El 9 de enero, Marcelo Iripino y su pareja, Marcelo Frezzia, se tomaron un vuelo con destino a Miami. En las valijas llevaron sueños e ilusiones de poder rehacer una vida allá, comenzando desde lo laboral. Con varios proyectos en sus manos, fueron a probar suerte, ver que les deparaba el destino.
“Ya lo tenía pensado, pero con la pandemia se había estancado un poco. Lo bueno es que para obtener la visa de residente tenés que demostrar algo en lo que seas el mejor en tu país y entonces yo me puse como coreógrafo y mostré todos los premios que me gané. Hace un año nos llegó la noticia que teníamos la green card aceptada”, le había contado antes de partir a La Nación.
Sin embargo, seis meses después, Marcelo pegó la vuelta y regresó a Argentina. Lamentablemente para uno de los coreógrafos más queridos del ambiente, las cosas no le habrían ido como se lo imaginó, según contaron en Socios del espectáculo. “Invirtió dinero, pero no le fue bien”, contó Adrián Pallares.
Por otro lado, contaron que más allá de eso, fiel a sus convicciones, y su entereza, esto no le generó decepción ni nada por el estilo. Sabe como levantarse y ponerse de pie rápidamente. “Va a trabajar acá. Va a hacer la temporada de verano en Córdoba, en Villa Carlos Paz”, agregó Karina Iavicoli.
Al parecer, más allá de la inversión que hizo, de todo lo que puso desde el entusiasmo, hubo otras cuestiones. Todo indica que para ciertas profesiones esta ciudad estadounidense no es la mejor. Sin embargo, una vez que finalice la temporada en Córdoba volverá a Miami ya que tendría en vista hacer la versión del musical Forever young en Estados Unidos. "Eso me tiene entusiasmadísimo", habría reconocido Iripino a sus amigos.