El 1 de junio de 1999, la Argentina amanecía con la triste noticia de la muerte de Cris Miró. La primera vedette trans del país, la que había logrado posicionarse en el teatro de Revistas como una verdadera figura en una sociedad en la que todavía no se hablaba de diversidad y mucho menos de igualdad de derechos. Flor de la V fue su sucesora natural pero también su amiga y con los años, es una de las pocas que aún la recuerda como lo que fue: un ícono del espectáculo.
"Hoy hace 24 años pasaba a la inmortalidad la fabulosa Cris Miró. Debutó en en el teatro Maipo con una pequeña participación y los medios pusieron inmediatamente los ojos en ella. ¡Su cuadro eran estupendo! Hacía un strip-tease que dejaba a la platea con la boca abierta. En poco tiempo se hizo superfamosa y se convirtió en el reemplazo oficial de Cecilia Naroba, la vedette del Maipo. Dicen las malas lenguas que la Naroba no pudo tolerar esto y se bajó del espectáculo", escribió.
"Que una mujer trans ocupara ese lugar era impensado para la época. Sin leyes ni derechos a absolutamente nada, Cris Miró se transformó en “la vedette” del Maipo. Fue la primera mujer trans en ocupar ese lugar tan simbólico e importante, también fue la primera en ser reconocida por el público como una verdadera artista. Ella dio el paso más difícil, abrió la puerta mejor cerrada de una sociedad conservadora y patriarcal. Se ganó su lugar a puro talento y carisma. Si hoy estoy acá es gracias a Cris Miró".
Su mensaje se tornó ya más personal: "Con ella solo trabajé una temporada en el verano del 98 y nos hicimos muy compinches. Hablábamos durante horas, me pasaba trucos de makeup, Íbamos a bailar tengo; conservo los mejores recuerdos, fue muy generosa conmigo. Era celestial, tenía luz propia y ese toque especial de las personas elegidas. Cris Miró fue una estrella fugaz que duró poco tiempo en la Tierra. Pero su luz nos seguirá iluminando el camino para siempre".