Laureano Pardo, conocido artísticamente como Lauro, nació el 6 de septiembre de 1989 en Buenos Aires, Argentina, y a sus dos años se mudó con su familia a Montevideo, Uruguay. Se formó como productor y compositor musical, y los frutos se dieron desde el comienzo, cuando trabajó con Marama y Rombai, bandas uruguayas que fueron grandes éxitos del cachengue por toda Latinoamérica.
A los 27 años, tomó la decisión de mudarse a Miami, EEUU. Actualmente vive allí con su esposa Nicole, con quien se casó a los dos meses de estar en pareja ya que es argentina y quisieron omitir los papeles burocráticos que exigen en el país estadounidense.
Además de confirmar su amor en el altar, también pudo cumplir su sueño y triunfar en la industria de la música, algo que añoraba desde su adolescencia, ya que su padre es músico. El hermano de Lorena e hijo de Eulalia Toconac y Nario Pardo afrontó el mundo de la música y en la actualidad se convirtió en el productor preferido de los artistas, a lo que se refirió en esta entrevista con PRONTO.
Desde su rol como productor y compositor, logró traspasar fronteras y trabajar con cantantes como Oriana Sabatini, Thalía, Sebastián Yatra, Mariah Angeliq, Kenia Os, Arcángel, Rombai, Marama, Myke Towers, MYA, ROBI, Luis Figueroa, Agapornis, entre otros.
-¿Cómo empezaste a producir canciones con Marama y Rombai?
-Empecé a trabajar con bandas locales, con artistas emergentes y cuando conocí a Fer Vázquez (cantante) de Rombai, empezamos a trabajar con Marama primero y después se creó Rombai. Y lo que pasó fue que tuvo una como una expansión tan grande que eso fue como los primeros pasos grandes en la industria de la música. Porque antes también producía, pero artistas que mucha gente no conocía, artistas independientes. Mi primer llegada grande a la a la industria de la música fue Marama y Rombai.
-¿Cómo se dio esa primera etapa con ellos?
-Se dio como se dio. Fer se enteró que yo era productor, escuchó beats míos, producciones mías y ahí nos empezamos a juntar y la verdad empezamos a tener química, a trabajar bien y cuando quisimos ver, o sea el resultado de lo que nosotros sacábamos, el estudio empezó a funcionar, entonces ahí armamos un equipo. Y ahí empezamos como a trabajar más juntos. No era como que Fer era un cliente más, ya era como que yo soy productor de este y ahí fue como creciendo la bola de nieve, por decirlo así.
-¿Cómo te sentiste al escuchar de un día para el otro las canciones en todos los boliches?
-Y fue raro porque localmente lo empecé a escuchar en mi ciudad este y después lo empecé a escuchar en otra ciudad. Después empezamos a girar, después empezamos a ver que en lugares que nunca supimos que casi existían, íbamos y conocían la banda. Entonces en verdad fue una experiencia súper buena porque la música la hacemos en un estudio, pero vemos hasta los lugares que llegan. Todo eso que pasa en verdad es súper bueno, porque a uno que hace música desde una laptop, quizás en un estudio con un artista, después vas a un lugar que hay miles de personas y cantan las canciones. Es como que decir ok, vale la pena hacerlo.
-Y a la hora de producir música y componer canciones, ¿cuál es tu enfoque principal?
-Más que nada es el ADN de cada artista. O sea, lo bueno de ser productor es como que hoy me junto con tal artista y me siento con él. Le pregunta qué música le gusta, que quiere hacer… y ahí empezamos como a investigar. Creo que eso es lo cool de lo que es ser el productor. Es como que agarrar la idea del artista, pasarla, desarrollarla, producirla y sacar un material de eso.
-¿Vos le hacés arreglos a los temas o directamente hacés lo que te piden?
-Siempre trabajamos de todas las formas. O sea, porque puede ser que un día venga un artista y te diga ‘tengo todo el tema hecho, ponele la música’. O puede ser que te diga ‘tengo el coro, hacemos la música y lo que resta’. O también te dicen ‘no tengo nada’. Experimentamos realmente eso y lo que tiene bueno, que con la música ahora podés hacer muchas cosas y como que la podés desarrollar, o sea, como que la podés ir piloteando en el momento.
¿Y a la hora de trabajar en un proyecto musical qué es lo que consideras más importante?
Y yo creo que son etapas, si siento que por ejemplo ahora la música está en una etapa que es más como ver el ADN del artista y ver qué es lo que hace, de dónde viene, qué música escucha para involucrarlo en ese camino… Por ejemplo hace poco me junté a trabajar con un artista que ya tenía marcado su estilo de música, ya había encontrado cómo era su ADN. Por eso hicimos una canción que suena a él. Por eso creo que lo importante del ahora es encontrar como es ADN de cada artista.
¿Solés darte el lujo de elegir con qué artista trabajar y rechazás a algunos o tenés la puerta abierta para todos?
-En verdad yo trabajo con todo el mundo. Pero me gusta trabajar con los artistas que están decididos a ser artistas y a desarrollar su música. Hay personas que ven a veces la música como que ‘algo que quiero ser’. Claro, querer ser cantante no está mal. O sea, es como que venga un amigo. Mira, quiero ese productor y quiero ser el mejor del mundo, pero no. Esos son años. Eso es un desarrollo artístico que hay que hacer. Es mucho tiempo. Entonces, a la hora de si soy exquisito o no, no es que sea exquisito o no, me gusta trabajar con gente que realmente le eche esfuerzo.
-¿Cuáles son los elementos claves para aceptar un proyecto?
-Muchas veces tiene que ver la química que hay con el artista. Te cuento lo que a mí me pasa en lo personas. Es como que viene un artista y me dice ‘quiero hacer un un disco o un EP contigo’. Entonces significa que vamos a trabajar muchas horas en el estudio y nos vamos a ver muchas horas, muchas veces por semana. Entonces lo que yo hago, que siempre le digo a Nicolás, mi mánager, es decirle que lo lleve al estudio así lo conocemos, porque ahí es cuando realmente sabemos qué funciona y que no, entonces lo que hacemos es: nos juntamos, trabajamos y ahí vemos. Vemos si fluimos, conectamos y si no conectamos, estamos en una época que es bueno decir ‘mira, me parece que no, no soy la herramienta que necesitas para tu EP o no soy el productor que necesitas para producir tal cosa’. Entonces, creo que esa es la manera de decir sí, este proyecto no es el proyecto. Es como una relación, no te vas a poner de novio al otro día. Es como que salís un par de veces y si estás bien, entonces vas para adelante.
-Ante algún proyecto que no tuviste compatibilidad, ¿te pasó muchas veces de tener que decir que no o no te pasó tantas veces?
-Me pasó, pero es como que de un 100% me pasa un 10% literalmente. No es una cosa que suele pasar mucho. Me pasó que trabajé con un artista y me di cuenta que estaba muy verde, en el sentido de que le faltaba horas de estudio, grabar, componer y como que todo eso. Al final le dije que no y el artista medio que también se dio cuenta y fue como que ok, normal, tipo tenés que estar en tu casa produciendo y haciendo tus cosas tu para encontrar tu ADN y trabajar, pero no es algo que pase todo el tiempo.
-Ante la respuesta negativa de tu parte, ¿cómo se lo toman los artistas?
Casi siempre se lo toman bien y me ha pasado que mi mánager me dijo de juntarme con un tipo que hace bossa nova y me junté con el chico súper cool tipo. O sea, nos conectamos bien, trabajamos yo lo ayude a trabajar una canción, pero al final fue como que cuando terminamos la sesión salimos del estudio le dije ‘un gusto, tenés buena música, pero creo que yo no te puedo colaborar’ y él me dijo que todo bien. Pero tal nos conocimos y quedó buena relación no es que hubo un quiebre feo de decir ‘ah, no, no trabajo con él por tal cosa’, no, es como algo más natural como que ya está, no te sirvo y listo.
-¿Y a tu estilo musical cómo lo definirías? El que preferís hacer sobre todo, alejando a los artistas.
-Mirá, yo estoy pasando ahora por una etapa distinta. Por ejemplo, cuando yo empecé a trabajar con Rombai era como que hacíamos full cumbia, literalmente. Desde que yo vine a Miami me instalé y me di cuenta que esa parte desapareció. Sigo haciendo cumbia porque sigo trabajando con artistas que hacen cumbia, pero acá Miami es como que un día haces un reggaetón, un día haces un tema pop, ahora otro estilo por el artista, entonces lo que te puedo decir es que a mí me gusta hacer canciones, me gusta lo que es una canción. Hay canciones que por ejemplo son más como un freestyle y no. Siento que soy un productor que hace canciones pop en todos los géneros que haya.
-Al tener dos miradas, una como productor y otra como compositor, ¿cómo encarás la creación de un tema con esos dos puntos de vista?
-Cuando nosotros hacemos una canción casi siempre es o el artista compone o el artista compone y le gusta llevar un compositor. Entonces casi siempre lo que se hace es llevarlos al estudio y preguntarles que es lo que tienen ganas de hacer hoy y normalmente el compositor o el artista te dice, ‘no mira que es una canción triste’ o ‘quiero hacer este un beat más alegre’ o muchas veces te dicen que quieren que le propongas algo y casi siempre uno como productor piensa que tal canción le quedaría bien a tal persona. A veces me pasa que hago algo triste y después me dicen que no lo quieren tan triste y lo tengo que llevar más para el lado que me pide el artista. Hay que interpretar lo que el artista quiere y no ponerse tan metódico.
-¿Cómo hacés para mantener un equilibrio entre satisfacer al cliente y también agregar tu toque creativo cómo productor?
-Es como negociar. El artista viene y te dice ‘quiero esto que sea de color azul’, y vos sabes que el azul no le va entonces te tiro más celeste. Te voy tirando para acá, o sea, realmente eso te lo da en las horas de estudio, lo importante es que el artista se vaya contento y que vos de una forma sepas que lo que hiciste está bueno. Aparte no es solamente el artista también está el equipo management del artista, está la disquera y muchas veces todos los que trabajan en su entorno. Ellos tienen una visión del artista y el artista tiene otra visión, entonces ahí viene tu trabajo de saber que el artista quiere una cosa y su equipo buscan otra. Entonces siempre es hacer un punto medio para que todo el mundo esté contento y casi siempre funciona.
-¿Has entrado en varios desacuerdos por no llegar a un equilibro?
-Sí, ni hablar. A mí me pasó que yo hago una canción con un artista y a nosotros la canción nos parece malísima, y la disquera dice que es buena la canción y cuando sale la canción ves que se empieza a tener sus frutos y te das cuenta que tenían razón. O también al revés que le mandás la canción a la disquera y dice ‘no, no, esa canción no va a salir, es muy mala’, y el artista sube un TikTok con el tema y se viraliza la canción. Es como que ok, ahora sí hay que sacarla. Es súper normal, es algo como que la gente aprendió a vivir con eso.
-¿Qué otros desafíos comunes enfrentás cómo productor musical y cómo los superás?
-Estoy casi siendo el productor principal de Mariah Angeliq y ella es puertorriqueña. Mi mánager me dijo que iba a tener una sesión con ella y que la iba a conocer. Entonces lo complicado en mí es que yo vivo una ciudad (Miami) que todos lo que están metidos en la industria son colombianos, venezolanos y la mayoría puertorriqueños. Yo soy de Uruguay y no hablo como ellos. Entonces, cómo le explicas a un puertorriqueño que yo hago reggaetón. Fui al estudio y nos conocimos. Cuando le empecé a mostrar los tracks ahí empezó a agarrar más confianza y cuando vio que trabajamos bien, que le entrego las cosas a tiempo, que realmente le propongo cosas diferentes, ahí me gané la confianza de la artista. Igualmente esto me pasa todo el tiempo, son como barreras que tienes que superar.
-¿Y con respecto a otros desafíos que tengan que ver más en profundidad con lo técnico de la producción?
-Yo sentía que era buen productor, pero no terminaba de mezclar las canciones. Entonces me faltaba como terminar el proceso de mezcla, nunca lo había terminado de aprender y ahora por ejemplo, tengo un colega que es cordobés, que trabajamos por zoom, y con él, algo que a mí me faltaba como productor lo pude llegar a lograr que es terminar de mezclar mis propias canciones. Esto ocurrió el año pasado. Y otra cosa más fuerte es el cambio de país. Yo vengo a un país de tres millones de personas que es una capital muy chiquita y a una ciudad que es una de las capitales del mundo. Entonces en verdad también ese cambio y estar lejos de la familia también afecta lo laboral pero bueno, son cosas que se hacen, sacrificios para seguir avanzando.
-¿Y cómo te pegó ese distanciamiento de tu familia?
-Gracias a dios viví un proceso de que venía por un par de meses y me volvía, siempre así. Cuando yo empecé a arreglar mi mis papeles y todo eso, me empecé a quedar más tiempo. Como fue tan de a poco y gradual como que lo pude digerir bien, pero igual es complicado estar lejos, tan lejos de la familia porque no es que estás a un buquebus, onda vivir en Buenos Aires y viajar a Montevideo, que estoy a dos horas. Estoy a 12 horas en avión y un vuelo caro y de un montón de cosas. Fue complicado pero pude pudo sacarlo adelante.
-¿Cómo reaccionaron tus padres cuando les dijiste que querías dedicarte a la música?
-Mi papá es músico y como todo papá me decía ‘quiero que hagas una carrera’, y cuando yo le dije que quería hacer música me dijo ‘no, música no, porque es una carrera complicada’. Pero volcarme a ser productor hizo que la música fuera un poco más como un trabajo más formal, no es que me voy todos los fin de semana a tocar con un artista, puedo tener lunes a viernes. Cuando ellos entendieron esa parte, ahí me empezaron a apoyar. Es más, ahora mi papá de grande se puso a producir y produjo la canción ‘Corazón de Cemento’ de Jimena Barón con Chili Fernández.
-Entonces naciste con el oído de tu papá…
-Sí, mi papá vivía en Uruguay y se mudó a Buenos Aires para ser músico. Mi padrino fue bajista de Gilda. Pero mi papá era de esa época entonces todo lo que sucede de sintetizadores, teclados, de lo que sea de música, acordes y todo eso, lo aprendí con él, que en verdad fue la mejor escuela que tuve porque en Uruguay no hay universidades de música, así como para graduarse, entonces fue como que con esa base aprendí a hacer todo el resto.
-Ya que los artistas con las figuras que ponen la cara en sus temas, ¿te gustaría ser más reconocido y tener más visibilidad por tu trabajo como productor?
-Antes el productor era como el que estaba muy detrás, era como que la banda graba los instrumentos y el que producía estaba muy atrás. Ahora como que el productor y el artista van de la mano porque como que el artista quizás no puede hacer una canción si no tiene un productor. El problema que yo siento que tenemos los productores, es que no podemos ser productores y artistas a la vez, no nos da el tiempo. Porque todos vienen a Miami a producir como yo, y a todos le pasa lo mismo. Todos dicen ‘yo el año que viene voy a sacar mi disco, como artista voy a hacer tal cosa, tal otra’ y es mentira, no les da el tiempo para hacerlo. Entonces siento que las referencias de las personas que están haciendo eso y le está yendo bien son pocos. Los productores que estamos intentando hacerlo nos están dando como una guía de cómo hacerlo porque es algo relativamente nuevo. Me gustaría tener más visibilidad, me gustaría que los artistas se pongan más como en nuestro lugar y nos vean como artistas. El productor es como el artista también porque el arte de nosotros es hacer la música que acompaña todo lo que canta el cantante.
-¿Cuál es la experiencia que más recordás?
-Gracias a Dios todos los años tengo una experiencia nueva para recordar. Este año fue la de Mariah Angeliq que en verdad me está dejando que yo esté con ella recorriendo el camino y haciendo cosas y como que los dos estamos buscando sonidos para desarrollar. Eso en verdad a mí me puso muy contento porque es como que te sentís muy parte del proyecto.Después por ejemplo en 2020, 2021 mezclé un disco de Arcángel entero. Y eso fue una experiencia que no me imaginaba. Yo tengo un amigo que es familiar de Arcángel y es amigo mío, es artista, pero no sabía que era pariente de Arcángel entonces yo un día le hice una canción, nos hicimos amigos y me llamó y me dijo ‘Lauro, venite para Orlando que están terminando el disco Arcangel y necesitamos alguien de confianza para terminar el disco. De ahí fui y mi función era solamente como que ordenar los proyectos porque era todo featuring. En una canción habían cuatro artistas, entonces era ordenar todas las voces y DJ Luian, que es uno de los tops, me dijo que hoy iba a aprender a mezclar. Eso para mí fue un antes y un después porque es como un secreto entre ellos. Para mí fue una experiencia única.
-¿Qué recomendación o consejo le darías a un artista emergente que quiera trabajar con un productor?
-Los artistas creo que tienen que saber que ya es la hora de que aprendan a grabar sus ideas y tener eso lo más pronto posible, porque eso va a ser que a la hora de juntarse con un productor estén más avanzados artísticamente a la hora de grabar, porque si un cantante solamente va una vez el estudio cada dos semanas, dos horas es como una persona que quiere entrenar en un gimnasio y hace lo mismo. Al gimnasio vas todos los días para entrenar y para estar mejor, el estudio es lo mismo. Entonces si vos no puede estar con un productor todos los días, entrená en tu casa. Ahora cualquier persona tiene una computadora, los programas se consiguen, tener un micrófono, unos auriculares y todo te vale el 20% de que lo que te puede salir un Playstation 5. Yo por hacerme gracioso cuando estudiaba tenía la laptop que te daban en la secundaria y por gusto, nos bajábamos el FL para producir música y me pasó ahora hace poco que vino una un amigo que trajo el hijo que tenía creo que 14 años y hacía los temas en el teléfono, entonces no hay ya no hay excusa para decir no saber como funciona. Todo está en YouTube. Incluso mi papá, que tiene 62 años, usaba un programa súper viejo para producir y ahora usa el mismo que yo uso, se tuvo que adaptar con lo nuevo. Si no podés hacerlo con una cabeza mucho más fresca, entonces faltan ganas.