“Estoy de 18 semanas, como se dice ahora. O sea que son cuatro meses y una semana y estoy tan feliz que no te lo puedo contar”, expresa Tamara Garzón (32), quien espera su primer hijo con su pareja, el actor Gustavo Pardi. La actriz conversó con Pronto sobre este magnífico presente personal y contó que su papá, Gustavo Garzón, está chochísimo con la idea de convertirse en abuelo por primera vez. “Ahora estoy re bien pero los primeros tres meses tuve muchas náuseas y asco y la pasé mal porque encima se sumó que vivía con sueño. Fue bien de manual: a los tres meses se cortó eso y ahora estoy feliz de la vida. No tengo sueño, no tengo náuseas y como como un cerdo”, grafica Tamara.
-¿Subiste mucho de peso?
-No, cero porque los tres primeros meses no comía nada y ahora empecé a comer lentamente. ¿Si tengo antojos? No, poco y nada. Soy bien clásica con la comida. Siempre fui muy de la milanesa de berenjena en la vida y ahora estoy muy con el sandwichito de jamón y queso. Todo bien básico.
-¿Y cítricos o frutas de estación?
-Un poco de frutillas, sí. Pero no mucho más que eso. ¡Carísimo mi antojo con las frutillas!
-¿Estaban buscando?
-Sí, siempre quisimos pero tuvimos una pandemia en el medio y cuando salió el sol, quedamos embarazados. Con Gustavo llevamos casi cinco años de novios y eso me gusta porque es una pareja ya madura. Nunca había estado cinco años con alguien y es un nivel de intimidad que me gusta y una relación muy chequeada. Eso está buenísimo porque nos llevamos re bien nosotros.
-¿Viven juntos?
-No vivimos juntos. Estamos ahí, viendo y diseñando cómo va a ser la vida cuando nazca la beba. Soy una militante de no vivir juntos, él no tanto y tenemos que negociar. Para mí está bárbaro que cada cual tenga su casa pero todos mis conocidos me dicen que cuando tenga una bebé tomando la teta toda la noche voy a querer vivir con mi marido ya. Qué se yo, hoy se usa mucho no convivir pero quizás no con un bebé recién nacido. Eso es lo que estamos viendo.
-¿Pero se ven todos los días?
-Sí, estamos pegados y nos la pasamos juntos con Gustavo. Es como una convivencia no oficial, que tiene el lado lindo y te da más aire.
-¿Cómo fue el momento en que te enteraste la noticia?
-Flashero porque no lo creía. Me fui a hacer el estudio de sangre y no podría creerlo. No tenía síntomas pero tampoco me venía. “Debe ser un error”, pensaba pero la ginecóloga me confirmaba que estaba embarazada y yo seguía sin caer. Fue shockeante y hermoso al mismo tiempo. Hoy te digo que me encantaría tener dos más pero no tengo idea porque todavía no parí.
-¿Tu pareja estaba con vos?
-No, estaba solita. Me puse contenta, obviamente, pero ese día fui sola porque si no era, prefería vivirlo sola y después contarle a él. Al final fue un sí así que le tuve que contar la buena noticia. Esas cosas se hacen en persona y él estaba chocho. Gustavo tiene una hija de siete años pero si fuera por él, tendría mil hijos más. Los dos estamos re contentos.
-¿Está con trabajo Gustavo?
-Sí, le está yendo bárbaro. Dirige El zoo de cristal en El Picadero, llenan a full, está filmando y no para, además de que da muchas clases. Yo también estoy a full con las clases de actuación y aspiro a trabajar todo lo que más pueda y hasta donde me dé el cuerpo. No sé de qué se trata el puerperio del que hablan todas las madres pero espero que dure poco para volver cuanto antes a laburar.
-¿Dónde das clases?
-Tengo mi escuela de comedia musical para personas con discapacidad y también hago salidas culturales para personas con discapacidad. Además, animo cumpleaños, eventos y me encanta mi trabajo. Además, imaginate que todos mis alumnos son tíos postizos de mi nena en camino así que me hicieron una cantidad de regalos que ni te cuento. Les pedí que pararan porque ya no me entraba nada más en la habitación, já. Están felices y todos mis alumnos se autoperciben tíos.
-¿Y tus hermanos Juan y Mariano?
-Ellos también están chochos. La panza empezó a asomar hace poquito y ahora lo empiezan a entender más porque al comienzo hablábamos del bebé pero no se veía nada. Ahora que se ve lo entienden y están felices con la idea de que se agranda la familia. Y el que está en un cumpleaños literal es mi papá.
-Garzón va a debutar como abuelo.
-¡No sabés cómo está! Está entre emocionado y enternecido y me presta a mí una atención que antes no. De repente, soy la hija mimada, cosa que nunca fui porque siempre tuve muchos hermanos. Ahora parece que para él soy la reina del mundo pero después dicen que parís y se acaba el encanto porque la criatura te saca el lugar. Entonces, ahora lo aprovecho y lo disfruto a más no poder.
-¿Para cuándo tenés fecha?
-Para principios de marzo. Va a ser de piscis, signo de agua. Yo también soy de agua porque soy de escorpio. ¿Si me da miedo el parto? No, en absoluto y te voy a contar por qué. Estuve con una infección en la muela de juicio estando embarazada y fue lo peor del mundo. Nadie te cuenta que tenés que hacerte un chequeo odontológico antes de quedar embarazada porque después no se puede tomar medicación fuerte. Me sacaron la muela por la infección y quedé con la cara como Quico porque tampoco podía tomar desinflamantes. Después de ese dolor que pasé, no me da miedo nada.
-¿Le hablás a la panza?
-Poco. Soy muy del humor negro y no de la cosa edulcorada. Voy a las ecografías y hago chistes ácidos pero no lloro de emoción. Esa es mi manera de transitar la vida, divirtiéndome. No me da esa cosa de llorar y mirar la panza. Me da cringe, como dicen los jóvenes ahora.
-¿Tampoco te sensibiliza pensar en tu mamá, Alicia Zanca, y qué diría si conociera a tu bebé?
-Mirá, no soy muy de especular con cosas que no van a pasar. Honestamente sí me emociono mucho al ver el efecto en mis seres queridos y cómo se conmueven y me preguntan todo el tiempo. Mi papá también me sensibiliza. Vivo la emoción a través de observar cómo se emocionan los demás. Todos mis afectos están desesperados de alegría y a mi psicóloga le digo que me hacen sentir que va a ser el último bebé del mundo.
-¿Tan así lo vivís?
-Sí porque mi mundo no es tradicional y no me rodeo de personas casadas, con hijitos y las familias perfectas. Mi círculo es más gay, más de arte, más transgresor y tengo amigos grandes, con hijos ya grandes. Entonces, la llegada de esta bebé es muy revolucionaria para mi mundo.
-Tu abuela tiene 101 años.
-Ay, sí, ¡no lo puedo creer! Lo único que deseo es que llegue a conocer a mi beba. Porque al tener 101 años, está muy al límite. Cualquier día puede ser el último. Mi abuela materna está súper lúcida pero le cuesta entender que va a ser bisabuela. Dice que va a ser abuela y aunque yo le explico que esa parte ya pasó, no hay manera. Tener la foto con mi abuela y mi bebé sería increíble. No soy de aferrarme a la vida, es una señora muy grande y cuando se tenga que ir, se irá porque ya está más que vivida, pero de repente lo pienso y digo: “Ay, que llegue al nacimiento”.
-¿Querías una nena?
-Sentía que iba a ser un nene porque mis hermanos son todos varones y la familia en general es de hombres. Estaba convencida de que iba a ser nene pero en mi deseo estaba que sea una nena. Quería reproducir ese vínculo tan mágico que tuve con mi mamá y sueño con repetir ese vínculo con una hija mujer. No me iba a poner mal si era nene pero me imaginaba más con una nena.
-¡Y se te va a cumplir!
-Ay, sí. El día que nos enteramos qué era, festejamos con champagne. Yo no podía tomar pero los demás, sí. Gustavo tiene otra nena y tampoco se imaginaba siendo papá de un nene. Estábamos en la calle y cuando nos enteramos por teléfono, Gustavo empezó a patear tachos en la calle de la alegría.
-¿Tiene nombre?
-Sí pero prefiero guardarlo un poquito más. Es un solo nombre y si bien no es raro, tampoco está quemado. Va a tener los dos apellidos, por supuesto. Encima de que lo tenemos nueve meses en la panza, lindo sería no ponerle mi apellido. ¡Lo único que falta!
-¿El papá está ansioso?
-Se la pasa tocándome la panza y tiene una felicidad que no le entra en el cuerpo. Los dos estamos felices y te repito: no nació esta bebita y los dos ya queremos más.
Nicolás Peralta / Fotos: Album personal de Tamara Garzón