Periodista, ex panelista y profesor universitario, Guillermo Pardini (55) tiene un amplio recorrido en el medio: comenzó su carrera como productor radial en Radio Rivadavia, donde trabajó con figuras como Enrique Alejandro Mancini, Enrique Llamas de Madariaga y Héctor Larrea, con quien estuvo seis años y participó del ciclo Rapidísimo; luego formó parte de Tarde de radio con Paulo Vilouta, condujo Faro Celta y hasta diciembre de 2017 integró la edición radial del programa La cornisa de Luis Majul, luego renombrado Majul 910 en Radio La Red.
La popularidad la alcanzaría en televisión, medio en el que debutó en 1995 en el envío Hetitor en vivo, por ATC; luego pasó a Yo amo a la TV, conducido por Andrés Percivale; en 2001 integró el primer panel de Indomables, que luego pasaría a ser Duro de domar y fue el único panelista que no faltó a ninguna temporada del programa que tuvo en la conducción a Lucho Avilés, Mauro Viale, Roberto Pettinato, Fabio Alberti, Daniel Tognetti y nuevamente a Pettinato, quien lo capitaneó hasta que terminó. En 2009, integró junto a Any Ventura y Oscar Mediavilla el jurado de El casting de la tele, conducido por Carla Conte y José María Listorti; más tarde se integraría a Infama, en América TV y en 2017 pasó a formar parte de Confrontados, por Canal 9.
Pero de buenas a primeras, se vio involucrado en un escándalo mediático y tuvo que dar un paso al costado en su trabajo. ¿Qué pasó? Una mujer con la que tenía encuentros íntimos lo denunció por violencia de género y Pardini debió enfrentarse a la Justicia, que finalmente lo sobreseyó. En estos años alejado de la televisión, el periodista la pasó mal y cuando se comió todos los ahorros, salió a manejar un auto para ganarse la vida. La última noticia es que de a poco fue volviendo al medio y está trabajando en la redacción digital de Diario Popular, donde puede despuntar el vicio del periodismo.
-Para ir por orden, ¿qué fue lo que te pasó puntualmente y por qué te alejaste?
-Llevo 35 años en los medios; empecé de muy jovencito. Hice radio, mucha televisión y poca gráfica. Ahora estoy desempeñando la nueva gráfica, a través de internet, en Diario Popular. ¿Qué fue lo que me pasó? Tuve una denuncia de violencia de género, trataron de extorsionarme, no accedí, fui a juicio y tuve, la verdad, un juicio bastante lamentable. Eso hay que decirlo, no es una opinión personal. En base a las pruebas que presenté y todo lo que pasó durante el juicio puedo decir que fue lamentable porque fui amenazado delante del juez por uno de los abogados de la otra parte, a ese nivel. Fui declarado culpable, realicé todas las apelaciones y después de mucho tiempo fui sobreseído, finalmente. Por una jueza, no por el mismo juez que me condenó.
-O sea que fuiste declarado culpable y luego sobreseído.
-Sí, porque apelé. Todo esto me llevó seis años y medio, desde que empezó la denuncia hasta que finalmente fui sobreseído, en diciembre del año pasado.
-¿Quién fue la persona que te denunció?
-No es conocida y la verdad es que siento que ella fue una víctima de la situación ya que la maniobra fue orquestada por dos abogados que lucraron con esto. A pesar de las pruebas, al juez no le interesó investigar esto y ni siquiera se interesó por mi inocencia. Fue como tramitar un expediente y ya.
-¿Sentís que te hicieron una cama?
-No por algo en particular contra mí sino por una cuestión de dinero, nada más. La teoría es: “Trabajás en la tele, sos millonario”. Yo no iba a pagar una extorsión y menos por algo que no había hecho. Antes del juicio me ofrecieron la probation y también la rechacé porque para el común de la gente una probation significa que asumís la responsabilidad del acto y hacés tareas comunitarias. En este medio, uno trabaja con su nombre y no podés negociar con tu nombre.
-¿Cuánto tiempo te relacionaste con esta chica?
-Encuentros ocasionales, no fue una relación estable. Ellos lo que trataron de instalar era que había sido mi pareja pero no coincidía porque ella estaba saliendo con otra persona en los tiempos en que estaba conmigo. No coincidía nada y las historias se caían a pedazos. Cambiaron cuatro veces la declaración pero tampoco quiero dar mucha vuelta con esto porque para mí ya es historia pasada.
-¿Cómo lo resolviste puertas adentro con tu mujer y tu hija?
-Y, bueno: divorcio, pedido de disculpas y la humillación para la otra parte ya estaba hecha porque esto tomó dominio público y fue un escándalo. Terminé divorciado y actualmente, después de un tiempo, tengo buena relación con mi ex mujer. Tengo una hija de 15 años y por suerte ella lo pudo entender. Los chicos son bastante más inteligentes que uno en muchos aspectos y entienden más rápido cómo son las cosas.
-¿Te sentiste muy solo en esta situación?
-Mirá, por suerte no porque tuve la contención de amigos, amigas, familia. De gente que de repente aparecía en mi vida y me ayudaba. Pero en definitiva uno sabe que la pelea la da solo. Es más, si no es porque afecta a los demás, yo a la pelea me la bancaba solo y no tenía problema. Pero evidentemente afectaba a mis viejos, a mi hija y a todos.
-¿El medio cómo sentís que respondió frente a esto?
-Del medio no esperaba mucho así que tuve buena respuesta. Con mis empleadores, tanto en el caso de Mandarina como en Radio Continental y el instituto donde daba clases, nos sentamos y charlamos la situación. Ante un veredicto de culpabilidad, no había mucha forma de sostenerlo porque terminás afectando a cualquiera de las empresas en las que trabajás. Estaba haciendo Confrontados en Canal 9 con Mandarina y en Radio Continental a la mañana. Además, daba clases de producción de espectáculos en un instituto.
-Un juez a la liviana tomó una decisión en tu contra y te arruinó la vida. ¿Qué pasó con él?
-Nada, se jubiló y debe estar cobrando su millonaria jubilación. Es más, sigue trabajando en el estudio de abogados de sus hijos, en la calle Corrientes así que por lo visto no le deben pagar tanta jubilación, entonces pobre hombre está haciendo horas extras ahí. Seguramente facilitando los contactos que tiene en la Justicia a favor de sus hijos.
-¿Te quedaste con rencor?
-No. Ahora estoy soltando el tema y por eso de a poco quiero dejar de hablar de todo esto. Pero imaginate que fueron seis años y medio que este tema me atormentó.
-Pasaste de ser panelista estrella a manejar un auto. ¿Cómo fue ese cambio de vida?
-Bueno, como la situación era fácilmente revertible, el fallo de culpabilidad por una cuestión de presentaciones y todo eso, primero empecé a comerme los ahorros, lo clásico, y después me puse a vender cosas que tenía y que me sobraban: ropa, zapatos, vajilla. Inclusive me fueron donando familiares y amigos a través de la plataforma famosa. Fui vendiendo todo y haciendo la vida más liviana. Tenía un montón de zapatos, de los famosos canjes, y fui vendiendo absolutamente todo. Con eso iba pagando y sosteniendo las obligaciones de la vida cotidiana. Pasé de cobrar tres sueldos a cobrar ninguno.
-¿Ahí surgió que salieras a conducir un auto?
-Claro, ahí vi la posibilidad de salir a trabajar como chofer de Cabify. Me tiraron la idea, averigüé un poco, me anoté, autorizaron el auto y empecé a trabajar. ¿Si me reconocían los pasajeros? Por suerte hubo pocos que me reconocieron porque con el barbijo y al solo verme la nuca, no se daban cuenta. Hubo un par que me identificaban por la foto, charlábamos un poco y yo no ahondaba en el tema. Era más fácil decir: “La crisis y la pandemia me llevaron puesto”. Es desgastante andar explicándole a todo el mundo lo que me pasó. Además, ya había hablado demasiado sobre esto. Arrancás por el famoso “¿por qué a mí?”, después no parás de preguntarte cosas y he pasado madrugadas enteras en la casa de mi abogado porque no entendía lo que me estaba pasando. Después le vas sacando peso al pensar por qué no a mí, que la vida es así y te vas amigando, más allá de que deseás la justicia para todos los involucrados. El sistema es tan perverso que decidís seguir con tu vida porque sino te enfermás.
-¿Seguís trabajando de chofer?
-Sí, sigo manejando y lo puedo compatibilizar con mi nuevo trabajo, que me tiene re contento. Empecé hace poquito a laburar en la página web del Diario Popular. Estoy a full y súper contento, yendo todas las tardes a la redacción. Es una experiencia nueva porque no había trabajado nunca en una redacción web. De todos modos, sigo manejando porque los gastos van creciendo, la inflación está tremenda y me siguen llegando las cartas de la prepaga y todo eso.
-¿Te adaptaste a la redacción web?
-Sí, estoy aprendiendo y me voy aggiornando todo el tiempo. Es un volver a la liga después de dos años en que me cerré y me fui. También es redactar todo el tiempo y es volver a entrenar. Es como un jugador que después de la lesión vuelve al fútbol. Escribo sobre espectáculos.
-¿Seguís en APTRA?
-No. Ya no soy más miembro de APTRA. Tuve que renunciar por los acontecimientos de público conocimiento que te venía relatando. No es que me obligaron a renunciar. Fue una decisión personal. Tenía que dar un paso al costado de todos los lugares en los que estaba para que se aclarara la situación.
-¿En qué panel de televisión te gustaría estar?
-No tengo ninguna preferencia mientras pueda ser yo. Después de todo lo que me ha pasado soy el mismo pero no soy el mismo. Tengo otra mirada de muchas cosas. En nuestro rubro, me gusta mucho lo que hace Angel De Brito sobre todo por cómo maneja a las fieras. Me gusta mucho las caras y cómo las maneja. También me divierten Adrián Pallares y Rodrigo Lussich, que desdramatizan todo, se ríen y es otro estilo. El espectáculo es eso: no lo podemos tomar tan en serio. Hago una comparación con lo que me pasó a mí.
-¿Cómo sería?
-Me podés decir: “Qué terrible, Pardini, estuviste dos años y medio afuera”. Sí, tenés razón. ¿Pero sabés qué? Estoy vivo. Y no es un dato menor teniendo en cuenta que hay jueces que terminan cagándole la vida en serio a mucha gente. O que liberan a violadores o asesinos que terminan reincidiendo. Lo mío fue… A ver, como diría Guido Kaczka: “Está mal pero no tan mal”. El problema es ese. Esto me amarga a mí: ves a los políticos discutiendo por la Corte Suprema, los miembros y demás y todo es para cubrirse en sus negociados. Y la gente la está pasando mal de verdad. No hay una modificación de eso y los jueces no tienen ningún tipo de sanción. Uno de los jueces que estuvo y que me estiró esta agonía, el juez Javier Anzoátegui, tiene en los últimos dos años seis pedidos de juicio por su desempeño. ¡Seis! Pero el Consejo de la Magistratura no hace nada. Y ese tipo es un juez, al que le pagamos el sueldo entre todos.
-¿Qué más cosas pasaste?
-Lo que te imagines. Tuve que soportar cuando estaba en Infama que un funcionario judicial del primer juzgado al que cayó la causa y donde solo era una denuncia, pusiera en su cuenta personal de Twitter datos de la causa y como que yo ya había sido condenado. Y pedía justicia. Le mandé una carta al juez de ese juzgado pero no lo echaron sino que lo corrieron de juzgado. Ese tipo el día de mañana puede ser juez. Así de loco es todo.
-¿Tenés algún proyecto para volver a la tevé?
-No. Concreto no tengo nada y estoy abierto a escuchar propuestas. Me ofrezco como panelista laburador y batallador que soy. Pero proyectos en sí que pueda decir que estoy trabajando para presentar, no. Tengo un par de ideas pero es difícil porque las ideas quedan en eso a veces.
-¿Cómo es un día en tu vida hoy?
-Voy a la redacción de Diario Popular, termino de trabajar a las 8 de la noche y salgo con el auto por el centro. Estoy hasta las 2 de la mañana aproximadamente pero no mucho más porque ya soy un señor grande y no me resiste el cuerpo. Luego me voy a descansar y ya a las 8 arranco para la redacción web otra vez. Así son mis días hoy y te repito: estoy feliz de estar vivo.
Por Nicolás Peralta
La entrevista con Guillermo Pardini y otras más las encontrás en la edición digital de Pronto de junio, que tiene a Analía Franchín en tapa y se puede descargar de manera gratuita haciendo click en este link