Marcelo Tinelli ha vivido situaciones insólitas a lo largo de su carrera. Situaciones que quedaron marcadas en la memoria colectiva de sus fanáticos, y otras que no se conocían y que decidió sacar a la luz ahora. Tiene que ver con un plato exótico que probó en un viaje. Bueno, más que extraño, un verdadero asco.
Esta situación la vivió en Seychelles, un paradisíaco archipiélago ubicado en el océano Índico. Allí había ido de vacaciones cuando en uno de esos días el mozo del hotel en el que paró le jugó una mala pasada. Le hizo probar un bocado más que repugnante sin decirle qué era, pero luego se enteró y eso fue una verdadera decepción.
“Fue durante un viaje con Paula Robles, mi exmujer. Yo no entendía mucho inglés, y vino un mozo a ofrecerme una cazuelita de un pajarito que comía frutas a la noche. Le dije que me lo traiga, que no había ningún problema, pero la verdad es que tenía un olor espantoso. Era como hígado. No sé qué carajo era”, comenzó Tinelli su relato.
A continuación, en la entrevista con Gente, agregó que otros argentinos que había en el lugar lo hizo darse cuenta: “Lo comí igual, y al otro día estando en la pileta me preguntaron cómo había comido en el restaurante del hotel y les dije que más o menos. Les expliqué y me dijeron que me había comido un murciélago. Me agarró una cosa peor… Fue lo peor que comí en mi vida”.
A propósito de Robles, y ya hablando del presente, Marcelo tuvo un acercamiento para con la madre de dos de sus hijos –Francisco y Juana- que para muchos es sorpresivo. Desde que se separó de Guillermina Valdés el conductor se ha juntado a comer con ella y hasta le ha dedicado cálidas palabras de manera pública.