UN PERSONAJE PARA EL RECUERDO

A 10 años del adiós a Juanito Belmonte, el pionero de los representantes de artistas que era amigo de todos

Vino de Rosario junto al Negro Olmedo para triunfar como actor. Pero la profesión lo llevó hacia otro lado. Fue manager de su gran amigo Enrique Pinti y de muchos famosos más. Su lema era. "Debo querer al artista que represento, si no el éxito no me acompaña"

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El día que lo conoció a Enrique Pinti describe con certeza como era una día en la vida de Juanito Belmonte. Su hermana, Paula Galés iba a hacer un cafe concert en Villa Gesell y a Juanito le habían contado del talento de Pinti y pensó en él para que se sumara al espectáculo. “Era para que mi hermana no cantara un tango tras otro”, explicó el propio Juanito en una mesa de Mirtha Legrand de 1999, en la que la diva reunió a los mejores amigos de Pinti para su cumpleaños. Belmonte citó a Enrique en su casa, conversaron pero finalmente la empresa se obstinó en que solo hubiera canciones de tango. Cuando Juanito fue a despedir a Pinti, al abrir la puerta se encontró con Joan Manuel Serrat que lo pasaba a buscar para ir a cenar a los carritos de la Costanera.

Con Serrat se hizo amigo y lo llevaría después a España donde permaneció un tiempo haciendo presentaciones de espectáculos, hasta que tuvo que regresar para estar más cerca de su mamá que necesitaba que la cuidaran.

 


 

Juanito nació en Rosario bajo el nombre de Félix Pedro Verón en 1933. Una infancia con ligeras privaciones junto a su mamá y su hermana y largas horas escuchando radioteatros fueron el germen del sueño firme de algún día venir a Buenos Aires donde las luces del espectáculo brillaban con fuerza. Fue su amigo Pancho Guerrero quien en los años 50 le dijo la famosa frase “tenés que venirte, Dios está en todas partes pero atiende en Buenos Aires."  Vino con otro rosarino, nada menos que Alberto Olmedo. “Con el Negro éramos como hermanos, unos enloquecidos por querer ser artistas, tal es así que fuimos clowns del teatro de la Comedia para ver a nuestras estrellas favoritas”, contó Juanito en una entrevista a la Revista Pronto de 1997. 

Con el Negro Olmedo

La periodista Adela Montes recuerda que “Juanito empezó como bailarín en la tele. Un día Noemí Lazerre me pidió que lo llevara a una de nuestras audiciones de las Cazadoras de autógrafos que hacíamos en radio Mitre. Era simpático y muy agradable. Hablaba con todos y eso fue lo que lo terminó convirtiendo en representante de artistas”. 

Entre los 60 y los 70 participó de una serie de películas como Bajo el ardiente sol, El mundo es de los jóvenes y La pérgola de las flores, pero su carrera de actor no tardó en ser desplazada por su tarea como representante de artistas. Muchos lo atribuyeron a su talento natural para las relaciones públicas, él en cambio, “culpó” a Alfredo Alcón. “Cuando lo vi actuando, me di cuenta de que tenía que dedicarme a otra cosa. ¿Qué iba a hacer yo frente a tanto talento?”

De a poco fue naciendo el Juanito representante. “Yo fui un innovador. Nadie practicaba el ejercicio de las relaciones públicas. Eso lo impuse yo y con una premisa... Para hacer bien este trabajo debo querer al artista que represento." 

En otra oportunidad, dio más detalles sobre su labor y sobre cómo se fue dando un medio en el que las figuras se fueron acercando a la gente. "Amé eso de estar ahí para favorecer al artista, conseguirle notas para convertirlo en figura, porque ese es el sentido de la profesión. Cuando yo empecé, el ambiente era otro, existían las grandes estrellas y eran inalcanzables. No como ahora que podés encontrar a un famoso parado en las Cuartetas comiendo pizza con la mano. Había discreción, educación y misterio, pero todo eso se perdió. Eran pocos los medios donde podías meter una nota, pero los programas y los periodistas eran de primera."     

 

Juanito junto a
sus amigas Cris
Miró (a quien
representó),
Susana Romero,
Alejandra Mora y
Marixa Balli.

Además del gran amigo de su vida que fue Pinti, Belmonte fue promotor artístico de El club del clan, representó a figuras como Palito Ortega, Sandro, Antonio Gasalla,  fue quien descubrió a Cris Miró, en tiempos donde las para las mujeres trans salir de los circuitos alternativos era muy difícil. También a Valeria Lynch. “Yo era amigo de su padre y una vez la llevamos a Odeón para una prueba. Cuando escuché su voz no dudé de que ba a triunfar pero cuando le pregunté su edad me dijo que tenía 14 años. Le tuve que decir que había que esperar un poco, en esa época nadie empezaba una carrera tan joven", explicó.     

Durante años cenó cada noche en el restaurante Edelweiss, donde tenía su mesa asignada. Las noches interminables después de las funciones de teatro fueron un clásico. Muchos que ni siquiera estaban invitados caían al lugar sabiendo que allí lo encontrarían  y se sentaban a su mesa donde eran recibidos con la generosidad habitual de Juanito. Hasta que hubo que empezar a limitarlo porque eran decenas de personas cenando sin pagar o con descuentos importantes en el exclusivo restaurante de Libertad y Corrientes.  

Con Valeria Lynch y su pareja en aquel entonces, Miguel Habud

     

 

LOS FAMOSOS Y SUS ANECDOTAS CON JUANITO

Algunas historias que contaron sobre él

ENRIQUE PINTI:  "Primero tendría que decir que nada le provoca más pánico que viajar en avión. No es difícil imaginar entonces cómo se sentía antes del viaje que hicimos en el año '80, si te digo que teníamos que volar a París, Nueva York y Los Angeles. Por supuesto que apenas subimos al avión lo empecé a torturar, pero lo peor fue después de la primera escala en Río de Janeiro. Para entonces ya era noche cerrada, lo que ya lo ponía bastante nervioso y yo, al advertir que le llegaba el reflejo de la luz del ala del avión, le hice creer que estaba relampagueando y que se acercaba una terrible tormenta. Nunca lo vi rezar tanto, creo que se acordó de todos los santos, incluso habrá inventado alguno. Por suerte después de media hora se dio cuenta de que el supuesto relámpago era la luz del avión"

FATIMA FLOREZ: "Tengo una anécdota con Juanito Belmonte de mis comienzos y un poquito más adelante también, más específicamente el primer Martín Fierro que gané en el año 2013 que fue en el teatro Colón. Feliz de la vida, después nos fuimos a festejar al restaurante Edelweiss, del que eran habitués Enrique Pinti y Juanito Belmonte. Todos me felicitaban por el Martín Fierro, y yo estaba tan exultante esa noche, nos reímos tanto y la pasamos también, que cuando me fui, me lo olvidé en el restaurante el Martín Fierro. Cuando llego a casa me doy cuenta, así que volví al restaurant y Juanito todavía estaba. Le digo 'no sabes lo que me pasó, me olvidé el Martín Fierro'. Y él me dice, 'no, Fátima, no te lo olvidaste acá. Fíjate bien por ahí lo perdiste en otro lado'.  Bueno, resulta que lo tenía él, me hizo una bromita y lo había escondido." 

CACHO CASTAÑA:  "Cuando Juanito era jefe de prensa y contrataciones de Odeón, yo era un desconocido y tuve que acudir a una cena para que Juanito me escuchara cantar. Cuando lo vi parecía un caballero inglés; vestía un impecable traje blanco y sus modales imponían respeto. Intentando ser simpático, me ofrecí a servirle gaseosa, con tanta mala suerte que al destapar la botella empezó a salpicar como si la hubiera sacudido a propósito. El traje de Juanito quedó hecho un asco. Sin embargo no sólo me escuchó, sino que me recomendó y así empecé mi carrera. La verdad es que es un maestro".

GUSTAVO GUILLÉN: "Te puedo comentar del día que me contó un blooper de película. Resulta que Juanito tenía un papelito en un policial dirigido por Bernabé Ferreyra y llegó el día en que tenía que morir frente a las cámaras. Queriendo mostrar sus aptitudes se mandó una escena digna de un protagonista. Como el programa iba en vivo, le hacían señas para que no la hiciera tan larga. Finalmente cerró los ojos, pero de pronto escuchó que alguien dijo 'ya está'. Sin dudarlo se levantó y empezó a sacudirse la tierra. Lo que él no sabía es que todavía estaba en el aire. Ante las señas desesperadas del director advirtió lo que pasaba y se volvió a tirar. Juanito siempre dice que fue el único hombre que murió dos veces".

PANCHO GUERRERO "Cuando Juanito trajo a su hermana y a su madre de Rosario, su situación económica no era buena. Yo le di un bolo en un programa de aquella época que se llamaba Operación Cero. Recuerdo que lo grabábamos en el Río de la Plata, en un submarino, y la trama exigía que en cada capítulo muriera un personaje. No te imaginás los malabares que tuve que hacer para que el autor, Jorge Falcón, lo dejara vivir y así él pudiera seguir cobrando. Tal es así que, a pesar de que había figuras muy importantes, Juanito se mantuvo con vida hasta el capítulo 10”. El pionero de los RR.PP. recuerda muy bien aquellos tiempos, "nunca voy a olvidar cuando mi amigo Pancho le dijo a Martha Reguera 'dale algo a este pibe, mirá la cara de hambre que tiene'", evoca con el buen humor que lo caracteriza  

EL ADIOS

Juanito murió el 23 de junio de 2012 de una afección pulmonar. Sus amigos, casi todos del medio, recorrieron en caravana la avenida Corrientes hasta la calle Libertad, donde estaba el restaurante Edelweiss donde cenaba todas las noches con Pinti y sus amigos. Sus cenizas fueron esparcidas sobre Corrientes, como había sido su deseo. cerca de todos los lugares donde fue feliz.