Se hizo conocido como azafato de Guido Kaczka en Bienvenidos a bordo, el programa de las tardes de Eltrece que desde hace un tiempo quedó en manos de Laurita Fernández pero antes de eso ya venía trabajando como modelo tanto en la Argentina como en el exterior. Su debut en la pantalla chica fue de la mano de Nico Occhiato en el ciclo Tenemos Wifi, por KZO, y luego le llegó la oportunidad de mostrarse en la televisión abierta en el programa de entretenimientos del canal del solcito.
Hoy, Bautista Araneo (24), además, aceptó un nuevo desafío y se sumó a la troupe de José María Muscari en el espectáculo Sex viví tu experiencia, que se presenta de jueves a domingo con un éxito arrollador en el Gorriti Art Center, en Palermo. “Estoy un gran momento y sin un día libre: estoy de lunes a viernes en Bienvenidos a bordo y muy contento porque levantó mucho el rating, la gente nos está acompañando más que nunca, el programa tiene su propia identidad, para lo cual trabajaron muy duro los productores y yo no quería sacarle ni un gramo de energía porque la televisión me encanta desde el primer día que entré. Entonces, cuando me llamaron para hacer Sex, lo primero que sentí fue miedo porque temía no dar abasto con la tele diaria y a la par hacer una obra que es tan exigente y con tantas funciones semanales”, se sincera Bautista.
-¿Y cómo lo resolviste?
-Mi planteo para mí mismo fue: “Voy a trabajar de lunes a lunes: ¿y voy a poder darle el ciento por ciento a todo lo que haga?”. Ese miedo de a poco se me fue yendo y aunque al comienzo no hacía más que trabajar y no me permitía ni una juntadita con amigos, ahora ya le fui encontrarlo la vuelta y estoy chocho. El cuerpo se fue acostumbrado a trabajar todos los días y es una cuestión de adaptarse”. Hoy te puedo decir que me está encantando esta experiencia de combinar la televisión con el teatro. De lunes a viernes estoy en Bienvenidos a bordo y en Sex de jueves a domingos pero la noche del viernes es doble y la del sábado es triple función.
-¿De dónde sacás energía para hacer tres funciones en una noche? ¿Te cuidás en la alimentación?
-Sí. Siempre fui una persona que entrenó y en los últimos dos o tres años más que nunca. Estoy acostumbrado a estar activo y bien en la parte física. Sabía que me iba a adaptar en la parte física pero que me iba a costar más el lado mental en esto de trabajar todos los días. Cuando estás tan exhausto de hacer tantas cosas, lo que primero te cansa es la cabeza. En cuanto a lo físico, hace años que entreno y me cuido en la alimentación, que es a base de cosas naturales. Obviamente tengo mis permitidos y hago mis macanas pero mayormente como productos naturales y no procesados. Si tengo que comer arroz, por ejemplo, en vez de comer arroz blanco como granos yamaní. Mis acompañamientos son verduras hervidas y las proteínas que consumo son veganas, pollo orgánico o cosas magras y sin grasa.
-¿Siempre te cuidaste en las comidas?
-Sí pero no por una cuestión estética sino porque quiero tener energía y sentirme óptimo y activo. Eso me acompaña a poder llegar bien y sacar la energía a veces de donde no hay para seguir haciendo y dando lo mejor de mí. No entreno todos los días porque si lo hiciera así con la intensidad con la que entreno y le sumo el trabajo, me terminaría rompiendo o lesionando. Me ha pasado de tener que parar de entrenar por lesiones, entonces escucho a mi cuerpo. Hay semanas que entreno cinco días y otras, seis o cuatro. Depende pero menos de cuatro nunca.
-¿Qué tipo de entrenamiento hacés?
-Entreno de forma natural, sin pesas ni aparatos. Es decir, entreno con mi propio peso, que es como se entrenaba hace cinco mil años. Para mí no existen los fierros. No tengo un personal trainer sino que fui aprendiendo solo y me funciona así. Fui pasando de entrenador en entrenador, de consejo en consejo, de tip en tip y hoy me entreno solo, a mi forma, que es la que a mí me funciona. No se la recomendaría a nadie y no podría aconsejar a nadie porque sé que esta forma me funciona a mí, Bautista Araneo, pero cada cuerpo es un mundo. Me conozco mucho y sé cómo hacer las cosas para que a mí me funcionen.
-¿Cuántos abdominales diarios hacés para estar así de definido?
-Ninguno. Casi no hago abdominales; te lo juro. La forma en la que entreno no tiene que ver con hacer abdominales puntualmente. Hago muchísimas más flexiones de brazo que abdominales y te cuento que la flexión de brazo es el ejercicio más completo que hay. Y en mi entrenamiento es lo que más hago; todo gira en torno de ese ejercicio específico. Es más, en Bienvenidos a bordo me pusieron a hacer flexiones de brazo al lado de Alejandra Locomotora Oliveras, que fue seis veces campeona del mundo, y pude hacer flexiones a la par de ella. A veces, hago plancha pero no abdominales específicamente y no me focalizo en eso.
-¿Seguís siendo azafato en el programa o llevás otro nombre?
-Sí, seguimos siendo azafatos y no me molesta esa palabra. Me parece graciosa. Somos Valentina y yo y nuestro rol es salvar cualquier situación que surja en el aire y estamos ahí para lo que nos necesiten en el momento. Obviamente todo termina derivando en algo más divertido que ser simplemente el que da una mano y hacemos de todo. Nos reímos, jugamos a los parecidos y somos una parte de un gran engranaje que es el programa en general.
-¿Cómo es Laurita Fernández como capitana de equipo?
-Es una gran persona, por sobre todo, y como cabeza del programa es un lujazo. Es extremadamente generosa, divertida, escucha a cada una de las personas del equipo y es súper atenta para ver en qué lugar estamos más cómodos cada uno. Se preocupa por ponernos en ese lugar tanto ella como Claudio Brusca, el productor que todos conocen como Peluca. Los dos están atentos a ver en qué lugar cada uno estamos en nuestra mejor versión. Para mí, Laurita como conductora es muy grosa y Peluca como productor igual, entonces trabajar con dos número uno en lo suyo para mí es aprendizaje puro. Confío en ellos y en su mirada. Aprendo todos los días y no hay mejor escuela que aprender mano a mano con los mejores.
-¿Cuándo fue tu primera vez en la tele?
-En 2019, con Nico Occhiato en Tenemos Wifi. El productor de eso era Peluca y él después me convocó para sumarme a Bienvenidos a bordo. ¿Cómo llegué a Tenemos Wifi? Estaba en Milán, Italia, trabajando de modelo en 2019 gracias a la gestión de la agencia Civiles, pasé allí en Italia dos temporadas y en mayo conocí a una chica, era argentina y pegamos buena onda con juntada de amigos. En septiembre me volví a Buenos Aires, así que nos dejamos de ver. Un día, me hablaron de Kuarzo para decirme que Azul, esta chica, les había pasado mi contacto y me preguntaron si me interesaba sumarme a la barra de Tenemos Wifi. No tenía mucha idea de qué se trataba la propuesta pero me mandé. Quise probar y el primer día que estuve en un estudio me fascinó. Me sentí realmente feliz. El año pasado me mudé cuatro veces y charlando con mi psicólogo, le comenté que me sentía más en mi casa en la tele, y específicamente en la productora Kuarzo, que en las casas por las que pasaba cuando me estaba mudando.
-¿Por qué te mudaste cuatro veces en un año?
-Porque tengo 24 años, tomé la decisión de mudarme solo, luego la tuve que ayudar a mi mamá a mudarse pero yo vivía con ella en ese momento porque en pandemia compartí un tiempo con ella y luego me fui solo. Todo fue un chino y me terminé mudando como cuatro veces en un año. Vivo en Núñez y soy de acá, de Buenos Aires.
-¿A qué se dedican tus papás?
-Mi mamá labura en estadística y análisis de datos y mi viejo administraba comercios pero ahora la estación de servicio que administraba se vendió y él está pensando qué quiere hacer. Le estoy tratando de dar una mano para ver qué le gusta porque a las generaciones anteriores cuando terminaban el colegio ni les preguntaban qué les gustaba. Los mandaban a trabajar para tener un sueldo y mantener a su familia. Pero pocos se preguntaban qué les gustaba. Me parece importante que, más allá de su edad, descubra su pasión para poder pasar la parte que le queda de la vida haciendo lo que le gusta.
-¿Están separados tus padres?
-Sí, desde que yo tengo 10 meses. Nunca los vi juntos como pareja. Se llevan bien pero después de separarse nunca convivieron mucho como para decir si se llevan bien o mal. Siempre tuvieron un vínculo políticamente súper correcto y recontra bien. No es que viví esa cosa de la familia rota en la que uno se queda enganchado con el otro y lo espera; no, nada que ver. Siempre hubo buena onda, los dos se dieron cuenta de que se tenían que separar a tiempo y ya.
-¿Tenés hermanos?
-De sangre, uno más grande que yo, también de mi mamá y de mi papá. Pero del corazón tengo dos más, así que tengo tres en total. Son del ex marido de mi mamá, con quien estuvo casada mucho tiempo y para mí son mis hermanos. Crecí con ellos y los amo. Cuando mi mamá se separó, también sin conflicto, le dije: “Ellos dos van a ser mis hermanos hasta el día que me muera”. Son más grandes que yo. De todo el clan en el que crecí siempre fui el más chico. Tengo personalidad, además, de ser el más chiquito.
-¿En qué sentido: consentido y caprichoso?
-No, cero. Mi vieja siempre me dice: “Vos solamente frenás contra la pared”. Eso es bien de personalidad de hijo más chiquito. Me pongo metas y las trato de cumplir. Soy cabeza dura y tengo que demostrarme a mí mismo que algo no funciona porque no creo cuando otra persona me lo dice. Tengo que ir y probarlo para darme cuenta. Muchas de las metas buenas que alcancé en mi vida tienen que ver con esa personalidad más que con otra cosa.
-¿Cuándo empezaste a modelar?
-A los 18 años, cuando terminé el colegio. Me llegó el primer laburo, vi que me daban las condiciones pata hacerlo y que había buena guita y me mandé. Tenía el pelo largo, era mucho más flaquito, no tenía músculos en ese momento y acepté. Siempre me gustó trabajar y fue la primera salida laboral que tuve dentro de lo que me gustaba. A la par del modelaje, estudié tres años Administración de empresas en la Universidad de San Andrés y ahora tengo la carrera en stand by.
-¿Tenés idea de retomarla?
-No. Ahora estoy más pensando que ese título no me va a servir de mucho pero quizás algún día la retomo. No cerré esa posibilidad. Hoy veo difícil que termine esa carrera porque estoy abocado a otra cosa.
-¿Cómo se dio lo de Sex?
-Me habían llamado en febrero para un casting que nunca se hizo. Calculo que ya me tenían visto pero se suspendió el casting por temas de ellos. Me volvieron a llamar en junio y me dijeron que me querían derecho para este personaje que tengo, sin hacer casting. Ensayé martes y miércoles y debuté un jueves. Me agarró miedo porque fue poco tiempo de ensayo, era mi primera vez en teatro de manera profesional porque de chico había hecho algo pero amateur. Siempre me gustó el arte y había hecho comedia musical pero hacía años que no me subía a un escenario. “Dejame ver la obra y si me animo, la hago”, respondí.
-Y te animaste.
-Sí, por suerte dije que sí porque estoy viviendo una experiencia alucinante. Pensé que iba a ser más difícil y que no la iba a disfrutar como la estoy disfrutando. Cada momento en escena aprendo, me divierto y lo disfruto. Aparte estoy al lado de grosos como Diego Ramos, Romina Richi, Felipe Colombo, Adabel Guerrero, Virginia Gallardo, Noelia Marzol y Pablito Ruiz, además de los bailarines que la rompen toda. Cada uno en lo suyo es muy groso.
-¿No te da vergüenza exponerte y mostrar el cuerpo?
-No, nada. Al principio, me daba cosa pero me fui soltando y hoy siento que Sex es una experiencia que te afloja mucho en ese sentido y te hace vivir una parte tuya que por fuera de la obra no la vivís. Tanto como espectador como actor. Sex es un lugar muy único y los que lo hacemos somos muy felices. Ese que soy yo en esa hora y media en Sex, soy tan libre, tan seguro y tan yo que en otros lados no sé si lo podría ser. Es más que desinhibirme: es sentirme bien al ciento por ciento para estar seguro conmigo mismo y atraer al resto.
-Sos de los pocos que no se desnuda. ¿Por qué?
-Por ahora, no se me cruza hacer eso. Siento que todavía tengo mucho para progresar en cuanto a lo artístico de la obra como para luego empezar a mostrar partes de mi cuerpo. Siempre, desde muy chico, me planteé que mi límite era la desnudez y eso prefiero guardarlo para mi intimidad y no dársela al público. Los que trabajamos en el medio mostramos un montón de nuestras vidas a gente que no nos conoce. Eso es darle algo muy íntimo a alguien que no te da esa parte suya.
-Pero sos un personaje público, a diferencia del común popular.
-Sí, lo entiendo pero siempre me planteé que la desnudez iba a ser mi límite a la hora de brindarme al público. Hasta que cambie de opinión, esa fue y es mi postura. ¿Si me avanzan o recibo mensajes subidos de tono? Eso sí, siempre. Y me pasa desde el día en que Guido Kaczka me hizo bajar el barbijo en Bienvenidos a bordo.
-¿Y propuestas indecentes?
-Sí, y más de una. En ese caso, al comienzo me chocaba pero después te acostumbrás a que cada uno propone lo que le gusta y simplemente soy educado, respetuoso y respondo con un: “No, gracias”. Después, hay gente del público con la que por ahí pegás buena onda y eso da pie a querer conocerte un poco más. Queda en cada uno.
-¿Te pasó?
-Por ahora no pero puede pasar. Me pasó que en Sex me encontré en el público con una persona que sí conocía de antes y desde el lugar en el que nos encontramos, yo como actor y ella como espectadora en Sex, nos dio mucha más intriga para conocernos. Ya nos teníamos y ahora nos dio más intriga. Aun no nos encontramos porque esto fue relativamente hace poco y estamos charlando. Al laburar de lunes a lunes, no es tan fácil pero ya se va a dar.
-¿Estás soltero?
-Sí, hace un tiempo y muy bien así. Siempre tengo las ganas y el visto bueno de que, si se da el amor, le damos re para adelante. Pero estoy soltero y re bien así, sin apuro ni necesidad de dejar de estar bien. Con mi última pareja me separé a comienzos de 2021, ya hace un año y medio y estoy cada vez mejor. Me siento contento y al trabajar tanto es más fácil porque no tenés tiempo para sentarte a pensar o querer estar con otra persona. Me la paso de acá para allá aunque cuando tenía novia también trabajaba mucho y no era imposible estar en pareja. Ahora estoy perfecto así.
-¿Qué lugar ocupa el sexo en tu vida?
-El sexo siempre fue una parte importante en mi vida. Soy una persona que siempre vivió muy libremente el sexo en cuanto a que lo que quise, lo hice y lo que no, no lo hice. Siempre fui muy sincero conmigo en ese punto. Realmente siempre me escuché e hice lo que quise y lo que no, no. Dentro de todo, estoy muy satisfecho con mi vida sexual. Tuve mi primera vez con mi primer amor y después me fui conociendo más una vez que estuve soltero y fui evolucionando. El sexo ocupa un lugar muy balanceado en mi vida.
-¿Qué es lo que más te piropean?
-En cuanto a lo físico, creo que los ojos. Cosa que no entiendo tanto porque para mí son ojos comunes y me acompañan desde que nací pero entiendo que me los piropeen mucho. Después está la gente que me conoce y personas con las que estuve, y cada cual ve lo suyo bueno en mí. También tengo lo malo, como todo el mundo. Mi defecto más grande es que cuando una situación me provoca estrés, tengo que hacer las cosas a mi manera o a mi manera. No acepto otra forma de ver las cosas que no sea la mía. Eso es algo que tengo que trabajar, lo sé.
Nicolás Peralta
Fotos: Album personal Bautista Araneo