ENTREVISTA A FONDO

Coco Sily: "Lo que vamos a hacer no tiene ningún antecedente en la historia del teatro argentino, es demencial"

A punto de estrenar la obra Network en el Teatro Coliseo, el actor y conductor de Noche de mente, que emite a diario la Televisión Pública, habló de todo con Pronto. “Es un gran desafío para mi carrera hacer esta obra monstruosa”, sentenció

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Se lo nota exultante, ansioso, con la adrenalina previa a un estreno. Pero este no será un estreno más sino uno muy especial, que lo tiene a Coco Sily (60) con muchas expectativas por lo que significará Network, la obra que está preparando junto a un gran equipo para llevar a las tablas del Teatro Coliseo a partir del 14 de julio. En el elenco están Florencia Peña, Eduardo Blanco, Pablo Rago y César Bordón, la producción es de Ariel Diwan y la historia que se cuenta es la de un reconocido presentador de noticias de televisión que se ve envuelto en una situación tremenda que pone en debate el rol de los medios de comunicación. Basada en la película homónima, la pieza teatral se convirtió en un éxito tanto en Broadway como en Londres y México. En charla con Pronto, Coco confió cómo se está preparando para debutar con Network. “Estoy con mucho vértigo, nervio, felicidad y ansiedad a la vez. Es una mezcla de distintas emociones como hacía mucho tiempo no sentía”, reconoció.

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-Es tu vuelta a las tablas con una obra coral después de muchos años.

-Es cierto. Si juntamos Aryentains y La cátedra del macho, son como 16 años que no me bajo del escenario porque fueron 4 años con la primera y 12 con mi unipersonal. En pandemia me reinventé e hice La cátedra por streaming, con lo cual me fue muy bien porque corté casi 24 mil tickets y eso estuvo bárbaro. El tema es que Network no tiene ningún antecedente en la historia del teatro argentino. Entonces, realmente por la maravilla del texto y la complejidad técnica, te puedo decir que va a marcar un antes y un después porque nunca se vio algo como lo que se está montando en el Coliseo.

-¿Tan grande es la puesta?

-Enorme, de una producción tremenda, monstruosa. Es una cosa de locos. Network debe ser el espectáculo más complejo en cuanto a una obra de teatro; está claro que no es el Circo de Soleil. Como obra, pensá que son 140 metros de pantalla, sonido envolvente en toda la sala, 36 cambios de escenografía, un escenario giratorio y dos carros gigantes arriba del escenario. Somos 22 actores más 6 camarógrafos arriba del escenario mientras nosotros estamos actuando. Es un mega espectáculo, aparte de ser una obra multipremiada en el mundo.

-¿La conocías?

-Sí, había visto la película, que es maravillosa y ganó un montón de Premios Oscar. Técnicamente es un desafío enorme y para mí más todavía ya que llevo 12 años trabajando solo en un unipersonal. Está todo milimétricamente estudiado y si bien somos 26 arriba del escenario, en el equipo técnico son 60 personas. ¡Una locura!

-Qué inversión la del productor.

-Increíble. Para mí hay que darle la llave de la ciudad a Diwan o nombrarlo algo especial porque es un acto de patriotismo lo que está haciendo en este momento con la realidad difícil que estamos viviendo. Un pibe tan joven como él se la jugó e hizo una inversión de cientos de miles de dólares. Es realmente una locura lo que se va a ver ahí arriba; es demencial y el teatro Coliseo es una maravilla para poder hacerlo. Estamos ensayando hace dos meses largos y la pasamos muy bien.

-¿Cómo te llevás con el elenco?

-Excelente. Es un placer el equipo que se formó. Vengo del unipersonal hace mucho tiempo y soy más del palo de la comedia así que todo es un desafío porque si bien este espectáculo tiene humor, es una crítica muy ácida sobre los medios de comunicación. El contenido va a dar que hablar y generar polémica, entonces trabajar con compañeros que me contienen en este caso es una maravilla. Eduardo Blanco, César Bordón, Pablito Rago, Flor Peña y todos mis compañeros tienen una trayectoria muy importante en espectáculos grandes, entonces me contienen un montón.

-¿De qué va tu personaje?

-Mi personaje lleva el rol protagónico porque la anécdota que dispara toda la historia es la de un presentador de noticias de un canal importante y después de muchos años de conducir su noticiero, lo bajan porque descendió mucho el rating. Cuando él se despide al aire, anunciando que va a dejar de conducir el noticiero en dos semanas, les cuenta a sus televidentes que no tiene otra cosa en la vida porque se ha quedado viudo hace tres años y no tiene hijos, entonces tomó la decisión de suicidarse en vivo. Se va a matar en vivo y esto dispara una catarata de circunstancias que desnudan lo que sucede con los medios porque claro, en dos semanas el tipo se va a suicidar y el rating empieza a subir a lo loco.

-La historia es fuerte.

-Sí, es una gran crítica sobre lo que pasa en los medios. Esto dispara toda una maquinaria que delata cómo son los medios de comunicación y hasta dónde son los límites con los que podemos jugar. Después hay un montón de otras historias dentro de la obra pero ese es el disparador. Broadway está haciendo la obra en este momento, con el actor de Breaking Bad en el papel que hago yo. Es un honor este laburo, no lo puedo creer y por eso tengo tanto vértigo, miedo y alegría al mismo tiempo. Dios quiera que nos vaya bien porque es laburo para mucha gente.

-¿El avance del feminismo te afectó en el humor que hacés en La cátedra del macho?

-No, para nada porque a La cátedra la vengo haciendo hace 12 años y la revolución feminista me agarró en plena cátedra. El concepto de la palabra macho y su implicancia cambió notoriamente desde esta maravillosa revolución feminista. El espectáculo no tenía contenido machista sino que era un unipersonal que esencialmente hacía humor sobre el costumbrismo de los argentinos. Nunca tuve problema pero sí estamos atravesando un momento en el que tenemos que pensar y repensar mucho lo que decimos arriba del escenario. Soy de los que creen que todo lo que decimos arriba del escenario es mentira; entonces si partimos de esa premisa uno debería poder decir cualquier cosa en las tablas. Sin embargo, los tiempos que estamos viviendo te obligan a repensar mucho el contenido. Estamos viviendo cambios muy fuertes y está mal auto censurarse, pero no está nada mal que uno ejerza un sano ejercicio de repensar lo que dice y que hay un humor que ya no tiene cabida en la actualidad. Ya no solo no se puede hacer sino que no se debe hacer. Y está bien que así sea.

-Estás con el teatro y en la tele en la Televisión Pública con Noche de mente.

-Sí, con Noche de mente con Carla Conte y Diego Golombek, que lleva la base científica del asunto. Con Carlita conducimos y estamos todas las noches a las 22 pero lo grabamos durante el día. Ensayo todas las mañanas de 10 a 14 y luego me voy al canal ya que grabamos hasta las seis de la tarde.

-Compartiste en Instagram una foto con tus cuatro hijos, ¡qué grandes que están!

-¿Viste lo que son? Increíbles, los amo. Dana (29) es la más grande, es la única mujer de los cuatro, es tarotista y se dedica a hacer cartas natales. Está muy metida con la militancia feminista. Le sigue Sasha (25), que es varón y acaba de recibirse de licenciado en producción y comunicación. Trabaja hace varios años en el Grupo Indalo y es productor en la Pop del programa de Rodrigo Lussich. Al final vienen los mellizos Bono y Baltazar, que estudian Abogacía y les va bárbaro. Van a cumplir 22 años y estudian lo mismo, ¿podés creer?

-Se te debe caer la baba como padre.

-¿Viste qué lindos que son? Son hermosos por fuera pero por sobre todas las cosas son buena gente, son buenos pibes, tan sanos y tan derechos. Tan buenos amigos, tan buenos hermanos y tan buenos hijos. Siempre digo lo mismo: primero soy padre, después soy padre, luego soy padre y después soy todo lo demás.

-¿Alguno vive con vos?

-No, no. Dos ya viven solos y los gemelos viven con la madre. Los veo todo el tiempo porque con Silvia, la mamá de los chicos, tengo una relación excelente desde el día que nos separamos. Somos muy amigos con mi ex, compartimos absolutamente todo y ellos han vivido esencialmente con la madre pero a 10 cuadras de mi casa y siempre pasaron mucho tiempo conmigo. Ellos iban y venían todo el tiempo y jamás tuvimos ese problema de asignar días por semana. Los chicos siempre se manejaron con total libertad.

-¿Qué sano para todos, no?

-Sí, para los chicos eso fue sanísimo y para nosotros también. No sufrimos la separación pero tenemos conocidos y amigos que se separaron odiándose y los chicos viven con una angustia y una tristeza que no están buenas. Nosotros nos llevamos bien, siempre nos hablamos por teléfono y cuando estuvimos en pareja cada uno, nuestras parejas se llevaban recontra bien con nuestros hijos e incluso con nosotros como ex. Llevarme tan bien con Silvia me allanó muchísimo el camino.

-¿Ahora estás en pareja?

-No, estoy solo desde un poco antes de la pandemia. Hará tres o cuatro años que no tengo una relación estable pero la paso muy bien. Tengo una vida social activa, mucha gente a la que quiero y que me quiere. Estoy tranquilo. Con mucho laburo y amigos, con una vida social súper plena. Ya no creo que vuelva a convivir. Puede aparecer alguien en mi vida pero ya no me veo en una situación de convivencia.

-¿No?

-No, ya no. Por el momento no me lo imagino, aunque uno no se tiene que cerrar a nada. La sensación que tengo en este momento es de mucha plenitud con la soledad. Sin embargo, soy muy parejero y me encantaría tener una compañera pero ya en otras condiciones o en otro formato: cada uno con su casita y sus cositas, poder vernos para comer y compartir lindos momentos pero cada cual en su casa.

-¿Y ser abuelo?

-Eso sí que me encantaría. Lo veo lejano por el momento pero me gustaría mucho. Cuando digo que lo veo lejano me refiero a que los chicos están verdes todavía, más allá de que algunos están en pareja. No siento que para ellos en este momento sea una premisa o una prioridad pero yo me vuelvo loco. Me encantan los bebés.

Por Nicolás Peralta