Tuvo su pico máximo de exposición mediática allá por 2017, cuando participó de Bailando por un sueño, certamen que le dio una pantalla enorme pero del que se bajó por motivos personales. Luego, Naiara Awada (28) volvió al ruedo y siguió trabajando, aunque trató de bajar el perfil. “Cada tanto, igual, si me buscan me encuentran porque soy polvorita y no reniego de ser mediática”, se sincera la actriz, quien en medio de la pandemia dejó su departamento de Capital Federal para mudarse con su novio, David, a una casa con parque en zona norte. De eso, justamente, comenzó hablando con Pronto. “Estoy pasando el mejor momento de mi vida porque me fui de Capital y fue un cambio muy fuerte para mí: no manejaba, me saqué el registro, aprendí a conducir y vencí ese miedo gracias a haberme mudado a provincia porque no me quedó otra opción. Nos mudamos porque los dos estábamos muy saturados de la capital y teníamos un proyecto de pareja juntos”, se sinceró Naiara.
-¿Fue un proyecto compartido con tu novio?
-Sí. Fue un proyecto de pareja porque si bien soy joven, ya tengo 28 años y uno ya empieza a proyectar. Estoy hace cuatro años con él y ya nos estábamos imaginando tipo familia feliz, con una casa nuestra, con mi perrita que hoy es nuestra hija y está mucho más feliz con un parque para correr. El día de mañana llegarán nuestros hijos porque uno de mis grandes sueños es ser mamá. Siempre me imaginé criando a mis hijos en una casa así que nos esforzamos mucho los dos y nos mudamos como un proyecto de pareja. Estoy re enamorada y es mi primer novio, además.
-¿El primero?
-Sí y fue un flash para mí. No creo en las casualidades para nada y antes de conocerlo a él, que tiene 33 años, yo estaba en cualquiera. Literalmente en cualquiera conmigo como persona: trabajaba de noche, tomaba, salía de joda y realmente hice desastres y no me privé de nada. Pero necesitaba sentar cabeza.
-¿Dónde trabajabas de noche?
-En el boliche Club 69 pero igual no me arrepiento nunca de nada de lo que hice porque todo fue aprendizaje y experiencia. Estoy muy metida en la comunidad LGBT, soy madrina del bar Peuteo e iba de jurado a veces a las batallas, trabajé en las fiestas Plop y Puerca. En una época hacía el Bailando y luego Club 69, donde hacía caño en el escenario. Estaba pasando un momento difícil y si bien no era alcohólica, me atraía mucho la noche y tomar alcohol. Lamentablemente, para aguantar hasta las 5 de la mañana y trabajar de noche con una heladera a la vista, no era lo mejor. Muchas veces tomaba, me pasaba y hacía los shows así. Un momento de mucho descuido propio.
-¿Estabas triste?
-Estaba perdida en la vida. Totalmente desbordada, pasando un momento familiar complicado y sentía que no tenía identidad propia. Me sentía siempre menos: mi papá era mi papá, de repente apareció Juliana como Primera Dama, no me sentía nada Nai. Y hoy sí soy Nai con todas las letras, con el camino que fui haciendo.
-¿Cuándo te hizo click la cabeza y empezaste a salir de ese mal momento?
-Creo que, en gran parte, cuando me enamoré porque siento que ahí crecí de golpe. Me hice mujer de golpe. Lo conocí a mi novio, él siempre fue muy compañero y me cuidó como nadie. Me decía todo lo que nunca nadie me había dicho: “Estás tomando malas decisiones, cuidate más”. Mi mamá, que es mi mejor amiga, me lo decía pero a veces uno no escucha a su mamá. Y a él, que era mi novio y estaba perdidamente enamorada, lo re escuchaba y me ayudó mucho a valorarme y quererme. Ahora puedo ver y sentir que en ese momento no me quería nada a mí misma y que me estaba haciendo mierda.
-¿Tan así?
-Sí. Por ahí no dormía y hacía 800 notas. Hoy soy profesional, cuido mi trabajo, duermo las horas que tengo que dormir. Además, tuve ataques de pánico y después de pasar por una situación así te cuidás el triple porque siempre tenés el fantasma de que te vuelva a pasar.
-¿Cómo apareció tu novio en tu vida?
-En un restaurante de sushi y siento que fue algo del destino. Esa noche yo no iba a ir a ese restaurante sino a otro y a último momento cambié el plan. Fui con una amiga, él estaba en la barra, me pareció una bomba total y como él ni me miraba, siento que eso hizo que me empaque. Lo agarré al mozo, que ya me conocía porque yo era habitué del lugar, y le pregunté quién era ese chico tan lindo. “Tenés que conocerlo y estar con él, es divino, lo conozco hace años”, me dijo el mozo. “Serían la pareja ideal”, agregó y fue una especie de Cupido.
-¿El mozo?
-Sí pero no era cualquier mozo, es alguien a quien conocía y siempre buena onda conmigo. El después se fue pero antes el mozo le robó el teléfono para mí. Me pasó su número y le mandé un mensaje por Instagram porque no me animé al WhatsApp. “Hola, soy la stalkeadora del restaurante de sushi”, le puse. Me contestó con un fantasmita, empezamos a hablar y me dijo que me había fichado pero lo bueno fue que no miraba tele y no sabía quién era yo. Cero cholulo y yo estaba post Bailando, en 2018.
-¿A qué se dedica tu novio?
-Nada que ver con este mundo del espectáculo. Hace muchas cosas con su familia, nada que ver con el medio y eso fue lo que me atrajo. Venía de estar con gente del medio porque era lo fácil y lo que tenía a mano. Pero nunca en plan amor, eran salidas esporádicas y me costaba mucho conectar con el amor. Era todo más descartable, bien del momento oscuro que estaba pasando. Los actores en general somos narcisistas y de hablar todo el tiempo de nosotros mismos y yo necesitaba otra cosa. El siempre fue muy amoroso y cuando iba a trabajar a Involucrados, en las mañanas de América, no manejaba y mi novio me llevaba siempre al canal. Siempre fue muy compañero y me encantaba que no tuviera que ver con el palo. Cero cholulo, una persona normal y con él me re desintoxiqué.
-¿Ya llevan cuatro años juntos?
-Sí, sí. Y estoy re feliz. El me cambió la vida posta. No solamente por el tema de enamorarme sino porque armé una familia: somos él, yo y mi perrita Cookie, que la rescatamos de la calle y es adoptada. La perra es mi vida entera; ¡la amo!
-¿El tiene ganas de ser papá?
-Sí, re. ¡Sí, sí! Los dos queremos porque estamos muy enamorados. A mí siempre me gustaron los chicos y a él antes por ahí no tanto pero desde que fue tío, porque ahora tenemos sobrinos por parte de él, se le despertaron las ganas de tener un hijo. Lo veo jugar con mis sobrinitos y más amor me da. Y yo siempre me imaginé mamá y me encantan los nenes. Tener hijos es uno de mis grandes sueños.
-¿Lo ves muy lejano?
-No, no, cero. No te digo que estoy buscando ahora pero tampoco lo descarto ni le veo tan lejano. Me falta el anillo, los hijos y ya estoy. Siempre lo jodo a mi novio con el casamiento. Aun no nos casamos pero lo estoy apurando un poco, ¿viste?
-¿Y él que te dice, tiene ganas o esquiva el tema?
-Sí, quiere. Tenemos una idea de casamiento que no es la típica fiesta sino algo más para nosotros. Igual no creo que nos cambie mucho porque siento que es mi esposo sin serlo. Desde el día uno convivimos. Calculá que nos conocimos después del restaurante y a los seis meses ya estábamos viviendo juntos. Me instalé en su casa de Belgrano y siempre mi mejor plan fue vivir con él. Todo el mundo me decía que no conviviera y para mí era Disney convivir con mi novio. Nos matamos de la risa y nos peleamos como todo el mundo pero en la balanza siempre pesa más lo positivo y la pasamos muy bien viviendo juntos.
-Estás enamoradísima, Nai.
-Muy. Te juro que siento que encontré a la persona y siento que él va a ser el papá de mis hijos. Igual creo que estoy hablando un montón porque él es re perfil bajo, no le gusta aparecer y ni siquiera quiere que lo nombre en los medios. Es tipo el marido de Zaira Nara, que le esquivan a la prensa. Al principio me costaba entenderlo hasta que recapacité y está bien que así sea porque la que labura en los medios soy yo pero él no tiene por qué aparecer. Nos han sacado alguna foto y si nos roban una imagen en la calle todo bien porque es re educado. Pero prefiere evitarlo.
-¿Entiende tu costado mediático?
-Sí, claro. Sino no podríamos estar juntos. Entiende que está en pareja con una persona que labura de esto y a veces lo jodo y le pregunto: “Si el día de mañana voy a Masterchef, que es mi sueño máximo, ¿vos no irías a verme a la final para que no te filmen?”. Ahí cedería, por mí claramente. “En algo así, sí, obvio”, me respondió. Si en alguna oportunidad se lo pido por favor, él lo hace. Igual me gusta que no sea como estos novios que no son conocidos pero usan a las famosas para salir en las redes y después meter canjes de todo. Esos figurettis no me van. No me gusta eso a mí. Prefiero que sea como es él. Cada uno hace su camino, tiene sus espacios y está bien así. No me gustaría que por mí de repente el pibe empiece a laburar con marcas. No le interesa y amo que sea cero cholulo.
-¿Y qué te dice cuando te peleás con alguien o hacés una declaración medio picante y rebota en los medios?
-Al principio no le gustaba nada pero creo que ya se acostumbró. Siempre apunta a que yo esté feliz. Hace poco me metí en la polémica de El hotel de los famosos porque me llamaron dos veces, en la primera edición y ahora para la segunda para ir de participante, pero les dije que no. Obviamente escuché la propuesta y todo pero no estoy en ese momento de mi vida y no me veo metiéndome en un lugar donde no pueda hablar con mi novio ni ver a mi perrita durante tanto tiempo. Pero sí me metí en la polémica del ataque de pánico que tuvo Locho Loccisano porque a mí me pasó y como lo viví, sé lo que es. Me indigné con Emily Lucius porque dijo barbaridades y con eso me hirió a mí y a los que sufrimos ataques de pánico alguna vez.
-¿Cómo quedó todo con Emily? ¿Te mandó carta documento?
-No. En Intrusos salió que ella me había mandado una carta documento y yo nunca la recibí. No sé, la información la dio Maite Peñoñori, que tampoco me cae demasiado bien. Ni idea. Llamé a lo de mi mamá, que es donde está la dirección de mi DNI y no llegó nada. Tal vez llegó y no me enteré pero no sé. Todo mal con Emily. No me gustaría cruzármela porque no me cae bien y no me parece una piba buena leche. No me gusta la hipocresía. Cuando estaba en el Bailando y bardeaba a todo el mundo, lo hacía y me hacía cargo. Jamás dije: “Esto es un juego”. Si estás bardeando a una persona, hacete cargo y seguí para adelante. Esta cosa de mosquita muerta y de joder con un tema serio como son los ataques de pánico, me jode porque no es una pavada. Y no podés salir a decir después: “Ay, chicos, es un juego”. Ella misma dijo que estuvo con ansiedad y encerrada por eso, entonces ponete de acuerdo. Cada cual se tiene que hacer cargo de lo que hace y dice, como me pasó a mí con Mica Viciconte, a quien le pedí perdón.
-¿Por qué le pediste perdón a Mica?
-Porque en la época del Bailando, ella fue quien ocupó mi lugar cuando renuncié por mis problemas personales y los ataques de pánico. Me dolió mucho en ese momento porque quería estar en el programa y no podía por un problema de salud. Entonces, no es que quise renunciar. Estaba muy mal, pasando un momento difícil de mi vida y no es lo mismo que si lo hiciera hoy, que estoy muy bien con mi novio, súper bien acompañada y sin personas que me quemen el cerebro. Otra hubiese sido la realidad: hoy gano o llego a la final como mínimo. Estoy deseando esa oportunidad o un Masterchef; amaría estar en un programa así. Lo tomaría desde otro lugar pero sin dejar de ser funcional al show y si tengo que ser picante, lo seré. Lo juego a ese rol porque soy actriz y soy temperamental.
-¿En aquél momento te enojaste con Viciconte porque trasladaste todo tu dolor en ella?
-Algo así. Arrancó muy mal nuestra relación porque ella aun no estaba en el Bailando, yo sí, se quería hacer conocida y nos matábamos en todos los programas. Ella tiene mucha personalidad y era otra Mica, no es la de hoy. Las dos nos conocimos antes de enamorarnos pero después, en Un sol para los chicos, vi a otra Mica, más real, más buena onda, la sentí amorosa y ahí le dije: “Te pido perdón por haberte herido, no sé por qué lo hice. A veces uno entra en esa dinámica televisiva pero ni te conozco y no creo que seas esto que yo percibí en la tele”. De hecho, todos hablan bien de ella, como que es una mina laburante y buena onda. Me aceptó las disculpas y me dijo que me olvide, que estaba todo más que bien.
-¿Por qué no vas a la segunda edición de El hotel de los famosos?
-Con la productora ya trabajé porque hice Match game, además de que son los mismos que Masterchef Celebrity y tengo la mejor. Quiero laburar con ellos y que la relación esté bien pero les expliqué que no puedo entrar en El hotel de los famosos porque no me banco estar alejada de mi perra y mi novio y encima no usar el teléfono celular. Sin embargo, la gente me hace mucha campaña desde Twitter y se ve que me quieren ver ahí. Es re loco porque me moría por entrar en Masterchef y nadie me hizo campaña y ahora no quiero ir a El hotel de los famosos y todos me piden que entre. Pareciera que extrañan a la Nai quilombera. Pero no me veo haciendo eso. Igual soy fan del programa y lo miraba siempre. Estoy más para un reality de cocina, que aparte me encanta.
-¿Qué te gusta cocinar?
-De todo. La cocina me conecta con mi abuela materna, con quien tenía una hermosa relación. Hacer sus recetas es el recuerdo vivo de ella. Falleció justo antes de la pandemia y se van a cumplir tres años ya. Es un dolor inmenso no tenerla. Éramos re amigas, me quedaba a dormir en su casa y era muy abuela. Compraba las revistas con mis notas, me miraba en la tele, me acompañaba siempre que podía a todos lados. Nada que ver con mi abuela paterna, que nunca tuvo la calidez de la materna.
-¿Tu abuela paterna no es así?
-Cero, nada que ver. Con mi abuela por parte de mi papá me peleé la última vez y no nos llevamos bien. Hace algunos meses que nos peleamos y no volvimos a vernos. Por lo general, con la familia de mi papá no tengo relación. O sea, intenté pero no hubo quórum. Mi abuela es una persona muy particular y todos los hermanos de mi papá también. A Juliana, por ejemplo, la quiero un montón pero ya está. Cuando uno se manda una cagada y pide perdón pero del otro lado no hay interés, chau. Seguí tu vida, yo sigo con la mía y no voy a andar mendigando amor. Me hicieron siempre sentir que era la oveja negra y siempre hice mi camino y de la familia Awada soy la que siempre laburó desde los 15 años.
-¿O sea que de los Awada solo tenés vínculo con tu papá y con nadie más?
-Exacto. En la marca de ropa ya no tengo nada que ver. Antes sí porque tenía relación con mi abuela pero hasta ahí. No es tan abuela, como la materna. Por ahí la llamaba y me acercaba pero la familia es la que uno elige. Tener que aguantar cualquier cosa porque es tu familia, a mí ya no me va. La última vez me reconcilié con Juliana, fui al programa de Carmen Barbieri, me preguntaron por mi relación con Ju, me largué a llorar de emoción cuando le conté que estaba muy contenta porque había hablado con ella y cuando llegué a mi casa, me entró un mensaje de Juliana en el que me decía: “Te voy a pedir por favor que no hables más de mí porque cada vez que hablás de mí…”. Y la corto ahí porque es para peor. Yo no entendía nada, había hablado bien y me reenvió un link que le mandaron pero ella nunca vio la entrevista. Una persona que te manda eso, no es tu familia. Ya no la siento mi familia.
-¿No le explicaste nada?
-Sí, le mandé audios explicándole que había hablado bien y que me había emocionado porque me hacía feliz estar bien con ella. Pero no hubo caso, me mandó ese mensaje y me terminé enojando yo. Fue re mala su actitud y ahí corté el vínculo. Dije: “Pará, ¿qué es esto? ¿Quién sos?”. No siento que sea mi familia. Te repito: con mis papás tengo súper buena relación y mi familia es mi novio y mi perrita. El día de mañana tendré mis hijos y con la familia de mi novio me llevo espectacular. Mi cuñada es mi amiga y mis suegros son lo más. Entonces, hay que soltar donde no va.
-¿Qué proyectos laborales tenés?
-Estoy a full con mis redes sociales, trabajando mucho ahí con marcas, tipo influencer. Tenía un proyecto en cine pero me bajé así que no lo voy a hacer. Estaba todo bastante desorganizado y si bien no pedí condiciones, esperaba lo mínimo y eso no se pudo arreglar. Entonces, preferí bajarme. Estoy abierta a lo que venga. Uno cuando sueña mucho algo, en algún momento llega. El otro día, tuve una charla sincera con mi papá y le dije: “Pa, no esperes más que sea una actriz del San Martín porque no apunto a eso. Te amo con toda mi alma, pero tenemos carreras completamente distintas. A mí me encanta cuando a él lo paran en la calle y le dicen: ´Ay, el papá de Nai´”. A mí me gusta mucho la tele y trabajar para la gente.
-¿Tu papá pretendía que hicieras una carrera más seria?
-Sí. Creo que él esperaba que siga más sus pasos. Estudié toda mi vida con Julio Chávez y me costó el tema de la identidad hasta que un día me planté y dije: “A mí me encanta ser mediática, papá”. Lo tuvo que entender, aunque al comienzo me veía en LAM matándome con uno o con otro y no entendía. Hasta que le expliqué que era un juego y hoy ya lo aceptó. Me gustaría hacer un programa de actualidad, ser panelista y amo la tele en vivo. A él eso no le copa tanto y está perfecto. Lo más lindo es que elijamos cosas distintas porque para actor recontra zarpado y serio está él. Yo soy la mostra, já.
-¿Cómo está de salud Alejandro?
-Mejor. Pasamos momentos medio jodidos pero está bien. A él le hace muy bien trabajar y eso es algo que siempre me inculcó: el amor por el trabajo. Papá acaba de terminar una serie para Amazon y en eso también somos opuestos: a mí me fascina hacer notas y él es todo lo contrario. Es perfil bajo, no habla mucho y a mí me divierte ser la distinta. Eso me vuelve más Nai que nunca.
Nicolás Peralta
Fotos: Album personal Naiara Awada