La actriz Marcela Ruiz falleció el pasado 8 de julio y dejó un gran hueco en el ambiente artístico. Su carrera se desarrolló entre el teatro y la televisión. Participó en muchas ficciones que tuvieron repercusión en la pantalla. Sus últimos trabajos fueron Aquí no hay quien viva y el El capo en Telefe, Ama de Casas Desesperadas, Casados con Hijos, Floricienta, Simuladores, Rincón de Luz, Chiquititas, Perla Negra, Celeste Siempre Celeste, Primicias y Gasoleros.
Apasionada por su trabajo, dio cuenta cuánto amaba su profesión. Tanto es así que en una entrevista en el 2012 declaró:
"La primera telenovela en color que se hizo en la Argentina la hice yo, Mamá linda con Alicia Bruzzo. Y además he trabajado con casi todas las figuras que han venido de afuera, desde Grecia Colmenares, Veronica Castro, Lupita Ferrer. Con Andrea del Boca hice casi todas las telenovelas. Me conocen en muchos lugares del mundo porque esas tiras se emitieron en Italia, Moldavia, Turquía. Recibo videos de mis filmaciones de todo el mundo, donde la gente me sigue y me mandan fotos. Eso me demuestra que a veces el trabajo que uno hace, que cree que pasa solamente acá, llega a un montón de gente".
Una gran profesional que se formó en diversas áreas si al teatro nos referimos: dirección, iluminación, escenografía, maquillaje, y maquillaje teatral. Egresada de la Escuela Municipal de Arte Dramático, y formada con Roberto Villanueva, Carlos Gandolfo y Joy Morris.
En cine formó parte de "Yo soy sola", "El fondo del mar", "Revancha de un amigo" y "Correccional de Mujeres".
"Yo nací con la vocación, tenía dos tías que estudiaron teatro en Rosario. Danzas clásicas, españolas y declamación que se usaba mucho en ese entonces, con mirtha legrand. Se aprendía zapateo americano, danzas españolas, castañuelas declamación y ballet. Lo que más me llamaba la atención era la actuación y ya de chiquita yo imitaba mucho a todo el mundo, entonces como en mi casa se armaban bulerías venía gente a tocar, a cantar. Yo siempre imitaba, bailaba, hacía mis propias coreografías", delcaró en 2014 en una entrevista con el programa El ático de la radio.
"Mi padre me regaló a los 13 años un grabador con una colección de los libros de Stanislavski. Yo apenas los leyes ya me había dado cuenta de qué se trataba porque yo lo sentía. Después empecé con Carlos Mathus en su escuela y trabajamos sobre Chéjov. Aprendí muchísimo de él, después yo con ese grabador decía textos y me daba cuenta cuando los decía de mentira y no con el corazón. Entonces lo volvía a grabar y lo volvía a grabar", contó también.
"Me miraba en el espejo, me acuerdo que imitaba mucho a Jerry Lewis. Yo me juntaba a mis amigas y parece que lo hacía igual. Hace poco viendo un documental de él decía "ay, ojalá me hubiera podido filmar". Pero ya de chica me miraba en el espejo, me hablaba, lloraba. La vocación era muy fuerte".
"A los 17 años me vine a Buenos Aires, me escapé de mi casa. A trabajar de lo que sea. Me vine a una pensión de señoritas y a lucharla. Hoy no sé si lo haría, me daría miedo. En aquel momento la pasión y el deseo de venir y la inconsciencia de la juventud fueron muy fuertes".
"Trabajaba para pagar mis cosas. Después este empecé a trabajar en el Instituto Di Tella. Primero hice fotos en la revista Dan que era una revista muy prestigiosa que se hacía en Brasil. Trabajé con Norman Briski , con Les Lurhiers cuando todavía no se llamaban así, con Marilú Marini, Empecé a buscar, entraba a los canales cuando se podía entrar. Tenía esa fuerza que tiene la juventud, de me quedo y espero aunque me miraran mal. Y no eran muy educados, te veían joven, pero yo me cuidé de todo."
"Hice una novela en Canal 9 que me tocó ser la npovia de Alfredo Alcón, mirá si tuviera la foto".
"Cuando me casé perdí mjucho de mi carrera. Romay me habpia ofrecido seis años de contrato pero dije que no. Si me casaba y tenía hijos, no me sentía en condiciones de hacer las dos cosas. Maquillarme, estudiar la letra, ir al teatro o quedarme en casa dandole la teta a mi hijo. Elegí no perderme esa etap. Cuando me divorcié, volví".