Instalada en Carlos Paz, donde todas las noches protagoniza junto a su marido Pedro Alfonso la comedia Un plan perfecto, en el Teatro del Lago, Paula Chaves disfruta de su estadía en las sierras cordobesas. En un mano a mano imperdible con Pronto para la tapa de la edición digital de enero, la modelo y conductora habló de todo.
En un momento de la charla con el periodista Nico Peralta, Paula se refirió a la muerte de su perra Renata y ese fue el disparador para que hablara también de la partida de su abuelo Kaki y su mejor amiga, Lina. "Rartió justo una semana antes de que naciera mi hija Filipa, en plena pandemia. Fue re fuerte, muy triste pero al mismo tiempo estaba la alegría por el nacimiento de Fili. Se nos juntaba todo: la vida, la muerte y los chicos vivieron todo muy junto porque una semana antes de que nazca su hermana y vean lo que es dar vida, también se fue su mascota, a la que ellos amaban", confió.
"Lo de Renata fue de repente, se le despertó algo que no sabíamos que tenía y se murió en cuestión de horas. Fue muy fuerte. Lo bueno es que no sufrió", agregó una Paula emocionada.
-Hablando de despedidas, el año pasado también partió tu abuelo Kaki.
-Sí, fue un año bastante duro para mí a nivel de pérdidas porque en enero arranqué el año perdiendo a mi mejor amiga, Lina, mi hermana de toda la vida, y después lo de mi abuelo. Fue una muerte más natural la de Kaki porque estaba muy grande y dentro de lo doloroso de perder a alguien en cuerpo físico, fue una muerte esperable y de viejito. Pude acompañarlo mucho y estar con él hasta sus últimos momentos, cuidándolo y acompañándolo en su proceso. 2022 fue un año bastante complicado en ese sentido.
-¿Lina era amiga tuya del colegio?
-Amiga de toda la vida, de Lobos. Nuestras mamás eran amigas, nos criamos juntas, después nos encontramos en el secundario y cuando me fui a vivir a Buenos Aires, volvía a Lobos por mis primos y éramos amigos todos. Con Lina veraneábamos en Mar del Plata, luego nos reencontramos cuando me fui a vivir a Lobos y ahí nos hicimos inseparables, en el secundario. Falleció de un cáncer de mama no detectado a tiempo. En el período de lactancia, le hicieron una ecografía mal, no la punzaron, el ecógrafo vio otra cosa, le dijo que era un quiste de leche y no lo era. Cuando uno está en período de lactancia, hay que seguir controlándose con ecografías mamarias y siempre con profesionales del rubro, no con un especialista en imágenes en general sino un especialista en ecografías mamarias. Y si algo les da duda, las mujeres tenemos que ir a fondo para intentar punzarnos porque la punción es la que determina si algo es bueno o no.
-¿Entonces?
-Muchas veces, en el sistema médico por ir con los protocolos establecidos, te dicen por ejemplo: “Las mujeres de 35 años que están en período de lactancia, no tienen que controlarse”. ¡Error! Sí, hay que controlarse siempre y nos tenemos que empezar a hacer cargo nosotras de nuestros cuerpos. Y no confiar ciento por ciento en la palabra de un médico. Obvio que los médicos estudian durante años y son los responsables de dar diagnósticos pero nosotras, las mujeres, tenemos que ir detrás de esos diagnósticos también. Mi amiga se lo detectó, se fue a hacer una ecografía y como el ecógrafo le dijo que estaba todo bien, cuando se quiso acordar estaba todo mal y no había vuelta atrás. Estaba muy avanzado.
-¿Cómo la recordás a Lina?
-Ufff. Lina me dejó una vida llena de recuerdos y obviamente que sigo atravesando el duelo y estoy muy triste por su partida. Todo el tiempo que estoy triste, me desconozco y me pregunto qué me pasa. Ahí me doy cuenta de que tengo una tristeza de base tan grande, que intento seguir porque la vida es así pero me cuesta muchísimo. Mi amiga siempre sonreía. Pase lo que pase, hasta el último momento de su vida ella estuvo riéndose. Trato de conectarme con eso aunque me cueste un montón. Es la verdad.
-A tu abuelo lo acompañaste hasta el final y compartías en tus redes incluso momentos de Kaki con tus hijos.
-Sí. A él le encantaba ser bisabuelo. Estaba chocho y al final ya era como un bebé, entonces le sacaba los juguetes a Filipa y se los quería llevar a su casa. ¿Sabés qué hacía? Se llevaba los autitos de Fili a su casa, lo cual me daba muchísima ternura porque al final de la vida uno vuelve a ser un niño de nuevo.
Por Nico Peralta
Fotos: Luis Varela
La entrevista completa con Paula Chaves y muchas más están en la edición digital de enero de revista Pronto, que se puede descargar y leer de manera gratuita haciendo click en este enlace