Marcelo Polino se reconoce como un tipo solitario y con poca familia. Por eso, pondera tanto la amistad y los vínculos entrañables que forjó con algunas personas del medio. "¿Quiénes son mis grandes amigos del ambiente? Antonio Gasalla, Luli Salazar y Flavio Mendoza. El cuento con Flavio es que yo era amigo de su hermana. Éramos muy compinches, ellos eran artistas de circo y a Adriana la conocía porque era la novia de Guille Gramuglia, que era amigo mío", contó el periodista a Pronto.
Y continuó: "Ahí conocí a la familia y después la vida nos juntó con Flavio. Otra muy amiga es Moria Casán. ¡Son tantos años sentados al lado! Lo mismo Carmen Barbieri. Por ahí no de vernos todo el tiempo pero somos como los parientes y cuando hay un quilombo, estamos. Si hay un tema de salud nos llamamos: ´Che, estás bien, ¿necesitás algo?´”.
-Para vos está bueno, más que no tenés tanta familia.
-No, familia acá no tengo a nadie. Mi mamá vivió los últimos diez años en Capital y murió el año previo a la pandemia. Pasó el tiempo ya. En 2018 falleció pero lo tengo muy cercano, me parece que fue hace menos. Ya estoy acomodado con ese tema porque estuve muy cerca de mi mamá en el último tiempo. Su final fue horrible porque el cáncer de colon la tuvo a mal traer un año entero, con internaciones continuas, y yo todo el tiempo al lado de ella. Encima estaba con mucho trabajo y recuerdo que me sacaba el saco de brillos del Bailando para irme en remís al Hospital Italiano.
-Qué duro.
-Sí, fue muy duro y desgastante. A la mañana me levantaba temprano para volver a ir a verla y luego al trabajo otra vez. Fue muy complicado el final de mi mamá y yo me quedé tranquilo porque todo lo que se podía hacer, se hizo. Después hay factores que son ajenos a uno.
-¿La recordás especialmente en algún momento del día?
-Mi mamá tenía un gran sentido del humor y con mis amigos siempre comentamos: “¿Qué diría Ethel de esto?”. Recreamos frases y situaciones y yo la recuerdo siempre con alegría. Mamá era re crítica con todo y tenía mucho carácter. Si me peleaba con alguien en la tele, ella automáticamente no lo que quería más.
-¿Quién te quedó en Tres Arroyos?
-Una tía, primos y no mucho más. Hace un montón que no viajo pero quiero ir porque tengo muchos amigos de la primaria y el secundario, con los que estoy en contacto permanente. Me hablo todo el tiempo y cuando vienen a Buenos Aires, nos vemos. Entonces, tengo que ir porque me están reclamando.