Dalma Maradona dio una entrevista en donde habló sobre cómo vive la maternidad, cómo fue su relación con Diego Maradona y hasta pidió Justicia por la muerte de su padre, lo cual continúa siendo investigado.
La actriz pasó por República Z y cómo es su vida desde que es madre de Azul y Roma. “Estoy colapsada”, comenzó y aclaró que por ahora prefiere no exponerlas hasta que ellas decidan si quieren aparecer en los medios.
“Mis hijas no necesitan la exposición, pero si se vuelve insostenible, con Roma veremos”, explicó y aclaró que a su hija mayor le encanta cantar, bailar, grabar videos e ir a la cancha de Boca.
Sobre los conflictos y peleas mediáticas que tiene desde hace años, Dalma contó que decidió cambiar su visión: “Tuve mucho tiempo disfonía porque me guardaba cosas. Si no te metés conmigo, no voy a ir de la nada para atacarte... pero si te metés con mi familia, sí”.
Luego, fue Lourdes Sánchez quien le consultó si tiene algún tesoro de su padre y la joven respondió: “Él me regalaba sus camisetas y se enojaba porque no les daba valor”, dijo y contó que Claudia Villafañe era quien se encargó de guardarlas hasta hoy.
“A mi mamá la querían meter presa, una locura, la acusaron en muchas causas y está sobreseída porque son ridículas, de gente que no tenía nada que hacer”, resaltó sobre el escándalo que atravesó en su momento Villafañe.
Sobre Matías Morla, Dalma resaltó: “No tengo ningún tipo de relación. Me parece que sobrepasaba su trabajo, hacía cosas... ¿por qué querrías separar a un papá de una hija? No de él sino que hablo en general, ¿qué te pasa por la cabeza para pensar hagamos que el padre no vea a las hijas? o que llames y te corten el teléfono. Como un fin que lamentablemente se pudo llevar a cabo, quedarse con una marca. Quedate con todo, a mí no me importa, pero había un plan”.
Dalma contó los problemas que tuvo para ver a Diego: “Si lo íbamos a ver, él pedía que se fueran todos porque quería estar con sus hijas. Yo ahí moría”, recordó y luego agregó: “Yo iba a la casa, esperaba en la puerta y no me dejaban entrar. Una vez me pasó con mi hija y dije nunca más. Él me llamaba y me preguntaba por qué no había ido, pero yo había estado en la puerta”.