Febrero de 2021 fue el peor mes en la vida de Raúl Rizzo. El actor se contagió coronavirus, la enfermedad le pegó muy mal y estuvo cuatro meses internado, luchando por su vida. En estado crítico, sufrió alucinaciones y casi más no la cuenta. Hoy, ya recuperado, volvió a su trabajo con la serie El buen retiro, junto a Luciano Castro, Mirta Busnelli y Betiana Blum. Y puede contar lo mal que la pasó.
En una charla íntima con el ciclo radial Detrás de escena, por AM 540, Rizzo contó: "Me contagió mi hijo Salvador y el que peor la pasó fui yo. Fue muy fuerte y me tuvieron que intubar y hacer traqueotomía. Pasé cuatro meses internado, uno de ellos en terapia intensiva. Estuve en coma inducido, inconsciente y el primer mes tuve alucinaciones. No era consciente de la situación en la que estaba y vivía en otra dimensión".
"Fue similar a lo que le pasó a Carmen Barbieri pero yo estuve más bravo todavía porque ella ya había recuperado y yo seguía internado. Pasé la etapa más grave en un sanatorio y luego me trasladaron a otro para la recuperación. Cuando me desperté y abrí los ojos no lo tengo presente, no tengo consciencia de ese momento ni de quién era yo. Estuve desprendido de mi ser", sostuvo, conmovido al repasar el peor momento de su vida.
En la entrevista radial con Daniel Gómez Rinaldi, Nico Peralta y Romina Carballo, integrantes de Detrás de escena, Raúl aseguró: "Estaba convencido en mis alucinaciones de que estaba internado en un lugar que eran los dos cabildos. Eran dos escaleras inmensas que se juntaban en la planta baja: una iba para el viejo Cabildo, el que todos conocemos, y la otra me llevaba a mi sanatorio, en donde estaba internado. Esta era la visión que tenía del lugar en el que estaba".
Y continuó: "Me interné el 3 de febrero y sentí que febrero tenía un devenir inverso al resto del año: cuando en el resto del año es luz de día, en ese febrero era noche y sino al revés. Esa era otra de las cosas que me pasaban. Le di forma al bicho, al virus: tenía unas alas enormes amarillas, era como una especie de langosta que entraba a la habitación y me volaba por encima. Le gritaba a la enfermera, en mis alucinaciones, ella venía con una rama corriendo y le pegaba hasta que caía el bicho y lo mataba".
Esperanzado con seguir en la Tierra, expresó: "Tenía muchas ganas de seguir viviendo, puse una enorme fuerza. Me acompañó Paola, mi mujer, que estuve firme y angustiaba esperando que le permitieran acercarse a mí porque de entrada no podía por lo peligroso del contagio. Paola es la mamá de mi hijo Salvador, que tiene 10 años".
Y reveló cómo fue su recuperación: "Me recuperé de a poco con la ayuda de muchos profesionales: tuve kinesiología todos los días, kinesiología respiratoria, fonoaudiología, psiquiatría, psicología. Tenía que recuperar hasta el escribir, el masticado porque hacía tres meses y pico que no comía y estaba alimentado por una sonda. Perdí 15 kilos".
Antes de cerrar la entrevista en AM 540, explicó en qué lo cambió haber transitado una situación tan crítica. "Me cambió la vida para siempre y aprendí a valorar todo de otra manera. No sé si soy un nuevo Raúl pero hoy valoro pequeñas cosas que antes pasaba de largo. Estoy vivo y tengo que admitir que tengo un vínculo distinto con Dios. Era agnóstico y un día le dije: ´Tirame una soga, Diosito, tirame una soga´. Se lo pedí y hoy soy creyente. No me quería ir, quería seguir acá. Acá estoy, hablando con ustedes", cerró.