El estreno de la docuserie de Valeria Mazza trajo al presente problemas del pasado. Es que Pancho Dotto se enojó ante la omisión de su figura en la carrera de ella y expuso su bronca con Alejandro Gravier, esposo de la modelo y quien la habría sacado de la agencia del mánager para llevarla a la suya.
En diálogo con Entrometidos, programa que se emite por Net TV, el mánager expuso su bronca contra el marido de la modelo. Por lo que contó cuál fue el motivo que lo obligó a alejarse de ella y lo que despertó su bronca contra él.
“Cuando decís marido empresario, en Argentina estamos mal acostumbrados a decir ‘empresarios’ y nunca fue empresario de nada y siempre fue una persona que estuvo a la pesca de todo y encontró en su mujer un lindo negocio para vivir”, comenzó filoso Pancho Dotto contra Alejandro Gravier.
“Le puso cara de simpático y se metió a sacarle provecho a todo lo que pudo, pero empresario es otra cosa. Yo fui empresario y los empresarios trabajamos, nos levantamos temprano vamos a cumplir con una tarea y si tenemos empleados pagamos sueldos”, disparó el ex mánager de Valeria Mazza para marcar la diferencia.
Asimismo, Pancho Dotto continuó con la polémica y expuso el rol que cumplió Alejandro Gravier: “Él nunca pagó un sueldo, nunca pagó a un empleado, nada. Tiene una secretaria y no tiene ninguna empresa. Nunca tuvo una empresa de nada. (…) Es el típico busca argentino que encontró a una chica de la cual vivió y dejémoslo ahí, ya está”.
Además, reveló que el problema comenzó por plata: “Nuestro tema fue económico lamentable porque yo la quise a ella igual que a muchas, como una hija, y vos podés ver en mi Instagram que muchas chicas que me dicen ‘menos mal que te crucé en el camino’”.
Por su parte, Valeria Mazza también se metió en la polémica para defender a su esposo, con quien está en pareja hace 33 años. “Yo no tuve ninguna pelea con él, y no sé si él tuvo algún inconveniente conmigo. Yo no, y no me lo he vuelto a cruzar”, comentó sobre Pancho Dotto.
Al ser consultada por la posibilidad de una reconciliación, dijo: “La verdad es que no tengo muchas ganas de hablar con él. Lo saludaría porque no se le quita el saludo a nadie, pero no me dan ganas de hablar con él por todas las cosas que ha dicho. El pez por la boca muere”. Y cerró picante: “A lo mejor un día reflexiona y pide disculpas”.