TESTIMONIO

Cabito, a cinco años del by pass gástrico que le permitió bajar 100 kilos, reveló qué siente cuando se mira hoy al espejo

Tenía miedo pero la diabetes que sufría lo estaba afectando y decidió entrar al quirófano. En una entrevista, habló de los cambios que significó en su vida

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En marzo de 2017, Eduardo "Cabito" Massa Alcántara tomó una fuerte decisión de vida. Pesaba 170 kilos, tenía diabetes y sufría muchos de los pesares físicos y emocionales que puede provocar la obesidad. Fue entonces que se sometió a un byass gástrico. "Yo era insulinodependiente y desde que me operé y bajé 70 kilos ya no sufro esa enfermedad. Hoy no soy diabético, tengo valores normales. Me cambió todo”, explicaba siete meses después sobre la repercusión positiva que había tenido la intervención. Y destacaba lo duro que fue para él tomar la decisión. "Yo para operarme tuve que pasar por un período de hambruna: estuve 30 días a caldito de zanahoria y apio, agua y gelatina". En septiembre de 2018 ya había bajado 100 kilos.

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¿Cómo cambia la vida de una persona con un descenso de peso tan brusco? Los hábitos, la alimentación, la ropa. De esos temas habló Cabito en una entrevista con Gastón Pauls para su programa Seres libres. Primero se refirió a lo difícil que es luchar contra la adicción a la comida. Incluso la comparó con la droga y estableció una diferencia muy importante. Que la droga -aunque es muy dificil- una vez que se deja, puede no consumirse más. Comer, hay que comer siempre. 

Cabito antes de la operación
Cabito en 2020 después de operarse y mejorar sus hábitos de salud

Después  el conductor le preguntó qué le pasaba cuando se veía hoy al espejo. "Me cuesta reconocerme. Y a veces me lamento el tiempo que perdí", fue la primera reflexión de Cabito. Después se refirió a la sensación de haber perdido mucho tiempo en tomar la decisión. "Eso lo siento en el deterioro que me generó haber sido diabético tanto tiempo. Hay algo de arrepentimiento en decir lo podría haber hecho antes, pero no lo hice antes porque soy un cagón crónico. En un momento tomé la decisión de operarme. Pero pensaba '¿si me opero y me muero?' y '¿si sigo así me muero?' Era morir no sé cuándo pero pronto, porque la obesidad te quita años de vida, sobre todo una hiperobesidad como yo tenía, o, si bien no deberías morir en la operación de un bypass gástrico, en la fantasía de quien entra un quirófano siempre está la posibilidad de que te mueras por más que te saquen el apéndice. Entonces era como una moneda al aire diciendo cuando decido hacerlo y cuándo decido atravesar eso".

 

Volviendo a cómo se ve hoy, Cabito afirmó: "Lo bueno es sentirme mejor. Ponerme la ropa que a mí me gusta, sentir que voy a vivir más años. Me puede pisar un tren en la esquina, pero lo bueno es sentir todo eso. Lo malo que yo siento es que no tengo la misma fuerza que tenía antes. Yo antes tenía una fuerza que era un toro y me quería pelear con todos. Ahora no me quiero pelear con nadie."   

     En otro tramo de la charla, Pauls le preguntó que sentía hoy al ver a una persona obesa. "Veo tristeza, veo desesperanza y veo siempre la burla del entorno. El gordo está juzgado siempre,o puede estar comiendo una ensalada de lechuga sin aceite con agua que va a ser juzgado.  'Mirá lo gordo que estás y encima estás comiendo'.

Consultado acerca de su ve a corto plazo un cambio cultural que permita terminar con ese bullying y esa mirada, Cabito no es muy optimista. "Como está la sociedad no lo veo en lo inmediato, lamentablemente. Son muy pocos los casos de gordos en televisión, te das cuenta en los medios. Y siempre es el Gordo Casero, el Gordo Pinti, el Gordo Lanata, el Gordo Cabito. No hay otro adjetivo detrás".