Desde que Luciana Salazar y Martín Redrado se separaron mantienen un conflicto legal, dado que él no se hace cargo de la manutención de Matilda, la pequeña que él aceptó tener con la modelo. Ante esta disputa, ella volvió a cruzarlo con los tapones de punta al exponer su enojo.
En una nota que brindó con la Revista Gente, la modelo catalogó este 2023 como que “no fue un buen año”. Es por eso que reveló el motivo: “Y… el tema judicial con (Martín) Redrado es agotador y avanza muy lento: me angustia pensar en la cantidad de artimañas que puede hacer una persona para obstaculizar la causa”.
En este sentido, ahondando en la problemática que la llevó a tener un año negativo, Luciana Salazar contó cómo es el vínculo que tiene con Martín Redrado: “No hablamos, nada: yo lo tengo bloqueado de todos lados. Me lo crucé el año pasado en Qatar pero, obvio, no nos hablamos”.
Asimismo, fue inevitable averiguar cómo es la relación que tiene con Matilda Salazar: “No la vé, él la vino a visitar hasta que ella cumplió 3 años y nunca más. A veces recuerdo cómo era la vida cuando estábamos en pareja y, realmente, él era muy pegado a mi hija”.
“Algo que me gustaría dejar claro es que Martín asumió compromisos y los firmó: no es que prometió pasarle una cuota de alimentos en una charla informal que tuvo conmigo una noche, mientras cenábamos. No fue así. El eligió firmar ante un escribano que se hacía responsable de ella y, no sólo eso, también dejamos un documento firmado en el que ambos expresamos cómo el otro se haría cargo de Matilda en el caso de que nos pase algo”, expuso Luciana Salazar respecto al acuerdo contractual que tiene con Martín Redrado.
“Dejó garantías de su patrimonio por escrito: es una locura que ahora niegue esa realidad que está documentada”, expresó indignada la modelo ante la negativa del economista de hacerse cargo de la hija que él también decidió tener.
Para cerrar, relató cómo fue el momento en el que decidió cortar con la relación: “Yo me cansé de que la venga a ver a escondidas de su novia y le pedí que no aparezca más porque no me gustaba el mensaje que le transmitía a mi hija: no podían salir a tomar un helado o ir a la plaza. Todos los encuentros eran entre las cuatro paredes de mi casa y no me gustaba. ¿Por qué no podía decirle a ella que venía a visitar a Matilda? Un día me cansé y se lo dije: ‘Si no podés contarle a tu novia que venís a casa, no veas más a Matilda’”.