Cuando Abel Pintos se casó con Mora Calabrese, el cantante no solo decidió la mudanza a Resistencia, Chaco, además empezó a ser mucho más abierto y activo en sus redes sociales.Y aunque antes era un completo misterio, para incluso sus más acérrimos fanáticos, desde hace un tiempo empezó a mostrar detalles de su vida privada, lo que permitió que se conociera cómo era su hogar.
Es que debido a que su esposa es oriunda de Chaco, Abel Pintos no dudó en armar las valijas y llevar a todos para allí, para asegurarse que ella esté lo más cómoda y acompañada posible.
“Lo que sucedió es que vivíamos en Pilar, al norte de la Provincia de Buenos Aires, y estábamos lejos de las dos familias, no teníamos a nadie. No teníamos a nadie realmente cerca. Yo quería que ella también tuviera otro tipo de contención, amigas, familia, con Guillermina, la hija de Mora. Ahí me di cuenta que me sentaba muy bien estar en esa ciudad chaqueña”, contó en una nota hace un tiempo.
“Me fui bien de Buenos Aires y me adapté rápidamente a la vida de acá y no la cambio por nada. Me di cuenta de que me sentaba muy bien estar en esa ciudad. Y enseguida sentí a Resistencia como un hogar para mí y voy armando mis pequeñas rutinas”, aseguró.
La casa se muestra como un lugar bellísimo, con detalles contemporáneos, amplio y luminoso, con pisos de porcelanato, encimeras de granito y alacenas en tonos oscuros.
Siguiendo las últimas tendencias de diseño, han optado por dejar algunos objetos a la vista, lo que aporta un toque actual.
En el interior de la propiedad, la sala acapara todas las miradas con sus impactantes pisos de parquet dispuestos en espiga, y un cuadro de su amigo Milo Locket que decora el ambiente.
El exterior de la casa está recubierto con tablas en un tono verde agua que armoniza perfectamente con los cómodos sillones de madera.
Es aquí donde el cantante suele pasar gran parte de su tiempo, fotografiándose a diario para inmortalizar esos momentos especiales.
En la cocina, se logra un interesante contraste visual mediante la combinación de colores claros y oscuros. Los estantes flotantes de madera exhiben pequeñas fotografías polaroid impresas que atesoran los mejores recuerdos de la familia.
Además, se pueden encontrar fotografías también de estilo polaroid de los cuatro miembros de la familia dándole marco a las paredes.