Mujer fuerte si las hay, Graciela Alfano siempre se mostró con mucho carácter y en su versión más poderosa. Sin embargo, hace un tiempo la vida la puso frente a una situación adversa y ella se encontró enfrentando una enfermedad y en un estado de vulnerabilidad total. Hace apenas dos meses fue operada por un tumor, del que se está recuperando favorablemente.
Por primera vez, la artista habló del tema en profundidad y expresó: "No me esperaba esto de la enfermedad. No creas que no me asusté o reproché. Dije: ´La pucha, ¿para qué tanto cuidado toda una vida si ahora me aparecen dos tumores?´. Y el médico me dijo: ´Gracias a esa vida ordenada tu otro riñón está fantástico´”.
En diálogo con la periodista Flavia Fernández para La Nación, Alfano contó: "Gracias a Dios no tuve que hacer tratamiento posterior ni nada. Fueron dos operaciones programadas, mucha anestesia en poco tiempo. Pero todo se resolvió con gran éxito. Igual, el proceso y los pensamientos fueron de gran intensidad. Hablé mucho con mis hijos porque había decisiones que tomar: no sobre cómo ellos iban a apoyarme a mí sino yo a ellos. Porque nunca puedo dejar de ser madre".
¿Cómo reaccionó la familia? Alfano lo contó así: "Se asustaron, pero todo fue maravilloso. ¿Sabés qué pasa? Ser empático y generoso, además del amor incondicional, es un negocio para uno. Gracias a que siempre me ocupé tanto de ellos, todo esto lo pasé mucho mejor. Pero les dije: ´Vayan preparándose porque esto es un ensayo. En algún momento va a pasar de verdad´".
"No me digas que pensabas que era el fin...", intervino Fernández y Graciela asintió. "Podían haber salido las cosas mal. La vida te marca la cancha como tiene ganas. Yo antes era una persona normal que le tenía mucho miedo a la muerte. Todos sabemos que nos vamos a morir, pero siempre pensamos que le va a pasar primero a otro", aseguró.
Antes de cerrar el tema, reflexionó: "Cuando la vida te pone de cara a esa circunstancia, empezás a valorar más, a sentir que cada instante es un milagro. Yo necesitaba esta experiencia para lograr la transformación que estaba proponiendo. Fui un ser espiritual toda mi vida, siempre quería ponerme más amorosa, pero nunca pasaba de la voluntad. Era una disciplina de ser buena: ahora lo soy. Me sale hacer el bien. La verdadera naturaleza del amor salió de mí".