Con mucha tristeza, la familia de Arturo Bonín anunció que el querido actor murió a los 78 años de edad. En las últimas horas había trascendido la información de que el artista estaba pasando por un mal momento de salud.
"Con profunda tristeza comunicamos el fallecimiento de Arturo Bonín. Agradecemos a todos los que nos han acompañado en esta difícil etapa y a todos los que sienten su pérdida. Arturo amó su profesión de actor y director, y ha tenido el privilegio de vincularse y compartir hermosos momentos con tantas personas que lo quieren y respetan. Agradecemos todo el afecto recibido. Su familia", escribió su familia en un comunicado.
En tanto, la Asociación Argentina de Actores expresó: "Con gran pena despedimos al actor Arturo Bonín, de prestigiosa trayectoria en teatro, cine y televisión. Estaba afiliado a nuestro sindicato desde 1973. Abrazamos en este momento de dolor a su compañera, la actriz Susana Cart, a sus hijos, familiares y seres queridos".
Con una amplia trayectoria en televisión, cine y teatro, Bonín estuvo actuó en famosas novelas como Los buscas de siempre, Vidas robadas, Rebelde Way y Dulce amor. Su último último trabajo fue en la tira de Pol-ka La 1-5/18, en donde encarnó a Ciro.
En cine, filmó más de medio centenar de películas, entre ellas "Asesinato en el Senado de la Nación", "Otra historia de amor","Los pasajeros del jardín", "Iluminados por el fuego", "Los hijos de López", "Flores amarillas en la ventana", "Bairoletto", "Departamento compartido", "Sentimientos", "Carlos Monzón, el segundo juicio", "Los nadies", "A oscuras", "Los dueños del silencio".
Según transcendió, la familia no hará entierro ni ninguna ceremonia religiosa.
En 2012 le dio una entrevista a Pronto en la que habló de su mujer, Susana Cart, junto a quien llevaba más de 40 años. Cuando le preguntamos por la fórmula para una pareja tan estable respondió: "No tengo idea, pero sí sé que tuvimos suerte en un aspecto. Tengo un hijo de un matrimonio anterior, Mariano, y Susana tiene a Julieta de una relación previa. Aunque no tuvimos hijos en común, los cuatro conformamos una familia. Tuvimos la fortuna de tener tiempo para nosotros solos. Una vez por año, los chicos se iban con sus padres y teníamos espacio para la pareja. Reencontrarse con lo más básico, que tiene que ver con el sexo y el deslumbramiento del uno por el otro, es saludable para el matrimonio".
También hizo referencia a cuando tuvo que hacer el servicio militar. "En Campo de Mayo, Batallón de Aviación de Ejército 601. Éramos 120, y sólo 3 sabíamos escribir a máquina. La ventaja era que estaba en la oficina, y la contra era que nos tuvimos que quedar hasta el final, porque si nos íbamos nadie podía redactar. No lo sufrí, pude corroborar que ahí adentro hay de todo: gente de mierda y gente piola con uniforme. Mi viejo, que era chofer de colectivo y taxi, había tenido un accidente cuando yo estaba en la colimba, y el capitán me dejó ir a verlo. "Vaya y solucione el problema", me dijo. Son milicos, pero me trataron bien. Por otro lado, vi injusticias tremendas y humillaciones. Había de todo ahí.
Entre las grandes figuras con las que trabajó estuvieron la gran vedette Nélida Lobato. Así la recordó Bonin. "Fue un placer haber compartido un trabajo con ella, ¡haber estado a su lado! Tuvimos una suerte de conato de amistad, porque como era pareja de Víctor Laplace, mi amigo, implicó que vinieran a casa a comer, juntamos, hablar de cosas que no tuvieran que ver con el laburo, de nuestros hijos. Me alucinó su profesionalismo, su disciplina, su formato de laburo. En la intiidad era chiquita, muy divertida, graciosa, pausada para hablar. No voy a olvidar nunca la cara de mi viejo sirviéndole chorizo a la pomarola, en una quinta que teníamos alquilada. Mi viejo 110 podía creer que le estaba sirviendo a Nélida Lobato. Fue muy loco, pero lo mejor fue descubrir a la persona detrás del icono."
Finalmente habló de Pepe, el personaje que encarnó en la exitosa telenovela Dulce amor. "Tuve un kiosco como él. Estaba en la calle Lavalle, un año metido en ese sarcófago vertical, atendiendo al público. A las 8 de la noche se paralizaba todo, no pasaba nadie más, y tenía la posibilidad de irme al teatro a actuar. Ya había trabajado un poco en tele para esa época, y en teatro venía laburando hacía años. El kiosco estaba al lado de Sadaic, y muchos músicos, como Moris, me preguntaban si era el mismo que actuaba en el teatro del centro. Gian Franco Pagliaro, hasta hace poco, me lo cruzaba por la calle y me decía: "¿Me das un atado de fasos?". En esa época me conocían sólo los del palo."