A los 60 años, Pachu Peña transita un momento de total armonía en su vida. Tras una exitosa temporada teatral en Carlos Paz con la comedia Un plan perfecto, junto a Pedro Alfonso y gran elenco, el actor aceptó sumarse a la gira y actualmente está recorriendo las principales provincias de la Argentina con la obra producida por Dabope, la compañía que crearon el Chato Prada, Federico Hoppe y Ezequiel Corbo.
En lo personal, Pachu está muy bien con su esposa Felicitas y sus cuatro hijos: Benjamín (23), Iñaki (22), Olivia (17) y Joaquina (13). “El verano fue hermoso, de una felicidad total. Disfruté mucho de volver a trabajar con Pedro en Carlos Paz y nos vino a ver mucha gente. Muchísima. Sinceramente, no esperábamos tanto y batimos un récord. Pensamos que iba a estar más dividido porque fueron muchas comedias a Córdoba pero gracias a Dios nos fue muy bien. La gente eligió a Pedro porque ya es un clásico de las sierras. Fue su temporada número once y la mía fue la segunda con él. El año pasado hicimos Una noche en el hotel, luego salimos de gira todo el 2022 y volvimos este verano con Un plan perfecto. Como te decía, ya se convirtió en un clásico y la gente sabe que siempre se va a venir a reír, divertirse y pasarla bien. Ese es el punto por el que giran las comedias de Pedro Alfonso. La gente busca reírse y no es que las demás comedias no lo logren pero esta siempre tiene un plus, algo especial y que hace que Pedro atraiga mucho”, arranca contando Pachu.
-¿Cómo es tu vínculo con Pedro Alfonso?
-Muy bien, nos llevamos muy bien y nos entendemos bárbaro. Por eso me llamó para trabajar con él en esta segunda temporada. Nos conocimos trabajando el año pasado en Una noche en el hotel, también con mucho éxito, y ahora repetimos.
-¿Nunca habían coincidido en ShowMatch?
-No. Si bien lo veía y nos cruzábamos, él estaba con otra producción y yo estaba trabajando con Pablo Granados y otro productor. Nunca compartimos ni un café, nada de nada. Muy loco, ¿no? Estábamos en la misma familia y todo se dividía en distintos núcleos: Freddy Villareal por un lado, José María Listorti por otro, con Pablo teníamos nuestro productor y se armaban distintos equipos. Si bien nos llevábamos todos bien, trabajábamos mucho y no nos veíamos tanto.
-¿Te gusta salir de gira o te cansa?
-Sí, me gusta. Me pasa que por un lado me gusta pero por el otro me da cosa porque me alejo de mi familia todos los fines de semana. Pero entiendo que es el trabajo que elegí y lo que disfrutamos. Gracias a Dios, tenemos el privilegio de trabajar de lo que nos gusta y poder disfrutarlo es una bendición. Encima nos va bien y no podemos pedir más. Obviamente, se extraña a la familia pero me encanta viajar y la temporada pasada fue una fiesta. Nos subíamos al micro de Una noche en el hotel y era todo muy divertido.
-¿Una especie de viaje de egresados?
-Exacto. ¡No sabés lo que nos divertíamos! Nos juntábamos a la noche y mientras íbamos en el micro jugábamos a las cartas, charlábamos, nos reíamos, comíamos. La pasábamos muy bien. Rodri Noya es un tipazo, un divino y con él también ya llevamos dos temporadas juntos y la gira en el medio. Además, es un actorazo, con mucho oficio.
-¿Qué edades tienen tus hijos?
-El mayor, Benjamín, tiene 23 años; después viene Iñaki de 22 y ellos dos son re seguidos: se llevan solo un año y medio. Iñaki es periodista deportivo recibido en Deportea y aunque no está trabajando, tiene muchas ganas de hacerlo. Le hablé a un montón de gente conocida pero todavía no logró enganchar. Habla perfectamente inglés y mira las películas en su idioma original, sin subtítulos. Escribe muy bien, es un genio y sé que la va a pegar cuando empiece.
-¿Y Benjamín?
-Trabajaba en producción de VideoMatch en aquel intento de hacer humor con Marcelo Tinelli pero duró poco. Ahora está buscando su lugar. Es productor de radio y tevé. Veremos también dónde lo puedo llegar a colocar. Los dos viven con nosotros y estamos bien, cómodos en casa. Después viene Olivia, de 17. Terminó este año el colegio, se fue a Mar del Plata en el verano y también vino a verme en Carlos Paz con Felicitas, mi mujer, y la más chica de los cuatro hijos que es Joaquina, de 13 años.
-¿Olivia qué va a estudiar?
-Aun no lo sé, lo tiene que definir. Algo escuché pero no lo tiene del todo decidido. Joaquina va al colegio aun y ahí dejo un dineral porque es caro pero por suerte es estudiosa y le va bien.
-¿De chicos sufrían ser hijos de Pachu Peña y esa cosa de la fama?
-No, nunca. Son muy tranquilos los chicos, muy perfil bajo y respetuosos. Nunca fue un tema. Creo que lo disfrutan y aunque no me lo demuestran, sé que están contentos con mi carrera y no reniegan de nada.
-¿Podés ir a reuniones del colegio, por ejemplo?
-No. Te soy sincero: de eso se ocupa más mi mujer. Obviamente que voy a los actos de fin de año o cuando hay situaciones especiales, egresados o entregas de diploma. Estoy en los momentos clave pero en el día a día no. Algunos actos puedo acompañar pero por lo general estoy trabajando y siempre se me complica estar. El año pasado estaba haciendo radio a la mañana y era imposible ir al colegio de los chicos.
-¿Vas a seguir haciendo radio?
-Lo tengo que definir. Y hay algunas propuestas dando vueltas para hacer streaming. Está de moda, me divierte hacerlo y es un mundo nuevo donde hay mucha gente. Es increíble la gente que está conectada a la noche y se prende a ver algo en vivo por streaming. Entonces, te das cuenta de por qué hay menos personas mirando televisión. Los que se fueron al streaming no miran tevé. El público de la tele ahora se dispersó entre plataformas, streamings, redes sociales y tantas opciones más. Cambió la manera de consumir medios.
-¿Sos tecnológico?
-Poco. Me gusta la tecnología pero me cuesta. No tengo el último celular y si tengo que hacer un video, yo no lo puedo editar. Tampoco me puse a aprenderlo. Prefiero pagarle a alguien que lo haga por mí. Que se encargue otro y que quede un buen producto.
-Pablo Granados le encontró una veta y se reinventó.
-Sí y lo hace espectacular. El trabaja de eso, tiene clientes y a veces hacemos algunas cosas juntos. Se recluyó en la pandemia en Lima, pasando Zárate y ahí abajo tiene una casa en la que vive y disfruta de eso, de estar en su lugar. El es su jefe: se graba cuando quiere, en el momento que quiere, se edita, se produce. Encontró un negocio ahí y no quiere saber nada con cumplir horarios o tener presiones de rating.
-¿Se hablan?
-Sí, obvio. Somos amigos con Pablo y estuve trabajando con él hasta antes de irme a Carlos Paz a hacer la temporada. Estuvimos haciendo muchos laburos para empresas, para muchos clientes y viajamos un montón. Hablo casi siempre y le dije que a la vuelta nos juntamos para hacer algo.
-La gente tiene la fantasía de que son casi hermanos.
-Sí. Cuando nos juntamos a hacer algo de humor para subir a las redes, nos llenan de mensajes muy buena onda. Y otras veces nos juntamos para hacer laburos específicos con clientes. Los que consumen Instagram se cansan de que sean todos chivos, entonces armamos videos más divertidos, le damos una vuelta de tuerca y le metemos humor. Por los comentarios, somos bienvenidos y la gente disfruta de lo que hacemos.
-¿Qué fue lo último que hiciste en televisión?
-El año pasado no hice nada en tele, salvo ir de invitado a algunos programas. Estuve de gira con Una noche en el hotel y fui de invitado a las ediciones con famosos de Pasapalabra y otros más. Siempre que voy me divierto y la paso bien. Este año me llamaron para algo pero no está concreto así que más vale no quemarlo. Veremos.
-En Un plan perfecto hacés de un artista plástico muy particular.
-Sí y muy gracioso. Se llama Antuán y lo disfruto muchísimo. Subirme al escenario es como salir a jugar. Nos divertimos y nos apoyamos mucho entre todo el elenco. Es un lindo grupo. Antuán es el dueño de casa, me vienen a robar un cuadro que tengo escondido porque vale mucho y que era de la abuela de Paula Chaves y Romina Gaetani. La escenografía es espectacular y está escondido en un lugar muy original. Es una comedia muy divertida y en esta gira, la gente la va a esperar y disfrutar mucho. Siento que nos van a ir a ver al teatro porque es garantía de risa.
-Al final de la obra hay un plus con el público.
-Exacto: Pedro toma el micrófono, nos presenta, nos hace bailar y siempre encuentra en la platea un viejo amor mío, de la época de la secundaria. La hace subir a la señora al escenario y revivimos la historia de amor. Me divierte y es muy lindo porque las señoras que suben, lo agradecen mucho. Me ha pasado de casos de señoras que estuvieron muy mal por alguna enfermedad o porque se les murió el marido o algún familiar y me lo dicen al oído cuando me abrazan fuerte. Es emocionante y sinceramente es muy lindo lo que se genera.
-¿En tu tiempo libre qué hacés?
-Descanso. En la temporada, cuando terminábamos la segunda función, nos íbamos a comer a un restaurante del centro de Carlos Paz y ahí siempre nos cruzamos con colegas de otros elencos. A veces comíamos entre función y función y luego salíamos a tomar algo. He ido alguna vez al boliche pero si fui dos veces en todo el verano, fue mucho.
-¿Podés salir tranquilo o ir a comer y que no te molesten todo el tiempo con fotos?
-Sí, se puede. No me molesta que me pidan fotos, es parte de esto y que me reconozcan es una buena señal. Me tendré que preocupar el día que no me pidan más fotos. Estar esperando que te pidan una foto debe ser terrible. Lo disfruto mucho y siempre y cuando se me acerquen con respeto, no me molesta.
Nicolás Peralta
Fotos: Luis Varela
La entrevista completa con Pacho Peña está en la edición digital de abril de revista Pronto, se puede descargar y leer de manera gratuita haciendo click en este link