Cuatro años pasaron de la última vez que hizo temporada de teatro y este 2023 la encontró a Paula Chaves (38) nuevamente sobre las tablas y junto a su marido, Pedro Alfonso (43). La modelo, conductora y actriz protagoniza con Peter la comedia Un plan perfecto, que se presenta en el Teatro del Lago de Villa Carlos Paz, con dirección de Carlos Olivieri y un elenco que completan Romina Gaetani, Pachu Peña, Rodrigo Noya, Camilo Nicolás y Agustina Agazzani. Instalada en una cómoda casa en las afueras de la ciudad serrana, Paula pasa sus días acompañada por su familia y por las noches se dirige al centro con Pedro para darle vida a Jazmín, tal como se llama su personaje en la desopilante obra que escribió Alfonso.
En diálogo exclusivo con Nico Peralta para Pronto, Paula habló de todo y se refirió a su vuelta a los escenarios. "La última vez que hice teatro Baltazar tenía dos años, así que sí: cuatro años sin subirme al escenario. ¿Cómo fue volver? Mirá, pensé que lo iba a hacer de taquito pero no, me costó. Cuando me subí, dije: “Aia, no, claro”. Memorizar la letra no fue de un día para el otro y si bien me encanta actuar y siempre estudié teatro, hacía cuatro años que no lo hacía y encontrar diferentes matices para no caer siempre en lo mismo, no fue sencillo. La comedia tiene una musiquita muy precisa: uno dice una cosa, el otro responde, silencio, aplausos y volver a empezar. Hay que incorporar al público y las risas, es una comedia que escribió Pedro y vi todo el proceso del armado", confió.
-¿Pedro mismo la escribió?
-Claro, hace ya tres años que él las arma y las escribe. Vi todo el proceso desde que agarró por primera vez la computadora hasta que a la madrugaba tomaba un lápiz y a las tres de la mañana anotaba cosas que le bajaban y se le iban ocurriendo. Anotaba todo en la mesita de luz, chistes, gags, diálogos… Vi todo el proceso y me encanta ahora estar actuándola, haciéndola y viendo cómo Pedro la sigue modificando porque es un obse y está todo el tiempo puliendo la obra y buscando la mejor versión. Si bien ya estrenamos, nos encontramos todos los días en el teatro a las 6 de la tarde para seguir mejorando escenas y reviendo chistes. Es un laburo muy artesanal.
-¿Te deja meter mano o hacerle sugerencias?
-Sí, en eso Pedro es re generoso y muchas veces somos bastantes los que opinamos y se va armando algo nuevo en base a la impronta que va imprimiéndole cada actor en los ensayos y las funciones. Tenemos un grupo re lindo, nos llevamos todos re bien y disfrutamos de lo que estamos haciendo. Somos muy buenos compañeros y creo que eso también se ve, cuando un elenco se ríe arriba del escenario. Tenemos todos la misma energía, eso pasa año tras año y siento que es un poco porque Pedro es así. Es muy conciliador, tiene el ego muy bien colocado y, de hecho, no es nada egocéntrico. En ningún momento quiere destacarse él sino que busca repartir para que todos nos luzcamos. Eso hace que el equipo esté contento y disfrutando de lo que hacemos. No hay rivalidades y nadie se está fijando si lo aplauden más a uno que al otro. Arma una orquesta perfecta.
-Pedro contó en un móvil que un día discutió con vos en un ensayo y te fuiste al auto, enojada. ¿Eso es real?
-Sí porque nos conocemos mucho. Entonces, nos conocemos lo bueno pero también lo malo. Cosas que pasan desapercibidas en un ensayo, yo ya sé que si se le inflan las fosas nasales es porque algo lo enojó. Entonces, conocernos tanto es tremendo y ahí viene la discusión: “Boludo, ¿por qué me mirás así?”; “No, no te estoy mirando así”; “Sí, me estás mirando mal, ¿qué dije?”; “Ahí tenías que decir este pie”; “Bueno, ¿pero no entendés que…?”. Todo eso sumado al calor, el cansancio, los nervios del estreno y todo termina en una ebullición que crece pero después todo eso baja. Aprendimos a pelearnos y eso es bueno. Antes las peleas duraban cinco días y ahora duran una hora y media. Y no nos vamos a dormir enojados, que es lo más importante. Ahora se nos pasa todo al toque. Es una peleíta corta y a seguir con otra cosa.
-¿Sus personajes no tienen una historia de amor en escena?
-No. Nos cruzamos todo el tiempo en escena pero no como pareja. Entramos a recuperar un cuadro de mi abuela porque ella había ideado un plan para recuperar un cuadro millonario de la familia. Lo contrata a Pedro como cerrajero para que pueda abrir la caja fuerte de la casa donde vive Antuán, que es un artista muy reconocido (Pachu Peña), que tiene su representante Rosa (Romina Gaetani) y Aníbal (Rodrigo Noya), que es su mano derecha. Ahí comienza una comedia delirante, de las que nos tiene acostumbrados mi marido. Está perfectamente escrita para que una cosa embarre la otra y todo sea divertido, con una música perfecta para que no incomode a una mamá que va con sus hijos. Ayer, por ejemplo, había siete niños en la primera fila y la comedia está pensada para que la disfruten los adultos y los niños. Siempre le digo a Pedro que es tan increíble lo que arma que vos siendo adulto te divertís porque no es una comedia infantil pero ningún chiste para adulto va a ser captado por los niños y te va a incomodar.
-¿Ese es uno de los puntos fuertes de la obra?
-Sin dudas. Está perfectamente escrita para que vengan las familias completas y todos lo puedan disfrutar. No hay chistes que te incomoden o que le tengas que explicar a tus hijos. Siempre le digo a Pedro: “El termómetro es Oli”. Si Oli me pregunta un chiste que lo agarró a medias y no lo entiende, es que el chiste está mal puesto. Ahora si le pasa desapercibido y no lo pregunta, es porque es un chiste para adultos que no cautiva o provoca a los niños.
Por Nico Peralta / Fotos: Luis Varela
La entrevista completa con Paula Chaves y muchas más están en la edición digital de enero de revista Pronto, que se puede descargar y leer de manera gratuita haciendo click en este enlace