Más de 100 mil personas se emocionaron con Alejandro Sanz en vivo y cantaron a los gritos todos y cada uno de los hits del artista español. Dueño de un carisma imbatible, que perdura a lo largo de los años, Sanz llegó a la Argentina dispuesto a brindar una serie de conciertos inolvidables y cumplió con su objetivo.
En una gira que se agotó por completo varios meses antes de su visita, que incluyó cinco estadios Movistar Arena de Buenos Aires, más Rosario y Córdoba, Sanz volvió a sellar su amor eterno con el público argentino.
“La despedidas no son lo mío, vamos a hacerlo despacito”, "Yo no me voy, solo me muevo de sitio”, “Muchas gracias por esta noche, por todas las noches, por todos los años. Argentina aquí tienen uno siempre fiel, nos vemos la próxima, los quiero mucho”, fueron algunas de las frases que lanzó, emocionado, desde el escenario.
Esas fueron algunas de las palabras en su quinto y último Movistar Arena de Buenos Aires y declaró de esa manera que su despedida del país estaba marcada por la certeza de que su “corazón porteño” volverá a reunirnos muy pronto en otra celebración de la música.
Sanz conmovió en su paso por la Argentina, su segunda casa como él suele decir, y es que cuando el español se presenta en este suelo la vibración es única, su música une generaciones enteras que durante estas tres décadas de carrera han pactado un lazo muy especial. El récord de ventas de entradas que hace ya meses dejó tickets agotados para todas sus presentaciones da cuenta del impacto que tiene y la convocatoria que año a año se multiplica.
Cinco fechas para el Movistar Arena en Buenos Aires, sumadas a sus shows en Córdoba y Rosario marcaron un regreso memorable plagado de éxitos ante más de 100.000 personas. ¿Cómo fue su itinerario? El músico tuvo la primera parada en la Plaza de la Música de la ciudad de Córdoba, para luego visitar Rosario en el Metropolitano, también con tickets agotados, lo cual marcó una perfecta antesala de sus presentaciones en Buenos Aires los días 5, 6, 11, 12 y 14 de mayo en el Movistar Arena.
Argentina se incluyó así dentro del recorrido internacional de Sanz en Vivo, con más de 30 fechas para 2023 en México, Chile, Colombia, Perú, Ecuador y España. Un nuevo show con conciertos de más de dos horas de espectáculo, en los que Alejandro Sanz además de repasar grandes éxitos de su carrera musical interpreta algunos de los temas incluidos en SANZ, su último trabajo de estudio, nominado en la categoría Álbum del año en los Latin Grammy 2022 y que además fue el disco más vendido en unidades físicas del 2021 en España.
El Movistar Arena se vistió de fiesta durante cinco noches increíbles, desbordadas de carteles y banderas, de demostraciones de amor incondicional por parte de un público que se movilizó desde diferentes provincias y países, y hasta estuvo presente en más de una fecha, en una demostración absoluta de pasión por este icónico artista.
Una puesta de luces y pantallas coronaban una escalera montada en el centro del escenario desde donde apareció el artista y la ovación del público dio inicio a No es lo mismo y luz verde a un repertorio que pasó por treinta años de música.
Los clásicos fueron pasando uno a uno, esas canciones inigualables que con los años suenan cada vez mejor y transportan al público por recuerdos, experiencias, y grandes historias. De los comienzos llegaron Lo que fui es lo que soy, La fuerza del corazón, Lo ves y Viviendo de prisa entre otros que cargaron de nostalgia y emoción el ambiente.
Y de esta etapa reciente en la inmensa carrera de Sanz los aplausos se los llevaron La Rosa, Iba, Correcaminos entre los acordes de temas infaltables y maravillosos como El tren de los momentos, Desde cuando, Cuando nadie me ve, Mi soledad y yo, Amiga Mía, Y, ¿si fuera ella? y Corazón partío fluyendo en un setlist increíble que hasta incluyó un homenaje a Joaquín Sabina con el tema Contigo.
Alejandro Sanz logra una conexión perfecta cada vez que canta en la Argentina y los shows son una fiesta musical que se agradece y disfruta plenamente. Tan entusiasmado y contento se fue Sanz del país que dejó flotando la ilusión de que pronto volverá de visita.