Morena Rial viene de momentos complejos en su vida. Situaciones que la marcaron y por eso, paradójicamente, decidió sacarse marcas de su piel que le traen mal recuerdos. Haciendo una suerte de recuento sobre lo vivido en el último periodo, lo primero que aparece es la pérdida de su embarazo. Un episodio triste que le generó mucha angustia.
A raíz de eso, tal vez fue el inicio que desencadenó su separación, después de 4 meses de relación, de Maxi Bertorello, con quien iba a ser madre por segunda vez. Pero luego de eso, una serie de situaciones que imprimieron su nombre en las páginas policiales. En Córdoba fue acusada de destrozar un auto en compañía de dos amigas. Hasta de robarse una de las patentes.
Las filmaciones fueron pruebas más que suficientes para quedar imputada. Tal vez por eso, como un intento de dar vuelta la página, la hija de Jorge Rial se realizó un nuevo tatuaje. Se hizo unas flores celestes, muy chancheras. Y cuando le preguntaron por el motivo, dijo que fue para taparse un nombre que tenía y que ya no quería ver más.
No dio detalles, no dijo cuál, pero seguramente tiene que ver con historias a las que quiere ponerle un cierre. Si hablamos de amor, en 2018 se escribió el nombre de Facundo Ambrosioni, padre de su hijo Francesco. Un poco más atrás, con su novio Martín Casar implementó la misma muestra de amor. Con El Maxi también lo hizo, por lo que seguramente fue el de alguno de ellos.