Previo a enamorarse de Roberto García Moritán, el corazón de Pampita le perteneció a Martín Barrantes, un joven que la conquistó mientras daba sus primeros pasos como polista. Sin embargo, luego de terminar con la relación, su vida cambió de rumbo e incursionó en otros ámbitos.
Corría el año 2002 cuando Carolina Ardohain era una de las modelos más reconocidas de la actualidad. Para aquel entonces, ella había encontrado el amor y estaba dispuesta a pasar por el altar para seguir avanzando en la relación. Pese a esto el amor les duró poco.
Sucede que un año después, Pampita tomó la decisión de romper con el matrimonio ya que las cosas entre ellos no marchaban para nada. Si bien ambos tenían éxito en sus carreras, ella como modelo y él como polista, en la convivencia el vínculo estaba roto.
Al tiempo de separarse de la modelo, Martín Barrantes tomó la decisión de cambiar el rumbo de su vida. Es que el polo dejó de ser lo más importante para incursionar en otros aspectos. Fue así como prefirió abandonar todo lo relacionado con el deporte y lo mediático.
Se debe a que el ex de Pampita tomó la decisión de instalarse en Lobos para convertirse en un empresario que supo combinar la tecnología con la biología para analizar de manera minuciosa cómo es la genética de los caballos. Sucede que se encarga de detectar cómo es la genética de los de pura raza para poder sacar la mejor versión.
En este contexto, tras la escandalosa separación, Martín Barrantes optó por una empresa de biotecnología a la cual denominó Kheiron Biotech. Abocado a esta rama, una vez que concluyó con el divorcio eligió no retornar a lo vinculado con la farándula y apostar por un perfil bajo.
En lo que respecta a su vida privada, dentro del hermetismo que maneja para intentar no ser noticia, se supo que con el correr de los años se permitió volver a apostar en el amor para triunfar, esta vez. Sucede que hace algunos años ya que se encuentra en una relación con Kateryna Wurzel, con quien tuvo un hijo: Felipe.