La relación de Luciana Salazar y Martín Redrado parece una verdadera novela. Un culebrón mexicano que todas las tardes atrapan al público. Si bien se separaron, cada tanto intentan volver, se vuelven a distanciar, se acusan y hasta van a la Justicia para resolver cuestiones maritales cuando, en realidad, los dos parecen estar en otras historias.
En el medio de todo esto, el abogado Mauricio D’Alessandro sacó a la luz un rumor del que se hablaba por debajo, pero que nadie quería confirmar: la existencia de un contrato. Allí parece que hay ciertas obligaciones que el economista debe cumplir y que cuando no lo hace, Salazar explota.
En primera instancia, en diálogo con Socios del espectáculo, se refirió a la hija de Luli: “Escuché a Ana Rosenfeld decir que él no podría ser el padre biológico de Matilda y que por lo tanto había instado a Luli a que tuviera esta hija, entonces tenía obligaciones… Es bastante difícil eso”.
Luego de eso, remarcó que lo económico va más allá de la menor, sino que tiene que ver con algo que establecieron cuando se conocieron. “Es difícil establecer obligaciones respecto de un tercero. Luciana y Martín tenían un contrato bastante raro. Ellos tenían pautada una suma mensual que él tenía que pagarle a Luli simplemente por ser su pareja…”.
“Luli trabaja. No va a obligar a un tercero a proveer alimentos de una nena solo porque él prometió eso. Martín Redrado puede prometer que va a hacerlo, pero siempre tiene que haber una contraprestación. Acá solo había una liberalidad a un tercero y una promesa”, finalizó el tema.