Hace ya 30 años que Matías Bagnato pedía justicia por su mamá, su papá. su hermano y el mejor amigo de éste que en 1994 fueron asesinados por Fructuoso Álvarez González. En todo este tiempo, el ex GH rogaba a las autoridades que no le concedieran la libertad que él tanto pedía, pues temía que fuera a buscarlo a él.
"Me decía que en sus salidas transitorias vendría a buscarme. Llegué a ocultar que tenía pareja por miedo a que pudiera hacerle lo mismo", reconoció Baganto a quien este fin de semana, se le terminó la pesadilla. "No está bueno que a raíz de una muerte yo tenga los sentimientos de vivir en paz. Me hubiera gustado que la Justicia tuviera sentido común para entender que cualquier ser humano piensa que quema viva a cinco personas y no muestra arrepentimiento, hay algo que está mal".
Lo cierto es que una vez que se dio a conocer la muerte de este hombre, Matías recibió una gran cantidad de mensajes de apoyo y aliento de parte de todos los que siguieron de cerca su búsqueda de justicia. "Recién llego a casa pero no me puedo ir a dormir sin decirles un GRACIAS INFINITAS por tanto amor y mensajes que me mandaron. Gracias de todo corazón x estar siempre y nunca dejarme solo. Los quiero".
La masacre de Flores
El 17 de febrero de 1994, Fructuoso Álvarez González cumplió con las amenazas que le venía haciendo a la familia Bagnato y prendió fuego la casa en la que vivía José Bagnato con su esposa Alicia Plaza y sus tres hijos. El destino quiso que Matías, el mayor de los chicos, se despertara a tiempo y pudiera saltar por una ventana. Sin embargo, sus padres, sus dos hermanos y un amigo de ellos que estaba esa noche allí, no corrieron la misma suerte.
El asesino era un ex socio de José Bagnato con quien había terminado la relación comercial en malos términos. Durante mucho tiempo, hizo amenazas telefónicas a la familia que había presentado la denuncia correspondiente. Sin embargo, nadie evitó que ocurriera la tragedia. Álvarez González fue condenado a prisión perpetua en 1995 pero al tener ciudadanía española fue extraditado al país europeo en 2004 con la intención de terminar su condena allí. Sin embargo, quedó en libertad y volvió a la argentina donde en 2011 volvió a quedar detenido por amenazar a Matías.