Jimena Barón y Daniel Osvaldo se conocieron en 2012 y la relación creció a pasos agigantados. Ocurre que por esa época él estaba jugando en Italia y estaba en el país de paso, de visita. Durante ese año ella viajó mucho a verlo, pero en 2013 dejó su carrera como actriz (estaba haciendo Sos mi hombre) y se mudó con él.
Luego llegó Morrison Momo Osvaldo, el hijo que tienen en común, y en 2015, cuando Osvaldo firmó con Boca, regresaron a la Argentina. Jimena se ilusionó con retomar su carrera, con empezar a ganar su propio dinero, pero nada de eso pasó. Con el tiempo, contó que él no quería saber nada con que trabajara.
Se separaron en medio de un escándalo y lo que vino es historia conocida. Pero todo lo narrado viene a colación de que Barón contó en qué gastaba el dinero de Daniel, que en realidad era de los dos, pero ella, que es independiente, siempre sintió un peso extra por no aportar. Lo relatado generó sorpresa, ya que lejos estuvo de derrochar, como tal vez muchos creían.
“Viví con mucha culpa el dinero porque no era mío, yo nunca sentí que era mío, me daba culpa. Por ahí él me decía ‘agarrá, comprate, llevá’, no, no”, comenzó su relato a través de sus redes sociales. Eso la llevó a ser mesurada a la hora de hacer compras.
Sin ir más lejos, contó que no se daba demasiados lujos y hoy se siente arrepentida por eso frenos que se ponía ella misma. “Iba a Zara a Soldi, al outlet de Zara al H&M, Bershka, fui una botinera tan rancia, me daba cosa, me arrepiento, me arrepiento ¿Por qué Jimena? ¿Por qué?”, cerró el tema.
Por otro lado, se permitió dar un consejo, con un palito, aunque no dio nombres, quedó bastante claro. “Moraleja: acepten chicas, si no tienen maridos chorros que están ahí y pelotudean con la guita de todos los argentinos acepten todo no sean bolu… ‘No no hace falta’, ‘Ay, no para qué vas a gastar’ ¡Gastá! ¡Qué gasten!”.