Recientemente, Santiago Maratea se alejó del ojo público y las redes sociales tras confirmar el breve vínculo romántico que lo conectó a Guillermina Valdés. Ahora, el influencer. reapareció en su cuenta oficial de Instagram donde compartió que hizo un contundente cambio en su vida personal y laboral.
En este sentido, el mediático compartió que realizó una colecta para el club que lo sacó de la depresión. “Ante la incertidumbre me metí a un club a jugar al fútbol. Se llama Club Ezeiza. Por el que hicimos una colecta, y lo conocí por eso”, explicó para luego revelar la mística razón por la que se involucró en el deporte: “Eso fue a mitad de año y para fin de año estaba en ese momento bastante depresivo de mi vida y no sabía qué hacer. Fui a ver a un chamán y después dije ‘voy a jugar al fútbol’”.
Acto seguido, Maratea contó que la colecta que inició Independiente para saldar la deuda pendiente que tiene se adueñó de su itinerario y dejo de asistir a las prácticas pero lejos de darse por vencido, empacó toda su ropa y se mudó cerca del club para continuar con la actividad deportiva. “Ahora vivo a 20 minutos del club, en Esteban Echeverría”, destacó.
“Me junté con Toqui, que es técnico del club y quien lo inició. Es un club muy joven, de un año y medio. Y le dije: ‘Escuchá, tengo una propuesta, un trato para que hagamos: si vos me ayudas a que yo meta un gol, yo te ayudo a que el club llegue a Primera’. Y Toqui me dijo que ‘de una’", manifestó sobre el disparador que lo motivó a arriesgarse en esta nueva aventura. Además, Maratea dijo que entrena cinco horas diarias en el club y que dedica el resto del tiempo para encontrar sponsors que financien las obras que quiere hacer la institución.
En otra serie de historias donde respondió algunas dudas por parte de sus seguidores que están atentos a cada uno de sus posteos, expresó que en el equipo "juega de 9" pero que aún no hizo ningún gol a la fecha. Además, Santiago remarcó que lejos de aún estar acostumbrado a jugar y entrenar, le cuesta bastante. "Básicamente cuando me toca entrar a la cancha, y también me pasaba antes en los entrenamientos de la semana me pasa que me muero de la vergüenza. Me muero de vergüenza, me da mucha vergüenza y tengo que superar la vergüenza de entrenar y de apoco también voy superando la de ir a jugar porque voy y la gente me conoce", confesó.
"El primer partido que fui, yo me quería morir que estaba ahí pero dije: 'ya fue, este es mi desafío' y apenas entré a la cancha me gritan: '¡Maratea! ¡sos amigo de Jey Mammon! y yo estaba como: ¡Ay, no!", recordó la anécdota del encuentro que disputo apenas llegó al club, entre risas, visiblemente avergonzado mientras se grababa ante la cámara para los internautas.