Marisa Brel atraviesa uno de sus momentos más angustiantes de los últimos tiempos. Sucede que desde hace unos días venía con cierta preocupación porque el estado de salud de Eva, su perrita, había empeorado. Sin ir más lejos, hasta tuvo que faltar al debate de Gran Hermano porque con su hija se quedó pendiente de su mascota.
Según había dicho en la semana, ya el veterinario de confianza le había dicho que no tenía mucho para hacer más que esperar el triste final. Finalmente esto ocurrió este fin de semana. Y si bien era esperable, la tristeza que la invadió tanto a ella, como a sus hijos Paloma y Timoteo fue mucha.
Ante esto, la periodista la despidió en sus redes sociales. Con una foto de la perrita en cuestión, escribió: “Que descanses en paz, Eva. Gracias por estos 15 años de amor incondicional. Estamos desconsolados”, dijo y cerró: “Te vamos a extrañar mucho. Te amo mucho”.
Por supuesto, los mensajes de condolencia se multiplicaron. Los seguidores, aquellos que son mascoteros y entienden de este dolor, le dieron una palabra de apoyo y de aliento. “Abrazo a toda la familia”; “Cuánto dolor sentimos cuando se nos van nuestros hijos perrunos”; “Que triste noticia. Son nuestros seres más queridos”, fueron algunos de los mensajes.
En cuanto al inicio de todo esto, cuando comenzó la agonía y tuvo que faltar a su trabajo, dio los motivos. “Para quienes me preguntan por qué no fui al debate de Gran Hermano del jueves: mi perrita Eva, que tiene 15, está muy grave y estamos con mis hijos acompañándola hasta que ella decida partir. Agradezco sus rezos para que no sufra. Estamos rotos de angustia”.