Sofía Gala , reconocida actriz e hija de la emblemática Moria Casán, ha experimentado la rebeldía de la fama desde una edad temprana. Bajo la crianza de Moria, caracterizada por la libertad y autenticidad, Sofía ha trazado un camino para forjar su propia identidad y destacarse en el mundo del espectáculo.
Desde su juventud, Moria le otorgó a su hija una notable dosis de independencia, llegando al punto de permitirle vivir sola en un apartamento ubicado en el fondo de la casa familiar en Parque Leloir cuando apenas tenía catorce años.
El hogar de Sofía en aquel entonces reflejaba su personalidad vibrante y creativa. Su espacio estaba impregnado de tonos azules, con una esfera de discoteca y telas de tul suspendidas desde el techo. Las paredes del salón estaban pintadas en tonos naranjas, mientras que las de su habitación lucían un azul distintivo.
"Acá nadie me puede venir a romper las bolas... Yo cierro la puerta con llave y no entra nadie. Igual, desde la ventana veo a qué hora o qué está haciendo mi mamá. Cuando no quiero que me vean yo cierro las cortinas", decía una Sofía Gala adolescente.
En esa misma entrevista, le consultaron sobre su historial sexual. En ese entonces, respondió: "No sé qué estarán esperando. Por más que haya tenido mi primera vez o no no se van a enterar. Yo ya dije que al matrimonio no voy a llegar virgen. Se van a dar cuenta ahí...".
Los almohadones exhibían una paleta de colores variados, y cortinas traslúcidas con destellos dividían con estilo los diferentes espacios. Un detalle especial era la presencia de una fotografía de Rodrigo, El Potro, en el centro del salón, siendo él su ídolo supremo en esa etapa de su vida.