María Leal confesó hace poco que había tenido una gran historia de amor con Sandra Mihanovich. A ella se refiere como “la chica”. La actriz asegura que no se nombran públicamente, pero que se tienen muchísimo cariño. Hasta la actualidad mantienen una linda amistad.
Moria Casán entrevistó a María Leal y comenzó: “El día que nos reunimos con el querido Luis Agustoni, el director, cada uno contó su experiencia de vida con respecto al amor y al desamor, a la lealtad y la deslealtad. Vos y yo dijimos cosas muy fuertes. Yo conté que fui abusada por mi abuelo y vos dijiste: ‘Yo soy bisexual’. Contame cuándo descubriste ser lo que sos”.
María Leal comenzó su relato y recordó su primera relación: “Yo me casé muy chica, pero me casé con mi ‘príncipe azul’, un señor de 1.92 metros de estatura, con piel siempre quemada por el sol, con ojos azules. Un día me dijo: ‘¿Por qué me amás?’. Y yo le dije: ‘Te amo porque sos un caballero en la mesa, sos un animal en el lecho y porque sos (Martín Rodríguez) Mentasti, yo soy actriz y porque tenés mucha plata. Y entonces me dijo: ‘¡Con vos me caso! Y me casé a los diez minutos. Fue muy poco tiempo: 5 meses de noviazgo, A los 5 años, el príncipe se enfermó y a los 8 se murió”.’”.
Con completa sinceridad, la actriz reveló un hecho que nunca había contado públicamente: “No habrá ninguno igual. Yo creo que lo que me pasó frente a su muerte es que entendí que se me presentaban dos opciones: o resignaba mi amorosidad y mi sexualidad o me enamoraba de una mujer. Y me enamoré de una chica y estuve en una historia... Pensá que eran finales de los años setenta; no era fácil vivir esa historia y menos con dos hijitos”.
Con mucha soltura, Leal aseguró que se había enamorado perdidamente de esa mujer. Según ella había descubierto otra parte de sí en su enamorada. “La chica canta y donó un riñón”, aseguró filosa “la one” para dar a entender que se trataba de Sandra Mihanovich.
Leal relató que a los pocos meses de la muerte de su marido ella se sentía muy mal. Un amigo de ella la invitó a ver a la música a un concierto. De esa noche recuerda haber “sentido algo raro” en su cuerpo y luego se juntaron a tomar un café con varias personas más.
María contó qué un tiempo después se encontraron. Así y todo ella no se animaba a dar el primer paso y aún no podía poner en palabras qué era lo que le sucedía con Sandra Mihanovich. “Nos encontramos. Ella estaba saliendo con un chico en ese momento. No sé cómo, de golpe, en un momento dado, nos abrazamos. Se escucharon las campanas del Vaticano hasta la Catedral y yo dije: ‘Dios y la virgen, ¿qué me está pasando? Durante mucho tiempo no pasó nada porque yo estaba aterrada hasta que un día me dio un beso”, contó con ternura.
Para sorpresa de muchos, la historia de amor siguió su curso durante bastante tiempo. “Estuvimos juntas seis años. Convivimos. Gracias a Dios, mis hijos iban a un colegio europeo, entonces todo estaba más cuidado. Los terapeutas me decían que tenía que esperar a que los chicos me preguntaran porque darle información a un chico si no te pregunta es casi una agresión. Y el que me vino a plantear la situación fue el más chico, Lucas, en París. Tenía 19 años y hacía mil años que no estábamos juntas. Vino y me preguntó qué fue lo que pasó, cómo fue esa historia”, recordó.