Barby Franco y Fernando Burlando atraviesan uno de los momentos más emocionantes de sus vidas desde que se enteraron que van a ser padres de una nena. Sobre todo la modelo, más allá de algunas críticas que recibe. Está claro que cada nacimiento es especial, pero el abogado ya vivió esa experiencia en dos oportunidades, cuando tuvo a María y Delfina, fruto de su relación con Gabriela García Girotti.
Barby está atravesando su quinto mes de gestación, comenzó la segunda mitad del embarazo y comienzan las preguntas. Las normales, las que se suele hacer cualquier mamá primeriza, pero también las que se hacen todos, esas enfocadas en la crianza. Sucede que en su horizonte aparecen dos mundos paralelos pero que, allá a lo lejos se unen.
Tiene que ver con lo económico. Ella viene de un barrio humilde, salió a trabajar desde muy chiquita, ya a los 14 años andaba vendiendo en la calle para colaborar en su casa, y del otro lado Burlando. La antítesis. Tuvo todo desde el primer día. ¿Qué busca Barby? Hacer un balance. Ni una cosa ni la otra. Pero a su vez sabe que una cosa es decirlo y otra ponerlo en práctica.
“Vengo con la mochila de que yo de chiquita no tenía nada, ni regalos, ni zapatillas nuevas, ni sabía lo que era un juguete, entonces estoy en duda de cómo educarla, cómo decirle que no cuando me diga si puede tener algo. ¿Cómo digo que no?”, comentó su relato sobre el tema en Nosotros a la mañana.
Enseguida dio un claro ejemplo de lo que está viendo actualmente, porque ya empezó a recibir obsequios y nada de peluches o ropa, que es más común, o presente por el estilo. “El exceso de cosas no está nada bueno tampoco. Eso también me da miedo, porque no nació y ya le regalaron un auto. Estoy como en esa etapa que creo que me va a llevar directo a terapia”, cerró el tema.