Laurita Fernández es una de las grandes figuras del momento. Acaparando un amplio motivo y por varios motivos, su nombre se replica a cada segundo. En primer lugar, por su incursión en el teatro, en la obra El Método Grönhol, que protagoniza junto a Benjamín Vicuña, Rafa Ferro y Julián Cabrera.
Se dice que la relación es tirante entre ellos. Sobre todo, los enfocados, son ella y Vicuña. Sin ir más lejos, percatado de esto, el actor chileno se refirió al tema y no esquivó ni a Nicolás Cabré, ya que se dijo que el descontento era por su colega. Otra de las malas tiene que ver con una multa. Ella fue una de las que promocionó Vayo Coin y deberá pagar por publicidad engañosa.
Pero pasando a lo divertido, Laurita se luce en Bienvenidos a bordo, el programa de Eltrece. Le imprime una dinámica que ya se compró a los televidentes. En este punto, uno de sus laderos de lujo es Hernán Drago. Compinches, se prestan al juego por el bien del producto. Acá, como se habla del modelo como un conquistador serial, ella le pidió el teléfono para ver sus mensajes y él se lo dio.
“Tenés clave numérica de seis números, guau. Cuánto que escondés. Nivel alto de seguridad”, comenzó apenas lo tuvo en sus manos. Una vez adentro del WhatsApp, leyó el último que le llegó y allí se pudo leer a una mujer insistente invitándolo a cenar.
“¿Amor da para sushi y netflix hoy? Mi amor, avisame porfi así pido”. Fernández se tomó el atrevimiento y le contestó ella, con un mensaje de voz: “Amor, se está comiendo un budín entero ahora y la mezcla con el sushi no es favorable”. En ese instante Hernán se desesperó: “No, no, no. ¿Mandaste un audio? No, eso no había que mandar”, le dijo y recuperó su celular.