En medio de su duro cruce mediático con Angel De Brito y Nancy Pazos, Edith Hermida no se quedó callada y respondió con todo. La conductora y periodista está a full con su trabajo y casi ni descansa porque combina la tele con la radio y el teatro. Sus días comienzan temprano en Radio Disney, donde está al aire de 9.30 a 13, luego se va a Radio 10, donde conduce Mejor que hable de 13.30 a 15, en el medio claramente se ocupa de sus hijas Paloma (26) y Amparo (13) y por las noches forma parte de Bendita, el exitoso programa que conduce Beto Casella desde hace 17 temporadas por la pantalla de Canal 9.
Como si esto fuera poco, prepara su personaje de la Bruja para acompañar una vez más a Panam en las vacaciones de invierno y está más que expectante con su debut sobre las tablas del Picadilly con el espectáculo unipersonal Teneme paciencia. “Es un sueño hecho realidad para mí. Hace mucho que tenía ganas de hacer stand up. En una época, venían muchos standuperos a Bendita y decía que me gustaría hacerlo pero nunca encontraba el tiempo. Bueno, finalmente lo pude armar y hago un repaso de toda mi vida hasta el presente”, cuenta la periodista y conductora.
-¿En qué momento de tu vida estás?
-¡Estoy grande y me siento grande! Estoy en medio de un cambio de época. Siento que las mujeres estamos ocupando otro lugar y creo que nosotras mismas tenemos que deconstruirnos. Fuimos educadas con otros conceptos y me encuentro todo el tiempo aprendiendo algo nuevo. Poder aprender a esta altura de mi vida me tiene encantada.
-¿A qué te referís?
-Me parece que las mujeres estamos en una etapa de cambios y yo estoy aprendiendo desde cómo relacionarme con los hombres hasta cómo pararme en la profesión. Es realmente un cambio. El otro día hablaba con una colega que tiene 30 años de radio y ella siempre acompañó a todas las grandes figuras de la radio, desde González Oro hasta Feinmann. “Vos podrías haber sido líder de equipo porque te sobra profesionalismo”, le comenté y ella me respondió: “Lo pienso ahora pero antes no me daba cuenta ni sentía que podría haber sido la cabeza de un equipo de radio”. Siempre tenemos esa cosa de que el conductor tiene que ser un hombre y las mujeres estamos en un cambio de paradigma. Venimos educadas de otra manera.
-¿Qué estás aprendiendo?
-A deconstruirme y aprendo muchísimo de la juventud, de mis hijas, de los centennials. Los miro y aprendo a manejarme, a hablar, a pensar, a relacionarme con gente. De eso hablo un poco en Teneme paciencia. Todo lo que digo es mío y me ayudó Verónica Lorca, que es profesora de standuperos y de comediantes. Tenía todo en la cabeza pero no lo podía organizar y ella me bajó todas las ideas para que el espectáculo fluya.
-¿Tu debut en teatro fue con Panam?
-Sí, hace ya diez años. Ahí le tomé el gustito al escenario. Es muy especial pero después de la primera temporada dije que nunca más lo iba a hacer porque no entendía mucho el código. Los ensayos me habían agobiado un poco. Hicimos vacaciones de invierno, nos encontramos a los 15 días y ya sentía que extrañaba el escenario. Cuando te subías a las tablas, te juro, ¡no te querés bajar nunca más! Después hice giras por todo el país con Panam y viví experiencias hermosas. Me gustó tanto que hoy planifico debutar en la calle Corrientes con Teneme paciencia y luego irme de gira por la Argentina.
-Arrancás con dos fechas puntuales.
-Sí: el 8 y el 22 de junio. La idea es que nos vaya bien en calle Corrientes y después salir de gira. Para eso nos tiene que ir bien primero. Vamos a ver cómo me va. Esto es diferente porque con Panam la estructura es enorme y salgo a jugar un personaje mientras que en Teneme paciencia soy yo la que está ahí hablando de mí y de los cambios en este momento de mi vida.
-¿Por qué le pusiste Teneme paciencia?
-Porque pienso que estoy cambiando y a veces esos cambios que se están dando, incluso con el humor en la tele, son muy bruscos. Y no todo el mundo me tiene tanta paciencia. Todo el tiempo tengo miedo a meter la pata. Ahora está el tema de la cancelación y si metés la pata y decís algo que no está bien, ya enseguida te cancelan. Me pasa que hay cosas que todavía me causan gracia y no me deconstruí en eso. Veo los sketches de Olmedo, me causan gracia y me recuerda a mi mamá y mi papá en casa mirando No toca botón. Sé que no me debería reír, pero todavía me sigue causando gracia. Entonces ahí es cuando digo: “Uy, bueno, teneme paciencia en esto”.
-¿Te cuesta el cambio?
-Sí, hay cosas que sí y siento también que no son tan tolerantes conmigo y mi generación. Fuimos educados de otra manera. Tengo 52 y voy a cumplir 53 años entre función y función de Teneme paciencia. Mi cumple es el 17 de junio.
-¿Cómo te pega cumplir años?
-Bien porque me siento bien. Este cambio de época me copa porque hay cuestiones que me gustan mucho. Esta cosa del viejismo, por ejemplo, hoy me gusta. Crecí en una época en la que crecer estaba mal. Era mal visto y te descalificaban por ser grande. Ahora ya no, no corresponde menospreciar a alguien por la edad o por ser grande. Al que hoy descalifica porque es joven, ya se le va a pasar también esa juventud. Es inexorable el paso del tiempo. Crecí con los conceptos de que ser gordo, grande o no tener una belleza hegemónica estaba mal visto. Hoy todo cambió, gracias a Dios. Las viejas nos hacemos escuchar y esta parte me gusta de estos tiempos que estamos viviendo.
Por Nico Peralta