Súper reconocida tanto en su Paraguay natal como en la Argentina, Lali González (36) hizo mucho cine y luego televisión, con un destacadísimo papel en la tira de Pol-ka La 1-5/18, que incluso la llevó a estar nominada al Martín Fierro como mejor actriz protagonista de ficción. Luego, Adrián Suar le daría la oportunidad de ponerse el traje de conductora en el ciclo ¿De qué signo sos? y ahora se destaca en el Bailando 2023 como una de las novedades de la pista de ShowMatch.
"Después de La 1-5/18, me fui a trabajar a Paraguay porque me contrataron para ser jurado de un reality de arte, con baile y canto de jóvenes talentos. Hice una película y un unitario. Tuve mucho trabajo y luego me convocó Adrián Suar para regresar a la Argentina como conductora. ´¿Vos estás seguro, Adrián?´, le pregunté porque no me imaginaba en ese lugar. ¡Y no sabés lo que disfruté ese programa! Me respetaron mucho desde el primer día, se armó un gran equipo y la pasamos increíble. Siento que este año me llegó todo junto", confió Lali al periodista Nico Peralta para Pronto.
-¿A qué te referís?
-A que este año hice de todo: una peli paraguaya que se llama Leal dos y donde me tocó componer a mi primera villana; también hice una película con Joaquín Furriel, Descansar en paz, de Borensztein, que se estrena el año que viene; conduje ¿De qué signo sos? y luego llegó la propuesta de Tinelli para el Bailando. En medio de eso, me separé de mi marido y perdí a mi niñera. No sé qué más me puede pasar.
-¿Qué fue lo más trágico de todo?
-¡Que me haya dejado la niñera de mi hija cuando nos vinimos a vivir aquí! Estoy de pie porque tengo fuerza, curiosidad y ganas. Le tengo hambre al mundo. Vivo entre la Argentina y Paraguay y trabajo sin parar en los dos países. Reconozco que en un momento colapsé y tuve ataques de pánico y de ansiedad. Mi cuerpo no daba para más: mientras hacía el programa de los signos, ensayaba Las cosas maravillosas y me preparaba para la pre producción de la peli con Furriel. Era mucha presión. Le pedí al universo y me llegó todo de repente.
-¿Entraste en crisis?
-Sí y me di cuenta de que uno tiene que estar bien física y mentalmente para cumplir los sueños. Y ser responsable de lo que le pedís al universo porque te llega. Encima estaba con mi hija chica y sin niñera porque extrañaba a su mamá y se volvió a Paraguay. Buenos Aires te intimida si le tenés miedo a la ciudad. Las distancias son enormes y no te podés ver siempre con la gente que querés. Con Agustina Cherri somos muy amigas pero vive en Pilar y es difícil vernos. En Paraguay todo es más cerca y chico. Pero a mí Buenos Aires me envolvió y conquistó.
-¿Tu marido se quedó en Paraguay cuando te viniste?
-Sí, siempre. Se llama Walter Riveros, es productor musical discográfico y tenemos una productora en común, Blue Art, con la que hacemos mi show. Estamos juntos hace 13 años pero ahora decidimos tomarnos un receso. Como un coffee break. Yo vivía acá hacía dos años y eso no fue un problema pero luego entramos en crisis. Hay que normalizar las crisis de pareja. A veces conectás, otras no y en este caso hay una nena de cuatro años en el medio que sufre, entonces no nos podemos dar el lujar de andar jugando. Queremos lo mejor para ella y cuidarla frente a todo.