La historia de amor entre Guillermo Francella y Marynés Breña comenzó en una fresca tarde de septiembre de 1987, en el cumpleaños del hermano del reconocido actor. A pesar de la fama de "mujeriego" que lo precedía, ese encuentro fue un flechazo para ambos. Guillermo, con 32 años y una carrera actoral en ascenso, y Marynés, una azafata de 21 años, se encontraron en una noche que cambiaría sus vidas.
La primera vez que se vieron, a pesar de que Marynés necesitaba acostarse temprano para su vuelo a Río Gallegos al día siguiente, aceptó la propuesta de ser presentada al hermano de su mejor amiga, Ricardo Francella. Desde entonces, su conexión fue innegable. "Es mi compañera de toda la vida. Compartimos mucho y lo que es más importante, nos hemos adaptado al paso del tiempo", expresó Guillermo Francella en una entrevista.
A pesar de la urgencia de Marynés por su vuelo, la pareja charló hasta altas horas de la madrugada y, en un gesto romántico, Guillermo la llevó a su casa, dándose el primer beso. Pocos días después, comenzaron una relación que los llevó al matrimonio en septiembre de 1989. Su luna de miel abarcó destinos como Nueva York, Los Ángeles, Las Vegas y un crucero por el Caribe.
La familia creció con el nacimiento de Nicolás en 1990 y Johanna en 1993, ambos siguiendo los pasos de su padre en la actuación. Guillermo elogió la solidez de su familia, destacando el apoyo de Marynés: "Hemos conseguido formar una familia muy sólida. Ella es una mujer de fierro, que está siempre. Muy mancomunados, todos".
Marynés, de perfil bajo, ha sido testigo del crecimiento de Guillermo en la industria del entretenimiento. Aunque evita declaraciones públicas, es una consejera invaluable para su esposo. "A veces le hago ver a ella primero para que me dé una opinión. Mis hijos también son muy lectores de mis cosas. Somos fuente de consulta todos", reveló el actor.
Con dos décadas de amor, familia y éxitos profesionales, Guillermo Francella y Marynés Breña continúan demostrando que la conexión, el diálogo y el compañerismo son la clave de una relación duradera en el exigente mundo del espectáculo.