Mientras disfruta del cariño que el envían sus fans por medio de las redes sociales y de los proyectos profesionales que tiene por delante, Miriam Lanzoni se ha animado a recordar un momento critico que vivió con su ex Alejandro Fantino.
Luego de aclarar que continúa en pareja con Christian Halbinger y que jamás se ha separado de sus novios a causa de una infidelidad, Miriam recordó el tenso episodio en donde se enojó con el periodista luego de ver cómo entrevistaba a Sofía Clerici.
“Fue algo muy visceral porque nosotros con Ale teníamos una relación maravillosa, de hecho, iban todas mujeres bonitas a sus programas y no era la primera vez que una iba a presentar un desfile o marca de bikinis o tapa Playboy”, comenzó.
“Ese día en particular… yo me había abierto Twitter hacía muy poquito. Y ese día en particular estaba cocinando unos zapatillos que él me pidió especialmente. Y enciendo el televisor y ella estaba como invitada”, recordó durante una entrevista en el programa Agarrate Catalina, (La Once Diez).
Luego, la artista detalló: “En eso, noto que Coco Sily y Ale se manejaban con una complicidad extraña y hacían bromas. En un momento determinado, veo que le bajan el cierre del vestido. Entonces, le mando un mensaje a Alejandro y le digo: ‘Me parece que no da’. Y entonces, él comete el peor error que podía cometer: cuenta al aire que yo le estaba mandando mensajes”.
“Supuestamente, la gracia era bajarle el vestido para mostrar todos los tatuajes. En ese momento, empecé a recibir muchos mensajes de tipos insultándome en Twitter. Ellos me expusieron al aire. Entonces, les escribí de nuevo y le dije que si seguía contando cosas lo iba a dejar durmiendo afuera. Y después de ahí, fue momento nacional”.
Sobre lo que ocurrió cuando Fantino llegó ese día a su casa, Lanzoni contó: “Cerré todo, activé las alarmas y le dije que no tocara el timbre. La gente de la guardia de seguridad, que estaba mirando la tele, le llevó café. Al otro día, me levanté, le abrí la puerta y le dije: ‘¡Chau, chau!’. A mí me volvieron loca, aunque las mujeres estaban todas de mi lado y los hombres me echaban la culpa a mí de que el vestido no bajó más”.