Casados con hijos fue la sitcom por excelencia de la pantalla chica. Un claro ejemplo lo tenemos en la actualidad, con las repeticiones que siguen midiendo igual, o mejor que hace 18 años atrás. Lo que se registró en el teatro, con salas llenas y agregando funciones, también son cartas que se muestras.
Quien se quedó afuera de esto último fue Érica Rivas, no conforme con el humor que manejaba la serie. Para los más jóvenes, Pepe Argento (Guillermo Francella) era machista, pero también se reía de sí misma. La temática iba y venía. Bueno, la actriz, entre otras cosas, no quiso ser parte de eso porque para ella ese tipo de humor ya no hace reír más. Además, su militancia no se lo permitía, porque tal vez sentía que iba a traicionar.
Justamente, Francella volvió a revivir todo lo que fue la negoción, las ganas del equipo para que ella se parte, para que no se tome todo literal porque, en definitiva, no se podría hacer ficción. Si de hilar fino se trata, a todo lo que aparece en pantalla se le puede encontrar algo que hiere o genera susceptibilidades.
“Hoy es muy difícil para los autores escribir humor, no sabés de qué te reís, qué puede pasar con ese cambio tan grande que hubo de que algunas cosas son políticamente correctas y otras no”, empezó el actor.
A continuación, se metió en el caso especifico de Rivas, y dijo: “Fue una elección, no se pudo más, se le habló de mil maneras. Y dicho y hecho, mirá lo que ocurrió, hicimos 93 Gran Rex... nadie logró hacer esto, una cosa impresionante, 200 mil personas, y vos veías lo que era el público. Porque justamente ella me había preguntado ‘¿y de qué nos vamos a reír?’. De lo que el programa tiene 18 años en el aire, de eso”.
Para dejar bien en claro el tema, sentenció: “Pero no. Ella sostenía que haya otro 'Casados con hijos' con autoras mujeres que entiendan el universo de lo que está pasando. Pero no es ni lo que Telefe quiere, ni Viacom, ni Gustavo Yankelevich, ni De Bellis, ni Lopilato, ni Florencia, ni yo, ni el Gran Rex, nadie. La gente quiere ver Casados con hijos”.
“Y por supuesto que si eras feminista en el 2005, ahora vas a ser más feminista y yo más machista para chocar (sus personajes). Ese es el objetivo, y no hubo manera. Lo habló Florencia, lo habló Luisana, o habló Gustavo, lo hablamos todos, y yo le aclaré, no te comas un pan amargo, ni me lo haga comer a mí ni a los chicos. Pero estaba demasiado tomada con este tema y dijimos que bueno, no se puede”, cerró el actor.