeza y bronca por todo lo que pasó en estos días. La pasamos realmente mal, yo tuve que ir a reconocer el cuerpo de mi tío y estamos esperando que la Justicia nos informe y nos explique qué fue lo que realmente pasó con Gustavo".
Respecto a los gastos del funeral, aclaró: "Nos hicimos cargo de todo nosotros, la familia Martínez. Por parte de los Fort no recibimos ni un solo peso y no se hicieron cargo de nada. Tampoco fueron a la casa velatoria y solo aparecieron en el cementerio. No solo no pagaron nada ni mandaron una corona sino que ni siquiera una flor le llevaron a Gustavo". Durísimo.