ILUSIONADA

Soledad Aquino volvió a abrir su corazón: su deseo más ferviente que involucra a sus hijas

la expareja de Marcelo Tinelli se refirió a su momento más critico y al pedido especial que le hizo a los médicos para que hicieran todo para que no se muera.

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En junio de 2021, y luego de haber ingresado al listado del INCUCAI, Soledad Aquino fue trasplantada de hígado. Si bien ahora todo marcha bien, en aquel entonces se vivieron momentos complejos. Sin ir más lejos, en plena cirugía hizo dos paros cardiorrespiratorios. La recuperación le llegó un periodo prolongado, estuvo al límite en varias oportunidades, con otros paros, pero salió a flote.

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Y si bien ya habló de lo que atravesó, cada vez que toca el tema se va acordando nuevos detalles y emociona con sus relatos. Este viernes, en una entrevista que le brindó al noticiero de Eltrece, se refirió a su fuerza de voluntad, a sus ganas de vivir: “La clave dentro de toda la monstruosidad que viví, nunca dejé de sonreír”.

Una vez que salió, en terapia tampoco la pasó bien, ya que en plena recuperación le agarró coronavirus. Con su endeble salud, se encendieron todas las alarmas. Al contar esto, sacó a la luz su deseo más grande: “Tuve mucho miedo. Llegué y empezaron a pasar enfermeros, médicos. Lo agarraba de la mano a uno de los dos médicos que era con el que más hablaba y le decía ‘por favor, cuídenme mucho, quiero vivir, tengo a las chicas, quiero ser abuela, porfi’”.

Luego de eso, habló de ese hecho puntual: “Me agarré COVID. Y los dos paros que tuve después de la operación me dijeron que fue culpa del COVID. Después del segundo paro, llamaron a mi familia que estaba afuera, a mis hijas, a Marcelo, a mis hermanos, para despedirse, porque dicen que después del segundo paro llega el tercero. Y ya del último, del tercero, no zafas”.

Soledad Aquino con Cande y Mica Tinelli

“Un día les digo a Mica y Cande ‘chicas, soñé que papá y mamá me llamaban’, yo estaba toda intubada... Y salieron las dos corriendo a sus casas a poner velas para pedirles a sus tatas que no me llamaran. Ellas que no son como la madre, toda mística. Hicieron santuarios en sus casas”, agregó Aquino.

Para cerrar, volvió a hablar de sus ganas de que alguna de sus hijas le cumplan su gran anhelo: “Mi deseo más grande: quiero ser abuela. Me muero. Si les cuido a los perros, ¡cómo no les voy a cuidar a los nietos! Qué vengan y me rompan todo”.