LINDO RECUERDO

Rocío Guirao y Nicolás Paladini, a diez años de la superboda en la ribera del Río Paraná: todas las fotos de una noche inolvidable

Se casaron cuando sus hijos Aitana e Indio eran muy pequeños. Hicieron una ceremonia religiosa íntima y después un fiestón para 250 personas

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Tenían 27 y 34 cuando se casaron. La historia de amor había comenzado a fines de 2007 cuando Nicolás Paladini la contactó por Facebook. Solo un año después, con Rocío Guirao embarazada de Aitana (nació el 23 de junio de 2009), dieron el sí formalmente pero no hicieron una gran fiesta porque la modelo prefería postergarla para otro momento en el que la pudiera disfrutar sin panza. Ese momento llegó el 26 de febrero de 2012, ya con otro hijo en la familia, Indio, que nació  el 2 de febrero de 2011. Después llegaría Roma el 3 de agosto del 2016. 

 Para evitar que el paso de la década altere los hechos y sensaciones de aquella noche mágica de la pareja, veamos cómo la Revista Pronto, que hizo tapa de aquella boda, relató lo sucedido. Fue el único medio presente en aquella ceremonia.   

 El lugar elegido fue el selecto espacio Punta Barranca, en la ribera del río Paraná, engalanado por el puente Rosario-Victoria, similar al puente de Brooklyn, lugar al que van todas las novias neoyorkinas a sacarse fotos el día de su boda. Los 250 invitados esperaban con ansias la llegaba de la novia en un cuidado jardín sobre el río, con espléndidas palapas, decoradas con telas, velas y arañas blancas. En una pérgola con flores y sillas blancas se concretó la bendición de las alianzas. Primero apareció el novio con su mamá, Graciela Espinosa e Indio en los brazos, mientras sonaba la canción My Inmortal, de Evanescense. Luego, entraron Laura Galdeano, la mamá de la novia, con Diego Díaz, el mejor amigo de la pareja. Y los siguió el cortejo: Claudia, la mejor amiga de Ro, guió a su hija Mora y a Aitana, que tiraron pétalos en la alfombra".

Nicolás entró de la mano de Graciela, su mamá, y con su hijo Indio en brazos 
Rocío entró de la mano de Juan Alberto Paladini, su suegro. El papá de la novia había fallecido dos años antes 

Finalmente, a las 20.30 llegó la hermosa modelo, enfundada en un vestido blanco de su amiga Natalia Antolín, y tomada del brazo de su suegro, Juan Alberto Paladini (fallecido trágicamente en 2014). El padre Juan José Estrada los unió en matrimonio, y también lo había hecho el día anterior, en la Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, de Rosario. Porque si bien el domingo fue la celebración a lo grande, el sábado por la mañana los chicos habían dado el sí en secreto. “Fue una ceremonia divina, súper íntima, en la que nos acompañaron sólo 20 personas. El padre Juan hizo la misa muy cálida, y nos lloramos la vida”, le confesó  Rocío a Pronto. Paladini eligió para la ocasión un saco beige y jean azul, mientras que la novia lució un vestido de Carolina Herrera, con zapatos de Ricky Sarkany. 'Esto es lo que toda mujer sueña. Los papeles a mí tanto no me interesan; me gusta más la parte religiosa. Los dos somos muy creyentes, y teníamos la necesidad de casarnos ante Dios. Acá estamos, cumpliendo nuestro sueño”, aseguró emocionada. 

El sábado 25 por la mañana, Rocío y Nicolás -con sus dos hijos- dieron el sí ante Dios con una ceremonia íntima
en la Iglesia Nuestra Señora de Lourdes, en Rosario.

 

Coqueta, Rocío se cambió dos veces durante la noche. El primer vestido, estilo princesa, era un strapless, con corte a la cintura con 20 capas de tules. La falda plató, con más de 100 metros de tela, tenía aplicaciones de encaje y cristales Swarovski. Después de la medianoche, se cambió el modelo por otro más sexy: uno de satén de seda bien ceñido al cuerpo, escotado en la espalda, con tajo profundo. “Tiene un detalle estratégico: en la cintura tengo tatuado el nombre Nicolás, y dejamos que se vea con una transparencia. Los dos vestidos son de Natalia Antolín; es una gran amiga y no podía pensar en otra persona”, aseguró la rubia, a quien la peinó Yanet Riera al agua, con un estilo años 20, y la maquilló Cholu Dimola.

El novio, por su parte, también tuvo dos cambios, a cargo del diseñador Daniel Casalnovo: un elegante frac negro, camisa blanca doble puño alforzada, tiradores negros y zapatos de charol; y saco en crepé italiano ribeteado en raso de seda, pantalón híper entallado y corbatín en seda americana. “¿No estamos pipí cucú?”, preguntó la novia a sus amigas. Las alianzas, de oro amarillo con diamantes incrustados, las diseñó Damián Colombo, y además Paladini le regaló a Guirao Díaz un costoso anillo de platino. Una vez que los novios dieron el sí y el sacerdote bendijo las alianzas, tiraron fuegos artificiales mientras sonaba el megahit de Adele Rolling In the deep, y se ofreció una recepción al aire libre, con abundante cantidad de fiambres y embutidos Paladini. Mientras el saxofonista Javier Iacovellis amenizaba la velada, los novios se preparaban para hacer su ingreso triunfal al salón. Bailaron el vals de la banda original de Drácula, acompañados por Aitana.

Los novios bailaron el vals del musical de Drácula
con la compañía de Aitana. Del techo caía una lluvia
de papelitos.

 

El servicio de catering fue suculento: se sirvieron bocaditos calientes, empanadas varias, villaroy de pollo, quebec de carne, centro de quesos con fiambres, panes saborizados, frutos secos, jamón crudo fileteado; el primer plato fue mini-provoleta, con cebollitas braseadas, abanico de pimientos tres colores, tomates asados, mini-chorizos de cerdo y mollejitas. El plato central fue costillares estaqueados, matambre de cerdo, pollo asado y vacío, con ensaladas de pimientos, capresse, zanahoria, choclo y papas al plomo, rúcula, parmesano y aceitunas negras. Todo el tiempo funcionó una barra libre de tragos con y sin alcohol, y en la cena se sirvió vino y champagne de la bodega Catena Zapata. ¿El postre? Brownie con helado de crema, frutos rojos, salsa de frambuesa con biscoits de chocolate y canastilla de caramelo. Las mesas, en vez de tener números, tenían como nombre las ciudades a las que viajó Rocío: Barcelona, París, Roma, Nueva York, Praga, Túnez, Milán, Valencia, Frankfurt. También hubo mesa dulce con crepes, tortillas frutales, helados con toppins, frutas sobre hielo, shots varios, tortas y tartas, isla flotante, marquise de chocolate, concorde, y mini-bocaditos dulces.

Los novios junto a Luli Fernández y su pareja en aquel momento, el futbolista Pablo Mouche
Rocío, Sofía Zámolo y Luli Fernández
Silvina Escudero y Tacho Riera, novios en aquel momento

 Los invitados famosos que dieron el presente fueron: Sofía Zámolo con su (hoy ex) novio, Gastón Rossetto, y Luli Fernández, amiga íntima de la novia, quien llegó sola pero a las 3 de la mañana apareció en el salón su 8hoy ex) novio, el futbolista de Boca Pablo Mouche. “Pablo tuvo que jugar contra Newells Old Boys en la Bombonera, y se vino solo en auto; no quería estar ausente porque sabe que a Ro la adoro, y que este evento era importante para nosotras”, contó Luli. Otros que también llegaron tarde, a las 4 am, fueron (la por entonces pareja) Silvina Escudero y Nicolás Riera. Su tardanza fue justificada: la morocha, jurado de Soñando por bailar, salió a la 1 de eltrece, y a esa hora viajó con Tacho hasta Rosario. Desde que llegaron, no pararon de bailar, y hasta hicieron osadas coreos en la pista, mientras tocaba en vivo Revivals Band, un grupo rosarino que hace covers de bandas nacionales e internacionales. Hubo tres shows: unos bailarines hicieron el cuadro musical All that jazz, también bailaron tango, y danzas árabes. El cotillón, temático, estuvo inspirado en Arabia y se repartieron turbantes con plumas. ¿Un detalle? Unos días antes de la boda, Guirao Díaz sorteó dos entradas, vía Twitter, para que dos de sus fans pudieran estar presentes en su noche mágica. Fernanda Pérez Dufau (22) y Alejandro Pose (23) fueron los beneficiados, y no podían creer estar sentados al lado de la mesa principal. 

El lanzamiento del ramo

En un alto de la fiesta, Rocío dialogó en exclusiva con Pronto, único medio en el casamiento. “En 2008 nos casamos por civil, y esta es la segunda parte. La ceremonia fue armónica, linda, emocionante. Queríamos casarnos con nuestros amigos, bendecir los anillos, y nos lloramos todo. Todavía no puedo creer que esté sucediendo esto, ¡es uno de los días más felices de mi vida!”, exclamó una Rochi eufórica.

-¿Cómo viviste la previa de la boda?
-Con muchísimos nervios y ansiedad. No veía la hora de que llegara el momento de la fiesta, ¡se me hizo eterna la semana previa!
Tenía muchas expectativas e ilusión. Esta noche es especial, la soñé durante mucho tiempo. Me llevó tres meses organizar
la boda, que no es tanto. Hay mujeres que dedican un año entero a planificar su boda y reservar el salón. ¡Nosotros la resolvimos
bastante rápido! El lugar que elegimos es un sueño, al lado del río, con el puente Victoria de fondo, ¡soñado!
-¿Por qué le pusieron nombres de ciudades a las mesas?
-Porque con Nico queríamos buscarle una vuelta y diferenciar las mesas con algo distinto más que con números. Eso nos parecía
una plomo, y elegimos ponerle todas las ciudades a las que viajé.


-Te emocionaste en el video, con la parte donde recordaban a tu papá, Carlos.
-Sí, fue un momento fuerte. Sabía y esperaba que el video fuero emotivo, pero no me imaginé que tanto. Lo hicieron nuestros amigos de sorpresa, y no tenía idea qué se venía. Se mezcló todo: risa, llanto, fue divino. A mi papá lo recuerdo todos los días, y más en momentos tan especiales como éste. Cuando falleció, fue un punto de inflexión y me apartó de la idea de querer casarme porque para mí el casamiento tenía mucho que ver con él, no sólo porque siempre fui su fan número uno sino porque anhelaba entrar de su brazo al altar. En fin, los duelos son un proceso y evidentemente debo estar mejor ya que hace tres meses empecé a sentir que lo quería hacer igual. Se lo planteé a Nico y él me dijo: “Hagámoslo, y entrá de la mano de tu mamá”. Pero no bien se enteró mi suegro, me encaró con un: “De ninguna manera, yo te llevo hasta el altar”. Lo vi tan decidido que me convenció enseguida. Juan Alberto es un suegro re piola, al que quiero mucho. Es un amor, re buen abuelo, me encantó haber entrado
con él. Elegí un gran padrino. 
-¿Aitana e Indio toman dimensión de que es la boda de sus papás?
-Aitu sí, lo tiene re en claro que nos casamos. Sabía que se iba a poner un vestidito de princesa, y que iba a llevar los anillos al altar. La acompañaron los dos hijos de mis mejores amigas: Mateo, de Nidia, y Mora, de Claudia. Indio, obviamente, no entiende mucho lo que pasa porque es muy chiquitito.

-¿Se van de luna de miel?
-No ya, porque el martes Aitana empieza el jardín. No queremos cortarle sus primeros momentos en el cole, así que vamos a aprovechar los feriados de Semana Santa, y nos vamos a ir los cuatro al Caribe. Al principio, pensamos en la Polinesia pero por ahora lo descartamos porque es un viaje muy largo para hacerlo con bebitos tan chiquitos.
-¿Después de acá se van con Nico solos?
-Nooo, nada. Vamos a bailar hasta las siete de la mañana, y queremos terminar agotados de tanto bailar y divertirnos.

-¿Te faltó algún invitado famoso? 

-No, nadie. Los poquitos que estuvieron fueron los que había invitado. Con Luli Fernández somos amigas de hace mucho tiempo y Sofi Zámolo y Sil Escudero son amigas nuevas, pero amigas al fin. Tenemos muy buena onda.
-¿El momento más lindo de la noche?
-El video me encantó, pero no podría elegir ninguno puntual. Cada momento tuvo un condimento especial: entrar con el vals de
Drácula y encontrarnos con Aitana sentada en el medio de la pista fue emocionante, o que Nico me espere en el altar con Indio...
todo tuvo su cuota emotiva, y salió tal cual lo había planificado. Es una noche soñada, la más feliz de mi vida.
-No faltó nada: torta, vals, ramo...
-Ya de por sí, una boda es cursi y yo quería que la mía sea la más cursi y tradicional de todas. Así fue, con vestido de princesa y todo. A todo lo que me proponía Isaac Pisarz, el coordinador del casamiento, le decía que sí. Ahora las chicas optan por vestidos más bien lánguidos, pero yo elegí uno que es todo lo contrario, con una cola muy larga y muchos volados. No hubo nada de canje. Al principio, hubo un par de ofrecimientos de marcas, pero todo era con banners o cosas por el estilo y dije que no. No quería que mi casamiento se convirtiera en una carrera de TC.

-A los invitados les pidieron alimentos no perecederos.
-Sí, porque y estamos instalados en nuestra casa, no necesitamos mucho más. Nos pareció un lindo gesto donar los alimentos, y
elegimos el Hogar de Raquel, de tránsito de la madre soltera primeriza.
-Estás viviendo en Funes, Santa Fe. ¿Te cambió la vida?
-Sí, muchísimo. Mi día a día es de mamá total, muy de ama de casa. Me hago mis escapadas a Buenos Aires para cumplir con mis
compromisos laborales, que me encantan y marcas a las que no las puedo abandonar, pero ya desde otro lugar. Priorizo mi familia por sobre todo. 2011 fue un año difícil pero me vino bárbara la movida, porque valoro más todo. También tenemos a mi mamá viviendo momentáneamente con nosotros, hasta que encuentre su casa. Ojalá dure de por vida, ¡no quiero que se vaya! 


-¿Volvés al ruedo?
-Voy a tener un año mucho más tranquilo en lo laboral. La gente de ShowMatch me ofreció estar en Bailando, pero les dije que si bien podían contar conmigo para cualquier reemplazo, no quería estar todo el año de nuevo. También me propusieron hacer teatro el verano próximo en Carlos Paz. Me seduce la idea porque es una plaza que queda cerca de acá, y además serían sólo tres meses. Más no aguantaría, pero todavía lo estoy analizando. Hoy disfruto de este presente mágico.