Tiziano Gravier, el hijo de Valeria Mazza y Alejandro Gravier, vivió un dramático episodio la madrugada del 5 de junio. Ocurrió en la puerta de un boliche en Rosario, al que había ido con su hermano y un grupo de amigos. Allí, dos inadaptados, dos verdaderos salvajes, lo amedrentaron y uno de ellos le dio una trompada que le quebró la mandíbula.
Lo que vino fue las primeras curaciones en un nosocomio rosarino, voló a Buenos Aires, para internarse en el Hospital Austral. Lo intervinieron quirúrgicamente, y el 9 de junio le dieron el alta. A la salida, Mazza habló y dio detalles de la cirugía.
Ahora, antes de pasar por el quirófano de nuevo, el que rompió el silencio fue Tiziano. Por supuesto, la consulta sobre sus agresores no faltó y el deportista de elite respondió: “Yo a ellos no les diría nada. No tengo nada para hablar. Lo charlamos mucho acá en casa. Yo no quiero revancha ni venganza. Lo único que me preocupa es que esto no pase más y que se resuelva al pie de la letra de lo que dice la Justicia”, le contó a Caras.
Enseguida agregó lo que le gustaría que pasara con este caso, haciendo hincapié en que sirva como un antes y un después: “Que sea un mensaje claro de que si pasa esto, hay consecuencias. No puede seguir pasando que hagan algo así y sigan con su vida como si nada”.
“Entiendo al padre de uno de los agresores que pidió perdón por lo que hizo su hijo, pero una cosa no quita a la otra. El señor puede estar recontra arrepentido, pero las cosas tienen sus consecuencias y esto se tiene que aprender”, finalizó el tema.