El nombre de Charly García estuvo muy presente en estos últimos días luego de que Fabiana Cantilo asegurara que "no lo dejaban ver" al artista. Nacha Guevara, por su parte, también habló del músico este fin de semana y fue muy dura en sus declaraciones.
Horas más tarde, Joaquin Levinton estuvo como invitado en La Peña de Morfi, el programa que conducen Jesica Cirio y Diego Leuco por Telefe . Luego de que le preguntaran por Charly García, el líder de Turf dio detalles sobre el estado de salud del artista.
“Estuvimos con él en un programa de radio. Él estuvo en la casa, Rispi (Nicolás Ottavianelli). Así que anda muy bien, con disco nuevo, está recontento, que eso es lo importante", aseguró el cantante que mantiene una estrecha relación con el cantante.
Además dio detalles sobre el estado de salud del músico. "Me pone contento poder contarles esto porque siempre uno quiere saber de Charly y poco es lo que se sabe. Pero está rebien, recontento, con un disco terminado parte, y que es buenísimo”, confirmó.
La relación de Joaquín Levinton y Charly García
Durante la nota, Joaquín Levinton recordó sus largas charlas por teléfono con Charly García. "Yo tenía 17 años. Era muy chico y un día a mi vieja le llegó un montón de guita en la cuenta del teléfono y mi vieja no hablaba casi", comenzó contando el músico.
"Un día pidió el detalle de la cuenta de todos los llamados y empezó a llamar a todos los números", sumó. Fue entonces cuando, tras marcar y preguntar quién estaba de otro lado de la línea, su mamá escuchó una voz conocida que decía: “Soy Charly García”.
"Me empezó a hacer pagar todos los gastos y ahí me di cuenta de que me salía más barato irme a vivir solo. Yo estaba bien donde estaba, pero me terminaba saliendo más caro”, contó el líder de Turf que terminó alquilando "la casa del terror".
"Era un jardín de infantes abandonado. Y cuando entré era enorme, tétrico y había esos dibujos que hacen los nenes, que son horribles... Todo eso pegado en las paredes y estufas a gas, soltando gas. Eran ocho ambientes, con todos esos dibujitos, sin luz y con las puertas que se abrían y se cerraban solas”, recordó Joaquín.