Si bien sus 23 años indican que ya es un adulto, el Chyno Agostini conserva todavía ciertas conductas que hablan de un corazón juvenil. Sanas, inocentes y demostrativas. Posiblemente esto tenga algo que ver con todo lo que le ha tocado vivir desde pequeño. El éxito de sus padres, Nazarena Vélez y Daniel Agostini, cada uno en su actividad; la posterior separación y el escándalo del post; el suicidio de Fabián Rodríguez, novio de su mamá y papá de su hermano Thiago; el crecimiento artístico de Barbie Vélez y su conflicto con Federico Bal y los problemas de salud de Nazarena tras endeudarse fuertemente. Contexto problemático y febril, sin dudas.
Tal vez al golpe de vista la impresión sea otra e invite a imaginar que el joven, que está dando sus primeros pasos en la música, heredando la pasión de su papá, debió madurar de golpe ante un escenario tan conflictuado. Probablemente, aunque eso evidentemente no lo llevó a olvidarse del respeto y de la importancia de sus padres. El Chyno Agostini demostró en las últimas horas que para algunas cosas continúa siendo un pibe de barrio, agradecido con su familia y todavía con un niño adentro.
Si bien el joven ya tomó su propio camino en el ámbito laboral, todavía vive con su madre y mantiene una relación muy cercana a la vez con su papá. De hecho, recientemente, en ocasión de una presentación de Daniel Agostini en la localidad bonaerense de Merlo, donde se concentró una muchedumbre para presenciar su show, el Chyno dijo presente. Y no de cualquier manera. Lo hizo subiendo al escenario y estrechándole un abrazo a su propio padre, despertando una ovación de la gente. "Te amo viejito", escribió junto a la foto que subió a su instagram para documentar un momento tan emotivo. Tiene 23, pero para él, el tiempo es hoy. Mañana, fue.