Deportista de elite, Iván Chiquito Carino (31) fue 27 veces campeón nacional en remo y formó parte del seleccionado argentino de este deporte. Pero un día dejó todo para dedicarse a una de sus grandes pasiones: hacer felices a los más chiquitos. Fue payamédico en el hospital de San Fernando y desde hace unos años armó su propio estudio de grabación y comenzó a crear contenido semanal en su canal de YouTube @holasoychiquito, el cual cuenta con casi 70 videos de aventuras, humor, canciones y coreografías.
Todas sus canciones ya están en Spotify y, como si esto fuera poco, su nuevo espectáculo, Mundo Chiquito: el poder de la imaginación ahora verá la luz por primera vez en un teatro de la calle Corrientes. Durante las vacaciones, el artista infantil protagonizará su show en el Teatro Multiescena, ubicado en Corrientes y Callao, y se está preparando con todo para el estreno. “Estoy a full con los ensayos con los bailarines y nuestra coreógrafa, Georgina Tirotta, que es una genia. A su vez, estoy con los titiriteros ensayando los personajes de Jorge y Marta y sus sketches de humor, más la producción general del espectáculo ya que soy mi propio productor”, contó a Pronto.
-¿Dónde nació esta pasión por el mundo infantil?
-Comenzó como un cable a tierra. Desde el 2008 al 2021 fui remero de la selección nacional y en un momento, en plena pandemia, busqué un cable a tierra que me sacara un poco de tanto entrenamiento del remo. Empecé a hacer circo en un circo de San Fernando, el Circo Congo, y me lancé con trapecio y acrobacia. Me di cuenta de que lo que hacía frente al público le ponía humor, me metí a estudiar clown y stand up y hasta fui payamédico, payaso hospitalario en San Fernando. En un momento me llamaron de un salón de fiestas infantiles. Fui a probar y supe que era por ahí.
-¿Qué sentiste?
-Que me salía fácil el humor infantil y que ese era mi lugar. Tenía muy buena conexión con los chicos, me fui profesionalizando cada vez más, formé mi compañía de circo y comencé a hacer shows en cumpleaños. Iba con muchos artistas al principio porque me sentía inseguro hasta que tomé confianza, aprendí a hacer trucos de magia, burbujas y monté mi primer espectáculo en un teatro, que fue un show de magia y burbujas. De a poco fui corriéndome de la magia a lo que hago hoy en día, que es una obra de teatro. Chiquito es un artista infantil que juega mucho con el humor sano, con canciones y aventuras divertidas.
-¿Todo lo conseguiste sin estar en televisión?
-Sí, es todo autogestionado. Me armé un estudio de croma en mi casa de San Fernando: vivo en un tres ambientes de los cuales uno es mi estudio de grabación, con luces y paneles acústicos. Del remo saqué la parte de remarla porque trabajo mucho y mi ingreso fuerte son los shows en cumpleaños infantiles. Todo lo que ingresa, lo invierto en el estudio de grabación y en pagarle a mi equipo para generar el contenido de lo que subo a mi canal de YouTube. Todas las semanas subo videos a @holasoychiquito. Ahora se viene el súper desafío, desde el 15 de julio, en la avenida Corrientes y la temporada de invierno con shows todos los días. ¡Vamos a ver qué sale de todo eso!
-¿Tenés hijos?
-No por ahora. Vivo con mis tres gatitos y mi novia, Rocío, es bailarina y ella me tiene cortito con los ensayos de las coreografías, ja. Me da indicaciones, me ayuda mucho y yo soy obse con esto porque es algo que amo hacer y en cada rato libre me pongo a ensayar.
-¿Seguís remando o te retiraste?
-No, ya está. Colgué los remos luego de tomar la decisión en 2021, que fue cuando hablé con los entrenadores y se los dije. Sabía que podía remar si quería diez años más a nivel de selección pero mis objetivos deportivos, luego de las dos medallas de oro en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, ya estaban cumplidos. Con esas dos medallas de oro me replanteé todo, justo cayó la pandemia y por las mañanas entrenaba en mi casa con la máquina de remar y por las tardes hacía shows por zoom. Hice más de 300 shows por zoom en la cuarentena: muchos en Argentina y otros en España, México, Bolivia, Perú, Estados Unidos. Todo con la virtualidad y fue muy fuerte traspasar la pantalla con un personaje y el juego. “Es por acá”, sentí y ahí tomé la decisión de dejar el deporte. Sigo entrenando por mi cuenta pero me aboqué a Mundo Chiquito.
-¿Y como payamédico seguís trabajando?
-Ya no. Fue en un momento determinado, de 2013 a 2015. Con los Juegos Panamericanos de 2015 estaba complicado porque payamédico se hace un día y a una hora puntual. Ejemplo: los jueves de 17 a 21. Se me complicaba mucho sostenerlo porque entrenaba o tenía algún que otro show en eventos. Preferí no hacerlo sin compromiso porque generaba muy lindos vínculos con los pacientes. Entonces, si no podía ir me daba culpa y no quería que me extrañaran cuando no iba. Ahora igual me volvió a picar el bichito y tengo ganas de volver al hospital pero ya no como payamédico sino como Chiquito.
-Tiene un compromiso emocional muy fuerte.
-Sí. Es como pasó en Patch Adams, la película que cuenta cómo cambia el estado emocional de los internados cuando va a verlos el payaso. Me pasaba lo mismo. “¿Sabés que desde que estás yendo a verlo a Héctor está mucho más alegre y animado?”, me han comentado los enfermeros. “Todo el tiempo pregunta cuánto falta para el jueves para que caigas a verlo”, me dijeron y que incluso tomaba mejor su medicina. Eso era muy mágico y el entrenamiento que me dio ser payamédico todo el tiempo lo implemento en el mundo infantil.
-¿Chiquito te dicen desde siempre?
-No. Cuando fui remero de selección me decían el Flaco y en el mundo artístico me pusieron Chiquito. No bien empezaba con los artístico, en el circo, a un compañero morocho le decían blanquito y a mí que mido dos metros, me apodaron Chiquito. Me gustó y quedó. Mido 1.96, soy alto y cuando estoy con los chicos se nota mucho más la diferencia de altura.
-Estás en un gran momento.
-Muy ansioso y expectante con el debut en las vacaciones. Además de subirme al escenario y producirlo, soy el que guiona la obra junto a Ramiro Delgado, con quien escribimos la obra. Cada obra que hago tiene un guión, todo tiene un porqué y un motivo. Soy muy exigente porque busco mejorar, le pongo mucha dedicación y creo que eso es porque vengo de la rama del deporte. No me importa ensayar de lunes a lunes y arrancar a las 6 de la mañana. Esa disciplina la traigo del remo y así como antes remaba en el agua, ahora remo en la vida y sobre el escenario.
Por Nico Peralta // Fotos: Gentileza Marcelo Boccia