Suele decirse que el tren pasa una vez y que hay que saber subirse a tiempo. Que las oportunidades no abundan en la vida y que, cuando llega ese guiño, aprovecharlo. Y Quien hizo todo eso al pie de la letra es Nerea Nenu López, la bailarina de 20 años que es parte del staff del Bailando 2023. La joven fue tocada por la varita mágica de Marcelo Tinelli, que vio cierto ángel en ella, y no se equivocó.
Días atrás, ella estaba con una bandeja con sándwiches, en medio de una publicidad que estaba dando Tinelli, y se dio un diálogo entre ellos que fue el puntapié inicial de lo que le está pasando: furos en redes sociales (se le duplicaron los seguidores), la gente la conoce en la calle, y ahora va a ser parte de la pista del reality, como pareja de Martín Salwe. Su desfachatez y sentido del humor le dieron un lugar preponderante.
En una charla con PRONTO, Nenu habló de su presente, pero también de las trabas que tuvo que superar. Una infancia, pero sobre todo una adolescencia, en la que atravesó momentos complejos, de mucha tristeza, y que la hicieron crecer de golpe. Su historia comienza lejos de Argentina, y ella lo detalló: “Nací en España, pero me crié en Vicente López. A los 3 años y medio mío nos vinimos para Argentina”, comentó.
—¿Por qué se volvieron?
—Mi familia se sentía sola. Ellos se casaron y a los 6 meses se fueron a vivir a España, donde ya estaba mi familia, mis abuelos. Mi familia se volvió, se quedaron ellos solos, y cuando nací yo, como estaban solos conmigo, se volvieron para estar cerca de la familia.
—¿Cómo surgió lo del baile?
—Desde siempre. Tengo videos de muy chiquita bailando, no te puedo decir una edad, pero sí que era muy chiquita.
—¿Cómo llegaste al Bailando?
—Fui al casting. Siempre tuve la idea. Cuando cumplí los 18 fue lo de la pandemia, pero siempre tuve la idea. Y para este hubo un casting abierto en la escuela donde tomo clases. Porque hubo casting cerrados, pero a esos te convocan, y a mí no me conocía nadie. Cuando quedé preseleccionada no sabés la emoción…lloré y sigo llorando todavía ahora por todo lo que me está pasando.
—¿Te imaginabas la repercusión que estás teniendo?
No, todavía no caigo. Siempre quise esto, pero nunca me lo imaginé. Siempre quise ser famosa bailando, por otro caso. Que la gente me salude en la calle, tener más seguidores, son cosas que no me esperaba. Esto surgió porque un día Martín (Salwe) me dio un beso y lo vio el Chato Prada, y ahí Marcelo me hizo un chiste, pero creo que nunca se imaginó que yo se la iba a seguir. Le contestaba, me dijo que le dé un beso a Martín en vivo y yo le dije que sí, pero si él le daba un beso a Milett (Figueroa).
—Y ahora pasaste al otro lado, vas a bailar con Martín Salwe
—Sí, estoy muy nerviosa, espero que salga todo bien.
—Ya tenés experiencia, bailaste con Tini Stoessel, con Callejero Fino
Con Tini hice videoclips. Y con Callejero Fino bailarina, bailarina. Me fui de gira, Movistar Arena, Lollapalooza, Luna Park.
—Contaste que estuviste en África antes de incorporaste al Bailando, ¿cómo fue esa experiencia?
—Sí, estuve en Marruecos. Mira, te cuento lo que me pasó: Yo hice el casting, pero como nadie me había llamado, habían pasado dos meses, y me surgió lo de irme a Marruecos a bailar, era buena plata, y me fui. Llegué allá y bailaba poco, sí vivía en un lugar increíble. Trabajaba en un restaurante que era cena show, así que hacía solamente ese show, y después vivía en el hotel de ahí. Las primeras semanas fueron difíciles. Y cuando me empecé a acomodar, a sentirme feliz. Hubo un día clave, que estaba contenta, feliz, ese día me llegó un mensaje del Bailando.
—Queda claro que te volviste, ¿pero cómo fue ese momento?
—Nuevamente crisis, el saber si volverme o no. Esto no lo conté, pero no es que me escribieron para decirme que había quedado, sino para decirme que había quedado preseleccionada. Yo podía volver, no quedar, y quedarme sin nada. Estuve tres días que fueron muy difíciles, hasta que dije: si me quedó acá me voy a quedar con la duda por no haberlo intentado. Así que me pagué el pasaje, me quedé pobre, me gasté todo en volver. Y cuando quedé definitivo no lo podía creer. Nunca me lo imaginé.
—Y encima encontraste el amor en Martín Salwe…
—Nos estamos conociendo. Vamos de apoco, no le queremos poner un título a la relación, vamos de apoco. Hoy no es mi novio, veremos cómo sigue.
—Apenas tenés 20 años, pero, ¿cómo fue tu infancia?
—Mi infancia fue muy dura. Mi mamá se enfermó de cáncer cuando yo tenía 10 años y falleció cuando yo tenía 14. Fue muy difícil toda esa etapa, lo que vino después. Yo soy hija única y como que de golpe tuve que hacerme cargo de ciertas cosas, mi papá se deprimió bastante…
—Fue crecer de golpe, me imagino.
—Sí, además de eso, sufrí bullying, en el colegio me hacían chistes con eso, fue muy feo por ese lado también. Me decía que se iba a morir mi mamá, o que era de signo cáncer porque tenía cáncer, todo el tiempo esas cosas. Ir al colegio no era fácil, la pasaba mal en los recreos, pero me iba bien, era buena estudiante, muy traga. Fui abanderada hasta sexto año. Me encanta estudiar.
—¿No se te dio por seguir una carrera en paralelo al baile?
—Hice, incluso pedí una beca para entrar a estudiar al Hospital Austral, había que hacer una serie de exámenes para que te la den, los hice, me saqué la nota que necesitaba para la beca, pero decidí no seguir porque la beca te la mantenían si vos tenías más de 8 en todas las materias, todos los trimestres. Mirá que yo soy exigente, pero era una locura. Además, si un día me sacaban la beca, no iba a poder pagar la carrera.
—Seguiste por el lado de lo artístico…
—Sí, aparte, en los exámenes que hice para la beca me di cuenta de que yo relacionaba el estudio de medicina con mi mamá, con su enfermedad. Pensaba que podía salvar a la gente con cáncer, e iba a ser una infeliz, la verdad. Me di cuenta que había elegido desde el dolor. Ahí me hice una pregunta: ¿Si mi mamá estaría acá yo que estaría haciendo? Bailando, bueno voy a hacer eso.
—¿Cómo es tu vida hoy?
—Vivo con mi papá. Me gustaría mudarme sola, pero no llego todavía. Igual me llevo muy bien con mi papá. Él está contento con lo que me está pasando, mira todo el día LAM para ver si aparece algo.
—¿Cómo te imaginas tu futuro artístico de acá en más?
—No me quiero imagina el futuro. Esto que me está pasando no me lo imaginé y salió demasiado bien, así que estoy tratando de no imaginarme nada y fluyendo. Que el destino me sorprenda, como me está sorprendiendo ahora.